Richard Rios
Había pasado una semana desde que me tocó hacer grupo con Tatiana para ese proyecto de inglés. Una semana llena de miradas cruzadas, de palabras entrecortadas y de peleas tontas por cualquier cosa. Y ya me tenía hasta la coronilla. Esa mujer era la definición misma de lo complicado: cada palabra que le decía la retorcía y le encontraba un sentido completamente distinto. Así que, un día, en pleno recreo, decidí ponerle fin a toda esa tensión.
Tatiana estaba apoyada en una de las mesas del patio, revisando su libreta como siempre, cuando me acerqué. Apenas me vio, levantó la vista con una expresión de molestia, como si ya supiera que íbamos a discutir.
—¿Otra vez? ¿Qué querés, Richard? —me preguntó con los brazos cruzados, haciéndome saber de una que no estaba para mis cosas.
—Pues, ¿qué más va a ser, Tatiana? Necesitamos hablar del proyecto, y vos estás evadiéndome cada vez que intento aclarar las cosas.
Ella soltó un suspiro exagerado y giró los ojos, como si yo fuera una piedra en su zapato.
—¿Ah, sí? ¿Ahora es mi culpa? ¡El que no para de evadirme sos vos! —contestó, elevando la voz sin ninguna intención de disimular.
La gente alrededor empezó a notar la tensión, y varios de nuestros compañeros se quedaron en el lugar, mirándonos sin disimulo. Pero en ese momento, poco me importó. Tenía que aclarar las cosas, y si eso significaba hacerlo en medio del patio, que así fuera.
—Mirá, Tatiana, no sé cuál es tu problema conmigo, pero estoy harto. ¿Por qué siempre tenés que ponerte en esa actitud conmigo? —le espeté, sintiendo que el calor me subía al rostro.
—¿Mi problema? Mi problema es que vos sos un engreído que se cree mejor que los demás solo porque… porque… ¡porque sí! —respondió, lanzando las palabras con tanta intensidad que sentí que cada una me atravesaba.
Cruzamos miradas, y en ese instante, me di cuenta de algo: no era enojo lo que realmente sentíamos. Toda esa tensión, todos esos roces… era porque ninguno quería admitir lo que de verdad había entre nosotros. Y fue en ese momento que me harté de la máscara, de las excusas, de los malentendidos.
Sin pensarlo más, me acerqué a ella, ignorando completamente a los compañeros que miraban atentos, esperando a ver cómo terminaba la discusión. Pero yo tenía otros planes. Di un paso más, hasta que quedamos a centímetros de distancia, y ella, aunque sorprendida, no retrocedió.
—¿Qué estás haciendo, Richard? —me susurró, su voz cargada de sorpresa, pero también de algo que no podía disimular.
—Algo que debí hacer desde hace mucho rato, Tati.
En un movimiento que ni yo mismo me esperaba, la tomé suavemente por los hombros y, sin darle tiempo de reaccionar, la atraje hacia mí, rodeándola con mis brazos. Podía sentir el latido acelerado de su corazón, el suspiro entrecortado que escapó de sus labios. Todo lo demás se desvaneció; ni las miradas de nuestros compañeros ni el murmullo que crecía alrededor importaban en ese momento.
—Tatiana, sos la persona más complicada que conozco, pero también sos la única que logra hacerme sentir así —le dije, mirándola a los ojos, esperando que entendiera lo que significaba para mí—. Y, por mucho que peleemos, no puedo seguir pretendiendo que no te quiero.
Sin decir más, acerqué mis labios a los suyos y, antes de que pudiera decir algo, la besé. Fue un beso suave, cargado de todo lo que había guardado, de todas las palabras que no me había atrevido a decir. Ella, aunque sorprendida, no se apartó, y sentí cómo sus manos subían lentamente hasta rodearme.
Los murmullos a nuestro alrededor se hicieron más fuertes, pero ninguno de los dos parecía importarle. En ese momento, solo estábamos ella y yo, en medio de toda esa gente, pero como si el mundo se hubiera detenido para nosotros.
Al separarnos, pude ver la sonrisa que se asomaba en sus labios, y supe que, aunque las peleas seguirían, ahora había algo claro entre nosotros. El comienzo de algo nuevo, algo que ninguno de los dos estaba dispuesto a soltar.
—¿Y ahora? —me preguntó, con una sonrisa juguetona, sus ojos brillando como nunca.
—Ahora… somos nosotros, Tatiana. Con todo lo que eso implica.
![](https://img.wattpad.com/cover/381154156-288-k379389.jpg)
ESTÁS LEYENDO
THE BAD BOY - Richard Rios
FanfictionUn amor apasionado se enfrenta a la traición, donde cada decisión puede llevar a la reconciliación o a la ruptura.