Capítulo 17. Engaño

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Pov Austin

Es domingo, un domingo tan aburrido y Mag no estaba contestando ninguno de mis mensajes y a todo esto estaba agregarle que la había visto hablar con Andrea ¿Y si ella le decía lo que le había hecho? No quería imaginar lo que haría si ella me deja... Ay, pero qué rayos estoy pensando, ella ni siquiera me importaba en primer lugar.

Tomó mi celular y decido llamarla en espera de que contesté. Primer toqué... Segundó... Tercero y nada. ¿Dónde demonios se metió?

―Austin ―dice mi hermano entrando por la puerta―. ¿A quién crees que vi en fotos por toda la web? ―sonríe con se celular en mano.

―Tal vez pornografía o alguna de tus ex ―digo restándole importancia.

―Bueno yo diría que es tu novia la que está en las fotos.

―Si como no ―se acerca y me tiende su celular enseñándome la pantalla.

―Esta todo hay ―dice mientras observo las imágenes de mala gana.

Veo a una chica con el rostro no tan claro en la imagen, el color de cabello se parecía al de ella, pero no significaba nada. Cambio de imágenes hasta que la veo con claridad, era ella y se estaba besando con otro.

―¿Dónde es? ―pregunto casi al instante.

―Una fiesta en la playa a las afueras de la ciudad, tienes que llevar invitación para eso... O es lo que escuché.

―¿Y cómo demonios consigues una invitación?

―Debes tener contactos o andar con alguno de ellos pa...

―Ya entendí ―lo interrumpo.

Edward solo se limite a encogerse de hombros y salir de mi habitación. ¿Pero qué tan probable era que Mag estuviera en esa fiesta? Ella no es de ese tipo de chicas o no lo parecía.

Me levanto de la cama colándome ropa a lazar y salgo de mi casa a la de Mag. Todo se respondería si ella esta o no en su casa y también el con quien pudo haber ido sin decirme nada, aunque tampoco era su obligación decirme. Me detengo estando ya demasiado lejos de casa cuando recuerdo que su casa no esta tan cerca de la mía y que no he traído el auto, aunque eso en este momento no me importaba mucho así que continuo mi camino.

Mi celular suena, pero no lo saco ¿y si le había sucedido algo? ¿Por qué no estaba contestando mis llamadas? ¿Dónde estaba ahora? ¿Y si era una llamada de ella? Rápidamente saco mi celular de mi bolsillo y lo reviso, no era ella, pero si un mensaje de un numero desconocido, cuando lo reviso me detengo en seco y le doy play al video, era ella bailando con otras chicas y chicos, pero no tenia nada que me confirmara que esto no era una broma como la del partido. Suspire antes de continuar mi camino, tenia que saber si Mag estaba o no en casa.

Llegue en tiempo record a la casa de Mag, seguramente mi entrenador estaría orgulloso. Camine directo a la puerta y toque, Chris fue quien me abrió, me miro serio y con un movimiento de cabeza me hizo pasar.

―¿Qué necesitas? ―pregunta serió.

―¿Quien...? Oh, Austin ―dice su madre sonriendo―. Mag no está por si la buscabas

―Ohh... ¿A qué hora regresa? ―preguntó.

―No lo sé, se fue con su amiga ―dice Chris.

―Gracias... Si llega, díganle que me llamé, por favor.

―Claro que sí ¿No te quedas a comer? ―pregunta su madre.

―Muchas gracias, pero llevo un poco de prisa ―digo como despedida antes de marcharme.

No tenia idea de donde se podía encontrar, pero mañana era día de instituto y tenía que asistir, así que tenía que verla mañana. Suspiro y retomo mi caminata con las manos en los bolsillos hasta que mi teléfono suena, inmediatamente lo saco y contesto sin mirar quien llama.

―¿Sí?

―Austin ―escucho y me quedo quieto ¿La que estaba escuchando era Mag? La escucho reírse.

―¿Estas drogada?

―¡Noooo! ―grita y se vuelve a reír.

―Dile que... ―escucho una voz femenina del otro lado y muchas risas hasta que cuelga.

¿Qué rayos acaba de pasar? Esta posiblemente era la llamada más extraña que había recibido en mucho tiempo y eso contaba las locuras de Dan y River.

Mire hacia el otro lado de la acera y vi a Lucke, se veía horrible, como si hubiera estado toda la noche de fiesta sin dormir. Mire acerque hasta él quien en cuanto me vio hizo una mueca de disgusto tomándose la cabeza.

―Hey, ¿no has visto ha Mag? ―digo estando junto a él.

―Tu eres su novio ¿no? deberías saber dónde esta ―dice alejándose de mí.

―¿Estas drogado? ―preguntó en cuánto el olor inunda mi olfato.― Sabes que eso va contra las reglas y si...

―Da igual, ella no me quiere y me lo dijo ―sigue caminando sin mirarme―. Claro y me tengo que conformar con ser su amigo por ahora.

―Tenemos entrenamiento mañana, para los principios del temporada ―le recuerdo.

―Austin cállate, ya suficiente tengo con solo ser su amigo como para que me recuerdes el partido de la semana que viene ―dicho eso se va.

No entendía nada, Mag, Lucke, Edward, Andrea, no los entiende en nada tal vez si fuera el de antes sí, pero ¿ahora? Ahora no los comprendía, tal vez no quería o solo no lo intentaba.

Mire mi teléfono y por poco lo suelto no por el hecho de que mensajes llegaran si no por las imágenes. En todas aparecía ella riendo con chicos y besándolos. Claro que no hacía falta ver todas ya sabía exactamente lo que pasaba. Me había engañado y yo era un completo idiota por creer que no lo haría, teniendo ese rostro y esa sonrisa angelical. Suspire con frustración y mire el numero antes de borrar las fotos, pero no era de un desconocido sino de la propia Mag, la muy descarada me lo estaba restregando en la cara, seguro ahora mismo se estaría riendo con su verdadero novio y pensar que casi había caído rendido a sus pies.

Una gota de agua cae sobre mi celular haciendo que mire al cielo y los alrededores para darme cuenta de que no había ninguna señal de ninguna nube. Lleve mi mano libre a mi cara para darme cuenta de que eran lágrimas. De verdad que ahora debería de verme muy patético ¿Llorar por una chica? ¡Austin Evans no llora por ninguna chica, ellas lloran por él! Limpio mis ojos rápidamente. En estos momentos hasta mi hermano y el hecho de robarme las novias sonaba mucho mejor que ser dejado por una ¡yo dejo, no me dejan! Siempre ha sido así.

Me giré y empecé a caminar a casa. Antes que todo estaba mi ego y no dejaría que una chica me hiciera sentir mal nunca.

Llegue a casa y el primero en recibirme fue Edward, me sonrió de lado y dio un gran suspiro lo cual me sorprendió ya que antes de salir estaba burlándose de mí. ¿Acaso la novia lo habia dejado?

―Resulta que la chica con la que salía se fue con los chicos que realizan esas fiestas en la playa y ya no tengo diversión.

¿O me podía leer la menté o estaba bromeando? No puede evitar reír a lo dicho ¡El gran Edward Evans acaba de decir que lo habían dejado! Esto en verdad es épico los Evans dejados por las chicas que patético suena a ser dos personas que dejan y no los dejan.

El tiempo restante la pasamos jugando videojuegos y comiendo chatarra como dos personas que les gustaba convivir, al menos ahora estábamos pasando tiempo junto, lo que nuestros padres siempre querían.

Seduciendo al SeductorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora