¡____Harada ha decidido convertirse en una heroína!
Se mudará a una nueva ciudad para asistir a la academia de héroes. Lo que nunca imaginó es que su nuevo vecino sería también su compañero de clases, y además ¡comparten la misma pasión por los vid...
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Apenas aparecí en la habitación de Katsuki, lo vi dándome la espalda. Estaba acostado en su cama, mirando hacia la pared. Tenía planeado sentarme en la orilla de su cama y empezar a hablar.
---Vete.--- habló de repente. Ni siquiera me había movido, simplemente supo que yo estaba aquí.
---Empezamos fuerte.--- pensé. No me esperaba este recibimiento.
---Katsuki.--- exclamé, un poco asombrada por su tono. ---¿Por qué colgaste?---
---Vete.--- repitió, moviendo un poco la espalda para acomodarse.
---¿Qué?--- tuve que parpadear un par de veces, no estaba entendiendo. Me acerqué un poco, con intenciones de volver a mi plan original. ---¿Por q...?---
---¡QUE TE LARGUES!--- se volteó de repente con los ojos muy abiertos y su vena a punto de explotar en la frente.
Me miró de pies a cabeza y su expresión se volvió más siniestra. Instintivamente, retrocedí unos pasos.
---No me grites.--- guardé silencio un momento y miré hacia la puerta. ---T-tus padres podrían venir a regañarte.---
---No están aquí.--- respondió, tajante. ---Vete ya.---
Me quedé quieta, procesando sus palabras.
---¿Me estaba echando de su habitación? Esto nunca había pasado...--- pensé, considerando la posibilidad de irme a mi casa. Sin embargo, ¿cómo solucionaríamos esto después si me voy ahora?, ¿simplemente haremos como si nada hubiera pasado?
Fruncí el ceño al pensar en eso. No estaríamos arreglando nada.
Busqué su cara para seguir hablando. Él ahora estaba sentado, mirándose las manos con atención, parecía muy seguro de que me iría en cualquier momento.
Cerré los ojos con fuerza y di un suspiro.
---No me iré sin una razón.--- los volví a abrir. Había sonado muy seria y segura, me gustó eso. No me iría de aquí hasta haber hablado como se debe.
---No quiero que estés aquí, esa es razón suficiente.--- gruñó y se puso de pie, mirándome con fastidio.
---Para mí, no.--- mantuve mi tono firme, cruzándome de brazos. Mantuvo su mirada en mí unos segundos más, antes de soltar un suspiro de resignación.
---Maldición, ____.--- puso sus ojos en blanco un segundo y se acercó a mi, quedando a una corta distancia.
Puso una cara de desagrado mientras pasaba su mano por el abrigo que me había dado Shinsou.
