¡____Harada ha decidido convertirse en una heroína!
Se mudará a una nueva ciudad para asistir a la academia de héroes. Lo que nunca imaginó es que su nuevo vecino sería también su compañero de clases, y además ¡comparten la misma pasión por los vid...
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---Maldita sea, esta mierda también está repleta de gente.--- Katsuki estaba a punto de explotar del enojo. Ya era el sexto restaurante al que íbamos y no podíamos entrar por la extensa fila.
Habíamos estado caminando casi una hora buscando donde comer, pero toda la isla estaba llena de gente. Parece que la exposición había atraído a muchos interesados al lugar.
La verdad, apenas me puedo mantener de pie, me siento muy débil como para seguir moviéndome. Hace ya varios minutos que dejé de hablar para concentrarme en seguir viva, pero Katsuki no estaba notando mi situación. Seguía moviéndose por el lugar, a punto de estallar al primero que se nos atravesara.
---Vamos nerd, hay que seguir buscando.--- me llevaba de la mano, pero yo estaba perdiendo mi propia batalla. Sentía que me iba a desmayar en cualquier momento.
---Oye, chico. Tu novia no luce bien.--- una chica rubia, aparentemente mayor que nosotros, se acercó y me miró con preocupación. ---Estás pálida.---
Finalmente, la cara de Katsuki se desarrugó y me miró con atención. No sé qué cara debo tener ahora mismo, pero parece que se asustó.
---____.--- Katsuki me soltó y puso su mano en mi mejilla. ---¿Por qué no dijiste nada?---
---No puedo.--- dije con dificultad, exprimiendo la poca energía que quedaba en mi cuerpo para decirlo. Como había muchas personas aquí, también había mucho ruido. Era un ambiente totalmente caótico, lo que hacía que me agotará más.
---Te cargaré.--- me dijo, para luego voltearse y agacharse. ---Sube.---
No dude en abalanzarme sobre su espalda y acomodarme sobre él.
---No ha comido, ¿Verdad?--- preguntó la chica. Yo asentí con la cabeza para darle la razón. Miró hacia el restaurante lleno de gente al que planeábamos entrar. ---Venir a estos lugares en estas fechas es horrible, nunca tienen mesas disponibles.--- volvió a mirarme y sonrió con amabilidad. ---Síganme, conozco un sitio que debe tener espacio disponible.--- apuntó a una dirección e hizo una seña para que la siguiéramos. ---Vivo aquí, así que es mi deber ayudar a los turistas.---
Katsuki me miró de reojo cuando la chica terminó de hablar. Yo solo asentí, mientras cerraba los ojos y apoyaba mi cabeza sobre la suya.
---Te sigo.--- lo escuché decir.
---Genial.--- respondió la chica. Katsuki empezó a caminar.
Estuvimos siguiéndola por unos minutos. Volví a abrir los ojos después de un rato para ver dónde estábamos. Notaba como cada vez había menos gente a nuestro alrededor y las calles se volvían más extrañas, incluso dejó de haber pavimento y solo era un camino de tierra.
