Un dolor punzaba desde la parte de atrás de mi cabeza esparciéndose por esta. Todo mi cuerpo pesaba al igual que mis ojos, aleteé las pestañas mientras miraba alrededor, todo se encontraba oscuro. Quise estirar los brazos pero algo me lo impidió, estaba amarrada a una silla.
Fruncí ligeramente el ceño intentando recordar que hacía en aquel lugar tan siniestro y fue entonces cuando aquellas imágenes golpearon mi cabeza: Me encontraba parada frente al hombre que se había encargado de arruinarme la vida. El reía mientras yo revivía la trágica muerte de mi madre y de repente había caído desmayada. Rápidamente comencé a agitarme de un lado a otro con la esperanza de que la silla cayese al suelo y se partiera en pequeños pedazos. Era algo que había visto en una película pero mi padre aseguraba que podía servir siempre y cuando dicha persona lo hiciera con mucha fuerza. Y eso era lo que me faltaba en ese momento, fuerza o por lo menos ánimos. Pero me sentía como si no pudiese llegar a ser feliz de nuevo.
-Ayuda-quise gritar pero mi vos había caído en un pequeño susurro-Ayuda-dije de nuevo con la esperanza de que esta vez fuese más audible, pero el único cambio que había producido era una pequeña cantidad de lágrimas que se había acumulado en mis mejillas-Por favor-chille.
Como si lo hubiese llamado con mi mente, la puerta de la habitación se abrió con una ráfaga de luz cubriendo mis ojos, los cuales, se cerraron al instante. Cuando pude abrirlos, vi que la figura de un chico aparecía ante mi, cuando la puerta volvió a cerrarse, el desapareció. Ahogue un chillido de frustración cuando sentí como sus pies se movían por el lugar. Su cuerpo se detuvo a unos cuantos pasos de mí y luego de un rato, todo se iluminó puesto a que el había encendido la luz. El lugar era un almacén lo suficientemente grande como para construir una vivienda allí. Yo me encontraba en el medio de el salón. A mi alrededor se encontraban una gran variedad de cajas con distintos tamaños acomodadas una sobre otras o en montones, cada una tenía una etiqueta diferente. De seguro se trataba de la mercancía.
Gire rápidamente la cabeza hacia un lado para ver quien había entrado, se trataba de un nuevo Alexander Ugart, ya aseado, perfumado y sin rastros de sangre por su ropa. El estado impecable en el que se encontraba hacía que se viese unos cuantos años más joven.
-Sácame de aquí-fue lo único que se me ocurrió decir-por favor.
Él sonrió de lado al tiempo que levantaba ambas cejas-Claro-hablo. Su tono de voz amenazante también había cambiado, dejando ahora uno casi amable-Es lo que hago. Secuestrar chicas sin ninguna razón, hacer un viaje largo con ellas, encerrarla en un sitio y luego las dejo ir como si nada-está vez hablo con sarcasmo.
-Por favor-pedí con la voz entrecortada pues, las lágrimas ya comenzaban a asomarse nuevamente-Alexander no lo entiendes. Ese hombre, Dmitry, el arruino mi vida y yo...-mordí mi lengua justo a tiempo para que más palabras no salieran de mi boca ¿acaso de verdad creía que eso le importaba a él? No seas estupida Novale. Negué suavemente con la cabeza y resoplé-por favor.
Este me miró perpicaz y mi llanto se aceleró. Metió la mano en uno de sus bolsillos para tomar su móvil y luego hizo un sonido con sus labios para indicarme que hiciera silencio. Entrecerré los ojos mientras veía su dedo deslizarse por la pantalla de el celular. Llevo el aparato a su oído y se quedo tranquilo mientras escuchaba a quien sea con quien estuviese hablando. Sus ojos cayeron en mi nuevamente
-Si, esta despierta...No, no le e hecho nada aún-hizo una pausa-no haré nada a menos que Dmitry lo ordene Inmaculada.-se relamió los labios mientras escuchaba-Si, pero el es mi jefe, no tu.... ¿Tú papi? Genial. Llámalo, y cuando te devuelva la llamada dile que estoy ansioso por terminar el trabajo que me encargó para el viernes-una sonrisa se escapó de sus labios cuando la chica que le hablaba respondió-Como sea, no pienso seguir dándole vueltas al asunto. De todas maneras, tu opinión no cuenta mucho en esto ¿O sí?.... Bien, llama Dmitry o a quien quieras, no creo que puedas hacer algo. Oh, y si ves a Olga encárgate de avisarle que no quiero alas de pollo esta vez.. Te veo en la cena preciosa-colgó, su sonrisa era amplia pero no llegaba hasta sus ojos.
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E D U N| TERMINADA.
ActionEl peligro es real, el miedo es una elección. [Enamorada de un narco,2015, HISTORIA ORIGINAL ESCRITA POR Mescalanteg. Todos los derechos reservados a la misma. OBRA REGISTRADA EN safe creative © bajo el código 1511195820230 y protegida por los der...