Conexiones de Corazón a Corazón

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2020 seguía siendo complicado para todos, pero, a pesar de la distancia, las familias de Kageyama y Hinata estaban más cerca que nunca, conectándose a través de pantallas. La situación de la pandemia impedía que pudieran ver a Sora en persona, pero las videollamadas les daban la oportunidad de conocer al bebé, aunque fuera desde la distancia.

Hinata se encontraba ajustando la cámara, asegurándose de que el ángulo fuera perfecto para que sus familias pudieran ver al pequeño Sora. Kageyama, sentado a su lado, sostenía al bebé con suavidad, y ambos lucían ligeras ojeras debido a las largas noches cuidando a su hijo. Aunque estaban exhaustos, la emoción de compartir ese momento con sus familias les daba la energía necesaria.

Habían organizado dos llamadas. En un dispositivo, estaban conectados con la familia de Hinata: su madre, su padre y Natsu, que esperaban ansiosos por ver a Sora. En el otro, la familia de Kageyama, incluida su hermana mayor, que vivía en su propio apartamento, también se unió emocionada desde su dispositivo.

—¡Ahí están! —exclamó Natsu, la hermana menor de Hinata, en cuanto la imagen se cargó en la pantalla. Sus ojos brillaban al ver al pequeño en los brazos de Kageyama.

—¡Es tan pequeño! —agregó con entusiasmo, mientras sus padres también sonreían ampliamente.

—Shoyo, Kageyama, ¡lo lograron! —dijo el señor Hinata, visiblemente emocionado. A pesar de que no podían estar allí físicamente, las pantallas servían como una ventana a esta nueva etapa de sus vidas.

Por el otro lado de la llamada, la madre de Kageyama sonrió suavemente.

—Es tan hermoso —comentó, su voz llena de amor. Aunque su hijo siempre había sido reservado, notaba la ternura con la que sostenía a Sora—. Tiene tus ojos, Tobio, pero definitivamente se parece a Shoyo, ¿verdad?

La hermana de Kageyama, desde su propio dispositivo, asintió de inmediato.

—¡Mira esas mejillas! Son completamente de Shoyo —dijo riendo—. No puedo esperar para verlo en persona cuando todo esto pase.

Kageyama asintió mientras una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro. Aunque el bebé estaba medio adormilado, lentamente abrió los ojos, revelando el azul brillante que había heredado de su padre.

—Parece tranquilo ahora, por las noches su energía parece no tener fin. —bromeó Hinata mientras acariciaba suavemente la cabeza de Sora. La familia de Hinata soltó una carcajada al unísono, reconociendo esa energía tan característica de Shoyo.

Hinata sonrió, recordando ese momento y la mezcla de emociones que sentía. Mientras tanto, Natsu no podía apartar la vista de la pantalla.

—¡Es que es tan lindo! —dijo Natsu con los ojos brillando—. Ya quiero que crezca un poco para jugar con él.

—¡Natsu, todavía es muy pequeño! —respondió Hinata entre risas—. Pero estoy seguro de que le encantarán tus juegos cuando sea mayor.

—Shoyo, hijo —dijo el padre de Hinata con la voz más grave, pero llena de amor—. Estoy muy orgulloso de ti. Ambos han hecho un gran trabajo, incluso en estas circunstancias difíciles. Sabes que siempre estamos aquí para ti.

Hinata sonrió, agradecido por el apoyo incondicional de su familia, mientras Kageyama observaba cómo Sora se iba quedando dormido en sus brazos. Las dos familias, aunque conectadas a través de pantallas, lograban compartir esa calidez que solo los lazos familiares podían brindar.

Una vez que las llamadas terminaron, la casa quedó en un cómodo silencio. Hinata se recostó en el sofá, sintiendo el cansancio acumulado de los últimos días. Kageyama, por su parte, observaba a Sora con una mezcla de ternura y curiosidad. Había algo que no había dejado de notar en las últimas semanas: el cabello de Sora.

—Shoyo... —comenzó Kageyama, su voz grave pero suave, sin quitar los ojos de Sora—. ¿Te has dado cuenta de que el cabello de Sora está cambiando?

Hinata se sentó un poco más erguido, mirando a Sora con interés.

—¿Cambiar? —preguntó, confundido al principio. Pero luego, al observar más de cerca, se dio cuenta de lo que Kageyama decía. El cabello de Sora, que al principio había sido lacio como el de Kageyama, ahora mostraba una leve ondulación. Algo que le recordaba... a su propio cabello.

—Vaya... tienes razón —murmuró Hinata, sonriendo con ternura mientras pasaba los dedos por los suaves mechones de Sora—. Se está pareciendo al mío.

Kageyama asintió, pero había algo más que lo inquietaba. Últimamente, había notado que, aunque Sora parecía querer a Kageyama, a veces reaccionaba de una manera curiosa cuando intentaba tocar a Hinata. Era como si el bebé intentara "reclamar" a su omega, en una actitud que le resultaba sorprendente, considerando lo pequeño que era.

—¿Te has dado cuenta de que Sora parece... no querer que te toque? —preguntó Kageyama, con una mezcla de desconcierto.

Hinata lo miró, parpadeando varias veces antes de soltar una risa suave.

—¿Qué? —preguntó divertido, aunque la sonrisa en su rostro mostraba cierta incredulidad.

—Es en serio —insistió Kageyama—. Cuando intento abrazarte o acercarme, Sora parece inquietarse. Como si no quisiera que te toque.

Hinata observó nuevamente a Sora, que ahora dormía plácidamente en los brazos de Kageyama. Al principio, había pensado que todo eran coincidencias, pero mientras más lo pensaba, más sentido tenía. Sora siempre estaba más tranquilo cuando era Hinata quien lo sostenía o lo cuidaba. Y cuando Kageyama intentaba acercarse demasiado a Hinata, a veces el bebé hacía pequeños gestos de incomodidad.

—Tal vez... —dijo Hinata, inclinándose para besar suavemente la frente de Sora—. Tal vez nuestro pequeño quiere un poco más de atención mía por ahora.

Kageyama suspiró, mirando a su hijo con una mezcla de resignación y cariño.

—Este pequeño parece decidido a no compartirte conmigo —murmuró, aunque no podía evitar sonreír ante la idea.

Hinata rió suavemente, abrazando a ambos. Aunque el pequeño Sora aún no podía comprender mucho del mundo que lo rodeaba, ya era evidente que estaba completamente apegado a su madre. Y aunque Kageyama bromeaba sobre la posesividad de su hijo, en el fondo sentía una profunda conexión con su pequeña familia, una que solo seguiría fortaleciéndose con el tiempo.

Un futuro? -kagehina_omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora