La suave luz del atardecer se colaba por las cortinas del cuarto, iluminando con delicadeza los muebles recién armados. La cuna, pequeña pero perfecta, ocupaba el centro de la habitación que habían preparado con tanto cuidado para su bebé. El aroma fresco de la madera nueva mezclado con el leve perfume de las feromonas de Hinata impregnaba el aire, envolviendo el ambiente en una sensación cálida y tranquila.
Hinata, acurrucado contra el pecho de Kageyama, estaba profundamente dormido. Su respiración era tranquila, pero sus manos apretaban con fuerza la camiseta de su alfa, como si temiera que Kageyama se alejara de él en cualquier momento. Su cuerpo se movía en pequeños espasmos cada vez que una patada suave del bebé interrumpía su descanso. Kageyama, que había estado observando las suaves curvas del cuerpo de Hinata sobre el suyo, sonrió con ternura. Sentía el calor de su omega sobre él, el peso ligero de su cuerpo pegado al suyo, y no pudo evitar sentir una oleada de protección que lo llenaba por completo.
Hinata había estado más aferrado a él últimamente. Era como si su necesidad de las feromonas de su alfa se hubiese multiplicado, buscando consuelo y seguridad en cada toque, en cada respiración que compartían. Kageyama podía sentirlo; su instinto alfa le decía que Hinata lo necesitaba más que nunca, y él estaba más que dispuesto a estar allí para él.
Mientras acariciaba suavemente el cabello suave y naranja de su omega, Kageyama notó cómo Hinata se acurrucaba más, presionando su rostro contra su pecho. En su sueño, murmuró algo ininteligible, pero Kageyama pudo distinguir una palabra: "Tobio". Su corazón se apretó. Hinata lo llamaba de una manera que solo él lo hacía, con una familiaridad y cercanía que nadie más compartía.
Kageyama soltó un suspiro bajo, tratando de no despertar a Hinata. Se inclinó un poco hacia adelante para ajustar mejor la manta que los cubría. Acariciaba con lentitud el vientre de Hinata, sintiendo las pequeñas patadas del bebé bajo su mano. Cada vez que el pequeño se movía, Hinata hacía un leve gemido en sueños, como si el movimiento del bebé se conectara con sus propios instintos más profundos.
Con una mezcla de fascinación y asombro, Kageyama se encontró a sí mismo pensando en lo increíble que era todo esto. Un pequeño ser creciendo dentro de Hinata, a quien amaba con toda su alma. Y más allá de la emoción, sentía una profunda gratitud por tener a su omega a su lado. Aunque era torpe y algo pervertido en sus pensamientos sobre Hinata, su amor por él lo hacía vulnerable de una forma que no estaba acostumbrado a sentir.
Mientras Kageyama se perdía en estos pensamientos, Hinata se removió un poco, despertando lentamente. Sus ojos marrones, aún cargados de sueño, lo miraron con una sonrisa somnolienta.
—Tobio... —murmuró, su voz baja y llena de afecto.
Kageyama le devolvió la sonrisa, inclinándose para besar suavemente su frente.
—Estoy aquí —respondió en un susurro.
Hinata soltó un leve suspiro de satisfacción, frotando su nariz contra el cuello de Kageyama. Sus manos buscaron el calor de su alfa, aferrándose aún más a él.
—Necesito más de ti... —confesó en voz baja, aún adormilado, mientras sus dedos jugaban con la tela de la camiseta de Kageyama—. No puedo evitarlo... quiero sentirte cerca todo el tiempo.
Kageyama sintió una oleada de ternura que lo hizo apretar con más fuerza a Hinata. Se inclinó hacia él, dejando que su nariz rozara el suave cabello naranja de su omega, inhalando profundamente su aroma.
—No tienes que evitarlo —le respondió, en voz suave pero firme—. Siempre voy a estar aquí para ti, Shōyō. Siempre.
Hinata sonrió contra el pecho de Kageyama, complacido con las palabras de su alfa. Sus dedos continuaron jugueteando con la tela, mientras Kageyama sentía cómo su pequeño cuerpo comenzaba a relajarse de nuevo.
El cuarto del bebé estaba listo, pero en ese momento, todo lo que importaba era lo que ambos sentían. El vínculo que compartían era más fuerte que nunca, y Kageyama no podía evitar sentir una ternura infinita por la forma en que Hinata lo necesitaba, por cómo se aferraba a él sin reservas.
En esa quietud, con las patadas de su hijo marcando un ritmo suave, el futuro parecía tan seguro como ese momento entre ellos dos. A medida que la noche comenzaba a caer y las estrellas se encendían afuera, Kageyama sabía que, pase lo que pase, siempre encontrarían el camino el uno hacia el otro.
Porque, al final del día, siempre habían sido ellos dos. Siempre lo serían.
Hinata aferrado al pecho de Kageyama, buscando instintivamente su calor y el consuelo de sus feromonas. Sus ojos, aún medio cerrados por el sueño, se alzaron hacia su alfa, quien lo observaba con una mezcla de ternura y deseo contenido.
—Tobio... —murmuró, su voz suave y adormilada mientras se acurrucaba más cerca—. Tus feromonas... las necesito.
Kageyama sonrió débilmente, sintiendo una oleada de calidez invadir su pecho al ver a su omega tan vulnerable y dependiente de él. Acarició el cabello desordenado de Hinata, incapaz de resistir lo irresistible que era verlo de esa manera.
—Si alguna vez necesitas algo, Shoyo solo mírame así —dijo Kageyama en un susurro profundo, su voz grave pero cargada de suavidad—. Y no podré decirte que no. Sabes que eres mi debilidad.
Hinata, todavía medio perdido en la somnolencia, dejó escapar una risita traviesa, sabiendo perfectamente lo mucho que afectaba a su alfa. Kageyama, por más serio y determinado que fuera en la cancha, era totalmente indefenso ante él.
—¿Así, eh? —bromeó Hinata, acercándose aún más, frotando su nariz contra el cuello de Kageyama, inhalando las feromonas que tanto anhelaba—. Entonces no me contendré.
Kageyama, sintiendo cómo la suavidad de Hinata desarmaba por completo cualquier resistencia, solo pudo asentir, apretándolo más contra su pecho. El lazo entre ellos no era solo instintivo; era mucho más profundo, hecho de amor y de la certeza de que estaban destinados el uno para el otro.
—No quiero que lo hagas —susurró Kageyama—. Porque yo tampoco puedo hacerlo cuando estoy contigo.
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Un futuro? -kagehina_omegaverse-
Romancekageyama y Hinata son pareja viven juntos gracias a la pandemia pero se enfrentan a diferentes problemas y momentos agridulces. la historia-fanfic de desarrolla en los años de pandemia, si se han leído el manga sabrán que ellos ya son jugadores prof...