Dos

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POV'S CALEB.

Noventa y cinco, noventa y seis, noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve... Termine de contar y apresuradamente arroje el papel verde sobre el suelo, pude sentir la euforia recorrer por mi cuerpo a lo que el suave contacto contra la cerámica provoco que este saliera dispersado por distintos lugares dejándome ver la cara del queridísimo Benjamin Franklin, aunque lo que más me gusto fue ver nuestro pequeño número cien  a un costado.

-Un millón de dólares -dije para mí mismo-un millón-repetí con una sonrisa marcada en mi rostro, levante un poco la cabeza para ayudarme a dar con los causantes de esta belleza, y ellos nuevamente estaban allí-Bien hecho-asentí- ¡HABER MUCHACHOS UN APLAUSO!

El salón estallo en gritos y palmadas, todos saltaban y reían felizmente mientras se dedicaban a abrazarse unos con otros, la euforia ahora también pertenecía a ellos, y seguiría siendo parte de nosotros mientras todo marche conforme a lo planeado.

Allí mismo por donde se encontraban los chicos celebrando estaba ella, no pude tener un completo entendimiento de lo que su mirada expresaba pero estaba seguro de que aunque no celebrase como los demás, no saltase o sonriera, ella seguía allí.

Pero es que la pequeña Kattie ya no tenía idea de cómo seguir captando mi atención, ya que sabía que en el exacto momento en que le entramos a esto ella paso a ser segunda, el dinero había logrado reemplazarla y de cierto modo causaba mucho más placer en mí que ella en estos últimos días y después de todo, también era mucho más fácil de conseguir.

Guiñe mi ojo al aire en señal de que había logrado captar mi atención, y como no, cualquier hombre la desearía después de verla con ese diminuto vestido que usaba, pero es que ella no era de cualquier hombre. Kattie era una chica lo suficientemente fastidiosa pero inteligente como para entender que si algún día la encontraba enrollada con otro, lo mataría con mis propias manos y seguidamente a ella.

Kattie levanto un poco de la parte baja de su vestido y fue lo que finalmente me motivo aún más, me levante del asiento donde me encontraba y fui directamente hacia ella, pero decidí pasar de largo, sabía que mientras más me deseara, más placer me daría a la hora de tenerme.

Fui directo hacia el taburete y tome una botella de vino, la más elegante que había por allí.

-Damas y caballeros, nos vamos a beber la botella de vino más costosa qué hay en este lugar-hice una pausa-y posiblemente en el mundo entero. Eso si, cada quien agarre su copa que por hoy, yo les voy a servir-dije tomando la botella entre mis manos para llenar cada uno de los vasos de vidrio que se encontraban en la sala con el líquido rojo que salía de esta- Ustedes han sido mi ejército de honor y no se merecen menos.

Nadie dijo nada, lo cual me dio el pie para seguir hablando.

-¿Es que ustedes no se dan cuenta que llevamos mas de dos años burlándonos del ejército y de la  inteligencia de la primera potencia mundial?

Todos sonrieron y sujetaron la copa de vino a su par. Eleanor fue la primera en romper el silencio lujurioso que nos invadía.

-Tejón-me observó-¿Por que quieres brindar?.

-Por lo que ustedes quieran-dije-Para mi es un momento sublime, y me imagino que para ustedes también porque nos acabamos de volver el primer cartel capaz de ganar esa cantidad de dinero en tan solo una semana.

-Pues entonces yo brindo por eso-hablo Parker levantando su copa al aire y todos se les unieron.

-Bueno-todos observaron a Hunter-yo brindo para que cada uno de  nosotros siga guardando el secreto de esta organización y la respete. Porque esto... es algo que venimos haciendo Caleb y yo desde que tenemos memoria-sonreí ante esas palabras y seguidamente lo abrace. Hunter, mas que mi mano derecha, era mi mejor amigo-¿Si o no, Tejón?

E D U N| TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora