Dahlia
Después de hacer dormir a Evian, voy a la habitación que comparto con Ivan y hago mi rutina nocturna. Ivan sigue en su oficina trabajando, decido sorprenderlo, me pongo un conjunto de lencería y me pongo una bata encima y camino hacia su oficina. Últimamente ha estado muy estresado por el trabajo y no hemos tenido mucho tiempo el uno para el otro ya que yo también trabajo en la clínica. Cuando llego frente a la gran puerta negra de la oficina, me vienen a la cabeza los recuerdos de la primera vez que lo tuve entre mis piernas. Toco y de inmediato oigo su voz ronca desde el otro lado de la puerta.-Adelante.
Veo a Dahlia entrar por la puerta de la oficina y se ve muy bonita esa carita inocente que tiene me trae babeando. Lleva una bata fina de satén que ya quiero quitarle. Me mira y me da una sonrisa coqueta.
-Oye mi amor ¿ya casi terminas?
Camino detrás de Ivan y empiezo a frotarle los hombros y el cuello dándole un masaje. El jadea y echa la cabeza hacia atrás, inmediatamente se siente más relajado a medida que continúo con mis masajes. Empiezo a dejar besos suaves y húmedos en su cuello y en su mejilla.
-Sí, ya terminé chiquita. En realidad estaba a punto de ir a la habitación.
-Vamos entonces para que descanses, te sientes un poco tenso.
-Mmmm lo que estás haciendo se siente genial.
-Anda vamos mi amor.
-Naaaa ven aquí, prefiero quedarme aquí en la oficina y revivir viejos recuerdos.
-Aaaa si ¿Como cuales?
-Mmmm ven aquí mamasita, déjame mostrarte.
La atraigo hacia mí, la siento en mi regazo y estrello mis labios contra los suyos en un beso largo y desesperado. Mis manos se pasean bajo su fina bata, dejando caricias agresivas, apretando con fuerza sus suaves piernas. Le quito el nudo de la bata y se la quito, me separo de ella para admirar la lencería que lleva puesta para mí, lleva una tanga con un sujetador de encaje a juego y ligeros en las piernas todo de un color rojo.
Me muerdo los labios al ver tan sexy vista de ese cuerpesito que me vuelve loco. Cuando la conocí era tan inocente y ahora está siendo más extrovertida con su personalidad. Ella me complace de maneras inimaginables, pero sobre todo está ahí para mí a nivel personal cuando la necesito.
Ella acaricia mi barba y pasa su mano por mi pecho y desabrocha mi camisa. Sus dos manos me acarician con tanto deseo que la dejo hacer lo que quiera conmigo. Comienza a besarme en el pecho con esos labios jugosos que tiene, sus labios viajan hasta mi cuello, jadeo mientras puedo sentir que mi erección crece más y más por la necesidad de estar profundamente dentro de ella y sentir su calidez alrededor de mi verga.
-¿Qué quieres mi reina?
-Te deseo, quiero que hagas lo que quieras conmigo. Quiero sentirte dentro de mí, mi amor.
Comienzo a besarla desesperadamente, nuestras respiraciones agitadas comienzan a escucharse en la oficina. Jadeos y gemidos vienen de ella cuando llevo mi mano a su cintura baja mas y mas. Comienzo a frotar a través del exterior de la fina tela de su tanga. Al mismo tiempo siento su mano frotar mi erección a través del exterior de mis pantalones y luego desabrocha estos con facilidad, abre paso por debajo de mis boxers frotando la punta de mi pene con su dedo muy suavemente. Toma mi pene y desliza su mano hacia arriba y hacia abajo a través de mi longitud. Luego se levanta, se pone de rodillas entre mis piernas y me da una mirada coqueta, quita el boxer de su camino y desliza su mano hacia arriba y hacia abajo por mi pene duro. Se lame el pulgar y lo desliza por mi punta mientras me mira con una mirada tan inocente pero a la vez perversa. Desliza su lengua por toda mi longitud haciéndome jadear y gemir de placer al sentir su suave lengua lamerme como si estuviera lamiendo una paleta. Sin previo aviso toma lo que puede de mi longitud en su boca y comienza a chuparme al mismo tiempo que toca mis huevos, puedo sentir la punta de mi pene golpeando la parte posterior de su garganta con cada movimiento que hace. La agarro del pelo y lo pongo en una coleta, quiero admirar su boquita linda llena con toda mi verga dentro. Su saliva comienza a gotear sobre mi pierna mientras nuestra humedad se mezcla. La hago aumentar el ritmo, dejándome sentir cada parte de su linda boquita.
ESTÁS LEYENDO
Un Dia A La Vez
FanficÉl lo llama amor a primera vista, no hay nada en este mundo que él no haría por ella. Ella lo llama secuestro. Sigue la historia de una mujer que padece el Síndrome de Estocolmo. I.A.G.S Historia 100% mia no se aceptan copias o adaptaciones.