Cap 21

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Narrador omnisciente

Ya habían pasado algunos días después de Año Nuevo, y Tatiana y Richard se habían acostumbrado a pasar casi todo el tiempo juntos. Era raro cuando estaban separados, porque, aunque ambos tenían sus responsabilidades y compromisos, el vínculo que habían creado era fuerte. Las vacaciones estaban terminando, y con el inicio del nuevo año llegaban nuevos desafíos.

Tatiana, desde su lado, tenía en mente varios proyectos personales que quería realizar, mientras Richard continuaba preparándose para la próxima temporada de fútbol. Aunque ambos sabían que sus caminos los llevarían a enfrentar nuevas responsabilidades, ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar de lado lo que tenían.

Primeros Días del Año

La mañana de un domingo, mientras desayunaban en la casa de Tatiana, Richard le propuso algo que tenía tiempo pensando.

-Tati, ¿qué pensás si nos vamos a un viaje? Solo vos y yo -le dijo él, mirándola con esa sonrisa que le daba siempre cuando estaba tramando algo.

Ella se quedó en silencio, sorprendida y emocionada.

-¿Un viaje? ¿A dónde? -preguntó, mientras sonreía.

-No sé, pensé que podríamos hacer algo diferente, ir a un lugar donde no nos conozcan, donde podamos estar juntos sin pensar en nada ni nadie más.

Tatiana sentía cómo su corazón latía rápido; la idea de un viaje juntos la emocionaba.

-Me encanta la idea, Richard. Siento que es justo lo que necesitamos antes de que cada uno se ponga de lleno en sus cosas este año.

Ambos decidieron que, en unos días, saldrían de viaje a una finca que el primo de Richard tenía en una zona tranquila, lejos de todo. Un lugar en medio de las montañas, rodeado de naturaleza y silencio, perfecto para desconectarse del mundo y reconectarse entre ellos.

El Viaje y la Finca

Unos días después, Tatiana y Richard emprendieron el viaje. La carretera estaba tranquila, y mientras avanzaban, escuchaban música y reían, disfrutando de la compañía del otro. Al llegar, se encontraron con una casa de madera grande y acogedora, rodeada de árboles y con una vista espectacular hacia el valle.

-Este lugar es increíble -dijo Tatiana, maravillada.

Richard le tomó la mano y le dio un beso en la frente.

-Es solo para vos y para mí, mi amor -respondió, con una sonrisa cómplice.

Ambos comenzaron a explorar la finca, riendo como dos niños, encontrando cada rincón y soñando despiertos. Había una chimenea en la sala y una gran terraza donde podían ver el atardecer. Después de recorrer todo, decidieron hacer una pequeña fogata en el jardín y sentarse bajo el cielo estrellado, conversando de todo y de nada.

Una Promesa Bajo las Estrellas

Mientras veían el cielo, Richard le tomó la mano y la miró con seriedad.

-Tati, quiero que sepas que para mí este año es importante... No solo por el fútbol, sino por todo lo que vos y yo estamos construyendo. Nunca había sentido algo así por nadie, y aunque a veces me asusta, también me hace feliz.

Tatiana sonrió, sintiendo que él le hablaba con el corazón.

-A mí también me pasa igual, Richard. Y sé que van a venir momentos difíciles, pero quiero que siempre podamos hablar y resolver las cosas juntos.

Se abrazaron bajo las estrellas, haciendo una promesa silenciosa de que, sin importar lo que sucediera, siempre encontrarían la manera de volver el uno al otro. Ambos sabían que sus mundos eran diferentes, pero el amor que sentían era lo que los unía.

THE BAD BOY - Richard Rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora