Cuarenta y uno

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Estoy corriendo en un callejón abandonado. Y alguien corre detrás de mi, persiguiéndome. Mis pies son ágiles, llevaban haciendo esto desde hace unos minutos, cruzando de esquina a esquina, esquivando obstáculos. Pero entonces, un gran mural aparece frente a mí provocando que retroceda. No, esto no podía estar pasando, necesitaba seguir corriendo, necesitaba salvarme. Lo que parece ser solo una persona, se convierten en varias a lo que continuas risas explotan.

Observo alrededor con la esperanza de poder encontrar otro lugar por el cual escabullirme pero lo único que alcanzó a ver es un vertedero lleno de basura. Frunzo el ceño intentando acomodar mis pensamientos y es cuando una voz gruesa invade el lugar.

-Puedes correr, pero no esconderte.

Es Caleb. Llevo ambas manos a mi boca para evitar que salga un grito de esta. La única cosa que me quedaba por hacer era escalar el muro, o al menos intentarlo ya que nunca he podido coordinar muy bien mis movimientos. Pero cuando intento acercarme a este, de pronto mis piernas dejan de ceder, y como consecuencia, caigo al suelo. Sus pasos están cada vez más cerca, ya era demasiado tarde.

-¿Que quieres?-pregunto asustada

Él sonríe intercambiando una mirada con sus acompañantes, se trataba de un hombre que era regordete y bajito, el otro no muy diferente al primero. No logró reconocerlos.

-Novale, Novale-dice Caleb  en un canturreo-no sabes cuánto me duele hacer esto, pero no puedo dejarlo pasar, ya sabes mi secreto.

-Prometo no decirlo, enserio lo juro-respondo inmediatamente hundida en lágrimas, mi corazón late tan rápido que siento que me va a dar un infarto.

Él niega suavemente con la cabeza de un lado a otro. Y de la nada saca un arma-No hagas promesas que no puedes cumplir-dice antes de soltar un disparo que impacta contra mi cuerpo.

Lo había echo
El me había asesinado.

Abrí los ojos de golpe y pase la mano por mi frente tratando de limpiar el sudor que se había formado. Había tenido una pesadilla, eso era todo. Respire hondo con alivio sintiendo como mis músculos se tranquilizaban lentamente. Odiaba las pesadillas-como todo el mundo-pero está en especial fue horrorosa y realista. Aunque al fin y al cabo no podía ser más de lo que era, un simple sueño.

Bostece grandemente y cerré los ojos tratando de conciliar el sueño. Observe el reloj que marcaban las 4 de la tarde. Según el, había dormido más de 10 horas seguidas pero aún así no parecía suficiente. Llevaba dias agotada.

Hice un movimiento para prender la lámpara que se encontraba en la mesita de noche y no pude evitar sonreír al observar una pequeña caja con un gran lazo, era mi cumpleaños número 18.
Rápidamente la tome entre mis manos para desenvolverla.

Espero que te guste, Jade me ha dicho que no eres fan de las joyas. Pero no está de más destacar que un diamante siempre luce bien junto a otro.
Pd: Cuando leas esto, ven al comedor-C

Reí nuevamente. Entre mis manos se encontraba un gran collar de color plateado. Estaba cubierto de pequeños diamantes. Negué suavemente con la cabeza e inmediatamente corrí hacia la sala principal, no sin antes cepillar mis dientes.

-Buenos días-sonreí desde la escalera, los chicos también se encontraban. Como cosa rara.

-Hey-hablo Caleb dándose la vuelta para poder observarme, llevaba una copa de vino en su mano. La estiro hacia mi-buenos días. ¿Dormiste bien?.

E D U N| TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora