¡____Harada ha decidido convertirse en una heroína!
Se mudará a una nueva ciudad para asistir a la academia de héroes. Lo que nunca imaginó es que su nuevo vecino sería también su compañero de clases, y además ¡comparten la misma pasión por los vid...
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Hubo un momento en que dejé de escuchar el sonido de la calle, solo los latidos de mi propio corazón retumbaban en mis oídos.
Delante de mis ojos, seguía estando la imagen del inerte gato negro con manchas blancas.
Era definitivamente el peor escenario posible para la resolución de este problema. Me sentía triste por Yami, pero más triste por la reacción de Shinsou, su dueño.
¿Cómo le diría esto a Shinsou? No tengo nada de experiencia dando malas noticias... No estoy preparada para ver qué tipo de cara pondría.
Pasé mi mano por mi frente, alejando el cabello de mi cara.
---Debo... llevárselo.--- exclamé con dificultad.
Papá tomó la manta y volvió a cubrirlo, sacándome de la dura escena frente a mí.
---Primero debes tranquilizarte un poco, hija.--- levanté la vista hacia papá. ---Va a ser una noticia dura para tu amigo, probablemente deberás ser el apoyo emocional durante la noticia.---
Es cierto... él es quien peor la va a pasar, debo mantener la compostura.
Papá desvió la vista hacia el cielo. Aproveché ese momento para darme una silenciosa cachetada, devolviéndome el valor.
---Va a llover pronto.--- observó la caja en sus brazos. ---Vamos adentro, puedes ir cuando te sientas mejor.---
---No es necesario, papá.--- puse mi palma a la altura de su cara y negué con la cabeza. ---Esto será parte de mi trabajo como heroína en el futuro, no puedo darme el lujo de perder valioso tiempo.--- posicioné ambas manos a los costados de la caja. ---Iré ahora mismo, debe saberlo lo antes posible. Ahora debe seguir pensando que su gatito volverá a casa en cualquier momento.--- mordí mi labio por mi propio comentario, me dio mucha tristeza pensar en eso.
Papá dejó de aplicar fuerza sosteniendo la caja, dejándome todo el peso a mí.
---Eres fuerte, hija.--- puso una mano en mi cabeza. ---Me alegra ver que te estás convirtiendo en una buena heroína.--- revolvió mi cabello.
---Gracias, papá.--- apegué la caja a mi estómago para mayor estabilidad. Una pequeña gota cayó sobre mi nariz. ---Será mejor que me vaya ya.--- miré al cielo, la nube se volvía cada vez más oscura.
---Nos vemos en casa.--- paso cariñosamente su mano sobre mi cabeza antes de apartarse. ---Suerte.---
Solté un suspiro de aliento antes de teletransportarme hasta la entrada de la casa de Shinsou.
Me quedé ahí parada, observando la puerta, como si se fuera a abrir mágicamente.
---¿Debería llamar a la puerta?--- quería volver a darme una cachetada. Al parecer, olvidé todo conocimiento de interacciones humanas básicas debido a los nervios.
