Lazos y cadenas. (Parte 1)

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Era ya casi llegado el ocaso cuando la joven heredera Tenno dormía una cálida siesta, después de haber, literalmente, DEVORADO hasta la última migaja y gota de lo que su nana le había enviado de comer.

Su madre se encontraba a su lado, sentada en el sofá junto a su cama, solo contemplando a su joven hija mientras grandes lágrimas se desbordaban por sus mejillas y empapaban su rostro entero, aparentemente, sin que ella pudiera contenerlas.

La puerta de la habitación se abrió entonces y la mujer de ojos escarlata intentó limpiarse el rostro con ayuda de su suéter aunque un poco en vano, mientras el joven padre de su futuro nieto, entraba a paso sigiloso, respetando el sueño de la futura madre de su hijo...

----- Lo siento... ------ Se disculpó él al ver qué la mujer magnate estaba llorando. ------ debí de haber tocado...

----- No, descuida. ------ Calmaba la mujer magnate. ------ Que bueno que volviste...------ La mujer tomó su bolso y se levantó del sofá. ------ Quiero ir a la casa a ver si convenzo a Onigumo de venir a apoyar a Rin en el memorial de tu madre ésta noche... Además, Todos debemos venir a mostrarle respeto... Nos permitirías?

------- Si, claro. Ella así lo querría.

Kagura asintió, miró a los ojos al joven varón frente a ella y luego se inclinó...

------ Creo que no te he dado mis condolencias... Lo siento mucho enserio...

------- No se preocupe... Se lo agradezco.

Kagura volvió a alzar la vista y miró a Rin en su lecho, durmiendo plácidamente...

------- Yo... No he sido del todo justa contigo, Taisho... ------ Expresó, volviendo a mirar al ex peliblanco. ------- Ni Onigumo ni yo estamos siendo justos... Lo lamento...

------ No... Soy yo el que les debe a ustedes una disculpa... Lo que le hice a Rin no tiene nombre ni perdón...

------ Ella te ha perdonado. Te perdonó desde el principio y a nosotros no nos correspondía si quiera intentar impedírselo. Además... Ella es nuestra hija y es como es... Vino aquí y nos ha enseñado tantas cosas... Una de las cuales es a perdonar... A no guardar rencor. Y a ser agradecidos. ------ Suspiró profundamente y sus ojos volvieron a cristalizarse . ------ Yo te agradezco mucho, Taisho Sesshomaru... Admito que el enojo me cegó mucho cuando le hiciste daño a mi niña... Pero me doy cuenta ahora de que tengo muchos más motivos para agradecerte que para aborrecerte, entre ellos que... Que gracias a ti, Phoenix existe...

----Creo... Que ese es más mérito de Rin que mío... Ella decidió tenerlo. A pesar de lo que le hice.

------ Ella jamás sería capaz de odiarte. Aún si hubiera dejado de amarte, jamás te guardaría rencor. Yo lo sé. Y algo tuviste que haber hecho muy bien en ésta o en otra vida para merecer eso de ella, Seashomaru. Para merecer el amor tan grande que te tiene. Para merecer a Phoenix... Y los errores que cometiste no han podido borrar eso, ni lo harán jamás. Y es eso lo que agradezco... Al menos una de tantas cosas. Jamás voy a olvidar que eres el padre de mi adorado nieto, el gran amor de mi hija y además, que le salvaste la vida alguna vez... No tendría tanto como tengo ahora de no ser por ti. Y es todo lo que me importa.


















Kagura llegó pues a la mansión que era su hogar, en donde la aguardaba principalmente la vieja Kaede, con muchas más bolsas llenas de comida para la joven que había ayudado a criar...

----- Gracias, Kaede. ---- Sonreía la mujer Tenno. ---- Que el guardia te ayude a subir todo al auto y espérame ahí. Hablaré con Onigumo una última vez...

La nana aceptó y finalmente, Kagura caminó a paso firme hacia la oficina que su esposo tenía en casa.
Llamó a la puerta y la voz baja y ronca de Onigumo la autorizó.
Abrió la puerta, entró a la oficina y cerrando la entrada a su espalda, se acercó al hombre pelinegro que permanecía reclinado en su silla, fumando el que sería su quinto cigarrillo, siendo que pudo ver al menos otros cuatro en el cenicero de cristal sobre el escritorio...

WITH-OUT ME. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora