Pov Margoth
El fin de semana por fin había llegado y seguramente Andrea estaría por llegar en cualquier momento. Bajo a la sala ya vestida con unos shorts rosa pastel, blusa blanca de tirantes con una camisa azul a cuadros por encima, mis Vans y mi cabello desordenado. Hoy hacia un calor insoportable y seguro Chris se quejaría por mi atuendo.
―Buen día, papi ―saludo llegando a la sala viendo a Chris sentado en el sofá.
Realmente se me hacia muy extraño llamar a alguien padre cuando había pasado demasiado tiempo desde que había ocupado esa palabra para llamar a alguien.
―Ohh... Me has dicho papi ―dice emocionado con una gran sonrisa en su rostro―. Nunca lo olvidare, jamás ―se seca una lagrima imaginaria mientras me mira.
―No, no he dicho papi, dije que quiero papitas ―miento con una pequeña sonrisa.
―Ya, Mag sé que me di... ―le interrumpo.
―No y acéptalo, Christopher.
―Pero tú me dijiste papi ―dice poniendo cara de perrito―. Ay, esta hija es muy mala conmigo ―los ojos se le ponen llorosos.
―Chris, no es para tanto, solo bromeaba.
―¿En serio? ―asiento―. Lo ves, no es tan difícil de aceptarlo ―sonríe.
―¿Qué? Oh, Chris ―digo cuando caigo en cuenta de que solo estaba actuando y niego con la cabeza acercándome a él amenazante.
―¡Buenos días! ―dice mi madre apareciendo en la sala, volteo y le saludo con una sonrisa―. ¿Estaban jugando?
―No, estoy feliz porque Mag me ha dicho papá ¿puedes creer eso? ―mi madre se tapa la boca con una mano mientras sonríe.
―¿Vas a salir? ―preguntó al verla arreglada.
―Sí... Saldré con Chris ―me volteo para verlo con ropa cómoda e informal y no con traje como usualmente anda.
―Oh... Bueno...
―¿Querías venir? ―pregunta Chris interrumpiéndome.
―No, hoy viene Andrea.
―Pensé que te quedarías sola.
―Bueno nos vamos cariño, llegamos en la noche ―se despide mi madre caminando a la puerta con una sonrisa.
―O tal vez mañana ―comenta Chris saliendo por la puerta con mi madre.
―Mmm, hagan lo que quieran, solo cuida a mi madre ―digo alto antes de que cierren la puerta.
―¡Lo haré! ―Chris grita para que lo escuché.
Aburrido, aburrido, aburrido, todo estaba tan callado y en la televisión no estaba pasando algo que me agradara, programa de cocina, deportes, chismes, no era lo mío. Ya había pasado como mínimo una hora desde que estaba esperando a Andrea y empezaba a hartarme hasta que la puerta por fin sonó, me levanté del sofá y con pereza me dirigí a abrir la puerta.
―Ay, gracias a Dios abres, creí que no estabas ―dice Andrea mientras me hago a un lado y entra.
―Oh y yo pensé que habías muerto.
―Pues casi...
―¿Cómo que casi...? ¿Subimos? ―asiente, apago la televisión y caminamos hasta mi habitación―. Explícame por qué ―digo cuando llegamos y ella se lanza a la cama agarrando un almohadón para apretarlo contra su cara y gritar―. Bien, dime ―me siento a su lado atenta para escucharla.
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Seduciendo al Seductor
Teen FictionAustin Evans el tipico chico popular, capitán del equipo de fútbol, rico, un rompe corazones, cotizado por las chicas, guapo. "Tardé o temprano caerás nena... Como todas" Margoth Cover la chica que nadie nota (o eso creé), experta en venganzas o hac...