Siete

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El viernes por la tarde fue el funeral.
En la escuela no se hablaba de otra cosa mas de la trágica muerte de Channey y el hecho de porque el había decidido llamarme a mi antes que a cualquier otra persona, por lo tanto se esparcían rumores de una supuesta relación amorosa entre alumna y profesor.

Pero esos rumores fueron desapareciendo a medida que iban hechando de la escuela a cada uno que se atreviera a mencionarlo, todo gracias al director Jobs.

Los chicos habían pasado por Jade y por mi para asistir al funeral juntos, y al llegar de inmediato pudimos sentirnos algo incómodos por las miradas de negación que recibíamos a medida que avanzábamos por el lugar, un grupo de chicos de la escuela se dedicaban a observarnos con el ceño fruncido mientras que los familiares de Channey no hacían otra cosa mas que repartir pequeñas tasas de café a los invitados, pero algo era seguro, todas esas personas se encontraban aquí solo por una cosa, descubrir quien había sido el asesino. de alguna manera u otra todos sabían que el aparecería tarde o temprano.

En la autopsia del cuerpo los médicos habían logrado descubrir que lo golpearon fuertemente con la intención de matarlo, o lesionarlo de por vida puesto a que había recibido tres golpes lo suficientemente duros en la cabeza y en las otras partes del cuerpo se podían notar las manchas de sangre esparcidas tras el ataque.

Conforme nos acercábamos, me preguntaba si estaba lista para mirarlo en el ataúd, lista para verlo acostado con las manos en su pecho con un rosario y su traje negro con un moño en el cuello con su piel pálida y apagada, con sus labios morados y secos, lista para verlo sin esperanza, sin vida.

Nos acercamos un poco mas, mientras caminábamos al ataúd con pasos cortos y silenciosos.

Lo miramos sin decir nada, sentí como un rápido flashback se posaba frente a mis ojos provocando que diese un grito ahogado y mis ojos se llenaron rápidamente de lagrimas, desde la muerte de mi mama no he podido ver a ningún muerto y Channey no seria la excepción, sentí como un rápido escalofrío me recorrió por el cuerpo y luego mi corazón se acelero al limite, no solo estaba triste, yo tenía miedo.

-Esta todo bien-me dijo Jade en un susurro mientras me tomaba de la mano para tranquilizarme-esta todo bien.

Ella sabia mas que nadie el pánico que solía tener antes situaciones así y de alguna manera me hacia siempre agradecerle a Dios por tenerla y saber que puedo contar con ella para todo.

Asentí y seguí mirando el cuerpo ya sin vida de Channey sin decir ni una palabra.

-¿Así lucimos todos al morir?-pregunto León en el mismo tono bajo.

-De seguro mas guapos-sonrío Matt para quitar la tensión pero rápidamente se dio cuenta de su error.

Una lagrima rodo por mi mejilla provocando que otras mas vinieran tras ellas, en el ataúd de Channey ya hacia el cuerpo sin vida de mi linda mamá y con el todos los intentos que pude haber echo para salvar su vida.

-Lo lamento-dijo Matt.

-Descuida-murmure.

Deje caer mi cabeza en el hombro de León y luego el me rodeo con sus brazos provocando que unas cuantas mas lagrimas salieran de mis ojos.

-Vengan-dice Jade-vamos a sentarnos, en un momento comenzarán con los discursos.

Los cuatro comenzamos a caminar pero nos detuvimos justo cuando sentí el cuerpo de alguien chocar contra el mío alce la cabeza y me tense al ver que se trataba de Amy Dickinson, ella se cruzo de brazos y sonrío perversamente.

-Vaya-dijo aun sonriendo-que raro que hayas decidido venir.

Arrugue la nariz-¿Por que lo dices?

E D U N| TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora