Capitulo 19

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Dahlia
Llego a mi habitación y empiezo a caminar de un lado a otro, ahorita no me calienta ni el puto sol. Ashh Dahlia ¿por qué estás así por dios que te pasa? Abro el armario de mala gana y agarro mi pijama y mi bata y tiro todo encima de la encimera del lavabo con coraje. Respiro profundamente y decido ducharme necesito relajarme para dejar de pensar en tantas babosadas.

Después de ducharme hago mi rutina nocturna y me acuesto en la cama. Intento dormir pero los pensamientos en mi cabeza no desaparecen, siguen apareciendo más. Doy vueltas en la cama, me da calor y luego frío. Me siento en la cama despues me levanto y mejor camino por toda la habitación de un lado a otro. Tengo una desesperación que nunca antes había sentido. Ashh, la mujer de el restaurante sigue apareciendo en mi cabeza. Geovana para aca, que Geovana para aya. Ashh, que coraje. Estoy celosa, siento algo por Ivan, esta es la gota que colma el vaso. Estoy así porque estoy extremadamente celosa, en realidad lo quiero, me he enamorado de el. ¿Sera que si, o que fregados me pasa?

Me pongo la bata y decido ir a la cocina a agarrar un poco de agua, camino por la sala luego noto que la luz de la oficina de Ivan sigue encendida desde la parte inferior de la puerta. Todavia esta despierto, voy y finalmente agarro un vaso de agua. Estoy debatiendo si debería ir y preguntarle quién es esa mujer. ¿Parecería demasiado celosa o necesitada? Pero pues es solo una simple pregunta. Necesito saber si la niña de la que estaban hablando es la hija de Ivan. Tomo un último sorbo de agua y camino con determinación hacia la oficina de Ivan una vez que llego frente a la puerta de su oficina me detengo y empiezo a caminar de un lado a otro, tal vez no debería preguntar es demasiado entrometida de mi parte. O sea, él no me debe ninguna explicación no estamos formalmente juntos ni nada pero esta curiosidad me está matando. Decido que no, mejor no voy a preguntarle y cuando estoy a punto de alejarme lo escucho gritar desde el otro lado de la puerta.

—Si Dahlia, todo está bien, ¿necesitas algo? Adelante, entra

¿Qué carajo? ¿Cómo sabía que estaba aquí? Miré hacia arriba y vi una cámara. Joder, soy tan estúpida, ashhhh, por supuesto que tiene una cámara.

Abro la puerta lentamente y lo miro sentado detrás de su escritorio. Lleva la camisa negra doblada sobre los brazos y tiene tres botones desabrochados, lo que me permite ver su pecho desnudo. Oh, ¿por qué se ve tan bien? El bebe un sorbo de lo que imagino que es whisky, ese es su favorito. Arquea una ceja mientras me mira de arriba a abajo. Ahora me siento insegura, me recuerdo que solo llevo puesta un vestido fino de satin corto debajo de mi bata.

Su oficina está muy bien organizada, con olor a cigarro y cuero. Tiene tantos libros en unas cuantas estanterías, al otro lado de la oficina hay una mesa de billar. Miro hacia la chimenea donde hay un gran cuadro de una mujer semidesnuda. Mientras miraba por toda la oficina, me interrumpió su voz ronca y profunda que tanto me intimida.

—¿Qué hacías afuera de mi oficina? ¿Me buscabas?

—No, para nada, simplemente estaba en la cocina.

—Ah, sí en la cocina ¿Por qué, acaso estabas buscando los ingredientes para cocinar para Geo mañana?

—Ashhh claro que no Iván, no estaba buscando nada, solo estaba de paso, tenía sed, solo bajé a tomar agua.

—Mmmm...pero la cocina está al otro lado de la casa. No tienes ni por que pasar por aquí a menos que quieras verme.

—Mmm...no, no, yo siempre tomo el camino largo, a mi me gusta caminar mucho.

Oh Dios mío, cállate la puta boca Dahlia, dices puras pendejadas, no estás diciendo nada con sentido y él lo sabe porque se está riendo de ti.

—JAJAJA....Aaaa con que a la niña le gusta caminar mucho entonces.

Un Dia A La VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora