Quince

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Abrí los ojos poco a poco mientras luchaba con mi cuerpo para que respondiera a los movimientos que quería hacer, sentía los brazos y piernas extremadamente pesados, me levante poco a poco hasta quedar sentada en el piso frío.

-Donde estoy?-pregunte para mi misma al darme cuenta que me encontraba en un lugar muy parecido a un calabozo.

Me levante lo más rápido que pude e intente buscar alguna salida, las lagrimas comenzaron a invadir mis ojos cuando recordé porque me encontraba aquí, me habían secuestrado.

-¡SÁQUENME DE AQUÍ!-grite mientras golpeaba fuertemente los barrotes de la celda-¡SÁQUENME DE AQUÍ! ¡AUXILIO! ¡ALGUIE...

-Despertaste-dijo voz una fría la cual logre reconocer de inmediato, Caleb apareció delante de mí con una sonrisa marcada en su rostro-llegue a pensar que estabas muerta.

Fruncí el ceño-¿que hago aquí?-pregunte tratando de contener mis lágrimas-quiero irme a casa...

-¿Que no te gusta tu nueva habitación?-dijo él abriendo la celda para entrar, cerro tras si.

-Quiero irme.

-No seas mal educada Novale, acabas de llegar-sonrío-¿que no me dices hola?-negué suavemente con la cabeza y fruncí el ceño-Hablemos Novale.

-Yo no tengo nada que hablar contigo

-De hecho si, dime... ¿Estás embarazada?

Negué suavemente con la cabeza-no se de que estas habla...

Caleb estiró su mano hacia mi y tomo ambas mejillas aplastandolas-Ya deberías saber que odio las mentiras, ahora dime ¿tendremos un bebe?

Negué-la prueba salió negativa.

Èl asintió un tanto serio-Bien, un niño a estas alturas hubiese arruinado todo.

No respondí simplemente baje la cabeza mientras trataba de disimular las lagrimas que amenazaban con salir

-¿Se te ha perdido algo en mi pene?-preguntó Caleb con un tono sarcástico, misteriosamente mis mejillas se sonrojaron-mírame cuando te hablo-dijo esta vez con un tono frío-¡QUE ME MIRES!

Dirigí la mirada rápidamente hacia sus ojos y trate de contener el miedo-¿que quieres?

-Advertirte Novale-murmuro y se acercó a mi fríamente-deberías quedarte con esa boquita callada porque si llegas a decir algo que no debes, te mato Novale ¿entiendes?-asentí varias veces con un nudo en la garganta-te mato y luego me mato a mi.

Las lagrimas comenzaron a salir incontrolablemente de mis ojos-Te juro que no diré nada, te lo juro... Solo no me hagas daño, por favor déjame ir, por lo que mas quieras...

Caleb sonrió-curiosamente tu eres lo que mas quiero-se acerco y planto un beso en mi cuello-no podría soportar que algo te pasara y viene siendo tiempo de que te enteres de que en algunas ocaciones es muy difícil controlarla-dijo y saco un arma dorada, logre conocerla de inmediato como el arma de oro que había visto en el banco-yo le digo que no mate a las personas pero ella hace lo que quiere-Caleb apunto hacia una de las esquinas del lugar y disparo, solté un alarido-¿ves? te lo dije.

Camine hacia atrás invadida de miedo y pude sentir como mis piernas comenzaron a temblar, intente abrir la boca para decir algo pero lo único que quiera hacer era suplicar por vivir, choque contra el muro de la pared y me alarme al ver que Caleb seguía caminando hacia mi lentamente

-Por favor no me hagas daño-suplique en un susurro-por favor...

-Claro que..-sonrío y observo su arma-ambos nos pusimos de acuerdo y decidimos que era mejor mantenerte con vida.

E D U N| TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora