Capitulo 23

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Iván
Estoy en mi oficina haciendo varias llamadas importantes, después de terminar, voy a la cocina y veo a Dahlia mirando a lo lejos a través de la ventana.

—¿Qué te pasa mi amor?

—Mmm, no sé, solo pienso en lo mucho que extraño la enfermería  y ver a mi madre y mi hermana todos los días. Es algo a lo que cuesta acostumbrarse, pasar de verlas todos los días a casi 3 meses sin verlas es duro. En realidad, hay algo que quería hablar contigo.

—Si dime?

—Quiero trabajar de nuevo.

—No, no es necesario que trabajes.

—No es que haya una necesidad, quiero hacerlo, me da un propósito. Estoy atrapada aquí en casa todo el día, me estoy volviendo loca. Puedo trabajar en una pequeña clínica, no me importa, solo necesito trabajar, por favor, mi amor, permíteme eso, extraño esa parte de mi vida. Me esforcé tanto para no hacer nada, no se vale amor andale por favor.

Veo a Dahlia y me hace una cara de cachorrito, algo que no puedo soportar. Solo quiero hacerla feliz en todo.

—Está bien, puedes trabajar, pero no todo el día, solo a tiempo parcial, y trabajarás en la clínica más cercana a mí y tendrás seguridad contigo todo el tiempo.

—Está bien, oye Ivancito tengo una peticion más, por favor, si.

—Ahhh te doy la mano y agarras la pata mujer,  ¿Qué quiere mi reina?

Dahlia me hace un puchero y es imposible no darle todo lo que quiere cuando me mira con esos ojitos verdes que me encantan. La agarro por la cintura y la atraigo hacia mí y la abrazo. Ella me mira y me deja un beso en la barbilla. Comienzo a frotarle mi barba en la cara y el cuello eso siempre la hace reír.

—Iván puedo ir a ver a mi mamá por favor, ella ha estado un poco enferma y lo sabes. Solo quiero verla y abrazarla, a ella y a mi hermana. 

Ivan tiene una cara seria que no puedo interpretar exactamente, pero luego acepta.

—Vamos entonces, yo iré contigo, nos quedaremos solo un ratito y luego volveremos. ¿Qué le vas a desir de nosotros? Estoy seguro de que tendrá preguntas.

—Diré la verdad, pero sin hablar del secuestro. Diré que me rescataste de los malos y que he estado en tu casa desde entonces y, en el proceso, surgió una chispa y nos enamoramos.

—Mmmm pues haber si la suegra cree esa mentirota amor, bueno no todo es mentira solo una pequeña parte.

Tiempo después, Iván y yo estábamos en camino a la casa de mi madre y no pude evitar sentirme un poco nerviosa. ¿Por qué estoy nerviosa si es mi familia? Tal vez una parte de mí esté nerviosa porque en el fondo tengo miedo de que no acepten a Iván. Por esa razón es la que no quiero que mi madre sepa todos los detalles, esos me los guardaré para mí. Pero al fin no miento, después de todo, Ivan si me salvó. Llegamos a lo que hace unas semanas era mi casa, me bajo y toco la puerta y me abre mi hermana, apenas me ve me abraza y empieza a llorar, algo que yo también hago.

—Dali....te extrañe tanto hermanita.

Tan pronto como llegamos a la casa de Dahlia, miro que es una casa pequeña. Cuando entramos, pude ver las muchas fotografías en la pared de Dahlia y su hermana junto con su padre y madre. Algunas de ellas, cuando recibieron premios escolares, me di cuenta de que ambas son el orgullo y la alegría de sus padres. La casa huele a comida casera, me recuerda a mi mamá cuando hace tortillas caseras con frijoles y una buena salsa.

—Lilian ¿quién es? –pregunta Doña Claudia

—Mami, ven aquí, vas a querer ver esto!!

Mi mamá sale de la cocina y yo corro hacia ella y nos abrazamos fuerte. ¡Ay, cómo he extrañado a mi madre! Ella es todo para mí y estos meses sin ella han sido muy duros. Ella es la última figura paterna que tengo y es sagrada para mí.

Un Dia A La VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora