Cap 47

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Tatiana Mejía

La semana de la cita médica llegó y el nerviosismo me invadía. No solo me preocupaba saber si realmente estaba embarazada, sino también cómo este cambio afectaría nuestra vida juntos. Richard y yo habíamos estado preparándonos, pero había una diferencia entre prepararse y enfrentarse a la realidad.

Cuando llegamos a la clínica, me sentía como si estuviera en un torbellino de emociones. Richard tomó mi mano mientras caminábamos hacia la sala de espera. Su presencia era un bálsamo, aunque la ansiedad seguía latiendo en mi pecho.

—Todo estará bien —me dijo, tratando de darme ánimo.

—Lo sé, pero… —dije, sintiendo cómo mi voz se rompía—. Tengo miedo.

—Es normal tener miedo. Pero estamos juntos en esto —respondió, con esa determinación que siempre admiré en él.

Finalmente, nos llamaron. Mientras entrábamos a la sala de examen, una mezcla de emoción y miedo se apoderó de mí. La doctora era amable y me explicó el proceso con una calma que necesitaba.

La ecografía fue un momento decisivo. Al ver la imagen en la pantalla, mi corazón se detuvo. Richard se acercó a mí, y por un instante, el mundo exterior desapareció.

Richard Rios

Ver la imagen de nuestro bebé en la pantalla fue un momento que cambiaría todo. La pequeña forma latía con vida, y una oleada de emoción me invadió. Era real. Esto estaba sucediendo.

Tomé la mano de Tatiana con fuerza, sintiendo cómo su pulso se aceleraba.

—Mira —le dije, señalando la pantalla—. Ahí está. Nuestro hijo.

Ella miró, y vi cómo sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Es hermoso —susurró, y en ese instante, supe que todo cambiaría, pero también que teníamos que estar a la altura de este desafío.

Tatiana Mejía

Después de la consulta, nos sentamos en un café cercano para procesar lo que había ocurrido.

—No puedo creer que ya hemos visto a nuestro bebé —dije, todavía asimilando lo que habíamos presenciado.

—Sí, y me siento más listo que nunca. Vamos a ser los mejores padres —dijo Richard, y su confianza me llenaba de esperanza.

Mientras tomábamos café, hablamos sobre todo lo que vendría. Preparar la habitación del bebé, elegir nombres y cómo manejaríamos nuestra vida cotidiana.

—¿Crees que podríamos hacerlo? —pregunté, sintiendo un leve escalofrío.

—Si lo hacemos juntos, no hay nada que no podamos manejar. Siempre hemos sido un equipo, Tati —respondió, sonriendo.

Richard Rios

Tatiana parecía más relajada y emocionada a medida que hablábamos de planes. Quería asegurarme de que no se sintiera sola en este viaje. A medida que la conversación avanzaba, me di cuenta de que había algo más que debía hacer.

—Tati, hay algo que quiero hacer —dije, tomando un sorbo de café y sintiendo que era el momento adecuado.

Ella me miró con curiosidad.

—¿Qué es?

—Quiero pedirte que te comprometas a esto conmigo. No solo como pareja, sino como futuros padres. —Tomé un respiro profundo—. Te quiero, y quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre.

Tatiana Mejía

Mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente. Era un momento tan significativo. La forma en que Richard me miraba, lleno de amor y determinación, me hizo sentir que todo iba a estar bien.

—Sí, Richard, quiero esto contigo. No hay nadie más con quien prefiera compartir esto —respondí, y supe que no importaba lo que se avecinara, íbamos a estar juntos.

Richard Rios

La semana siguiente pasó volando. Organizamos una pequeña reunión con nuestras familias para darles la noticia. El ambiente estaba lleno de amor y emoción.

Cuando anunciamos que íbamos a ser padres, los rostros de nuestros familiares se iluminaron. Las lágrimas de alegría no tardaron en llegar.

—Esto es maravilloso —dijo la madre de Tatiana, abrazándola con fuerza.

Yo miraba a Tatiana y veía cómo se llenaba de luz en cada interacción.

Tatiana Mejía

El apoyo de nuestras familias nos ayudó a sentir que podíamos manejar lo que se avecinaba. Richard y yo comenzamos a hablar sobre el futuro, haciendo planes y soñando en voz alta.

Una noche, mientras nos acurrucábamos en la cama, Richard tomó mi mano y me miró a los ojos.

—Tati, ¿te imaginas cómo será nuestra vida dentro de un año? —preguntó con una sonrisa.

—Espero que sea caótica pero hermosa —respondí, riendo.

Richard Rios

Mientras hablábamos de nuestro futuro, no podía evitar sentirme emocionado. Sabía que la vida iba a cambiar de maneras que aún no podíamos imaginar, pero lo haríamos juntos.

Esa noche, mientras Tatiana se acomodaba en mis brazos, me di cuenta de que el verdadero viaje apenas comenzaba.

Tatiana Mejía

Sabía que el camino por delante sería desafiante, pero también sabía que estaba lista. Con Richard a mi lado, me sentía preparada para enfrentar cualquier cosa. La idea de formar una familia juntos me llenaba de una felicidad que nunca había conocido.

THE BAD BOY - Richard Rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora