Pov Andrea.
Le digo. No le digo.
Estaba sentada en el sofá con la consola ya instalada y esperando a Mag que a saber dónde se había metido, no había querido ir conmigo pero si se había ido a quién sabe dónde mientras yo la buscaba como loca por toda la casa y hasta pregunte a los vecinos si la habían visto pero me ignoraron así que no debía de ser nada grave, esos ancianitos de junto se enteraban de todo, en verdad de todo.
Me tire al sofá, mientras esperaba a Mag me había comido una bolsita de frituras de la mesita y solo tocaba esperar a que llegara.
Mi mente seguía atormentándome con lo que había pasado hace unos cuantos minutos después de ir con los vecinos y seguía sin poder creérmelo del todo, simplemente era algo de sorprender o lo era para mí.
Escuché la puerta de la entrada abrirse y puse toda mi atención en el marco de la puerta. Mag entro con un aspecto demasiado horrible como para haber salido a dar un simple paseo, se dirigió al sofá y se sentó sin importarle que yo estaba acostada ahí, aunque tampoco me importaba mucho que se sentara en mis piernas.
―¿Qué paso? ―pregunto mirándola, pero no recibí ninguna respuesta.
―Lo solucioné ―comenta mirando hacia la TV.
―Pues no parece que lo hayas solucionado ―digo sin saber a qué se refiere exactamente―. ¿Qué hiciste?
―¡Lo solucioné, bien! ―dice casi gritando―. Solo... ―puedo ver como se muerde el labio inferior―. ¿Por qué mierda no fui contigo?
―¿Qué fue lo que paso en verdad?
―Vino mi padre ―apenas pude escuchar lo que dijo por el volumen de su voz al pronunciar aquellas palabras.
Tal vez no conocía toda la historia sobre lo de su padre, pero si sabia lo suficiente como para entender un poco por lo que estaba pasando.
―¿Aquí? ―pregunto, me parecía extraño que su padre hubiera venido hasta aquí, ni siquiera me lo abría imaginado. Veo a Mag asentir con la cabeza.
―Hablamos ―continúa mirando hacia la TV―. Dijo que me extraña...¿Cómo puede decirme eso despues de todo lo que pasamos mi madre y yo? ―estaba llorando, sus lágrimas caían por sus mejillas, pero ella en ningún momento me miro, su vista permaneció fija―. ¿Cómo cree que pase todo este tiempo?
―Mag...
―¿Y sabes qué le dije? ―me ignoro―. Le dije que mi padre había muerto.
No pude más, ver a Mag en ese estado era como verme a mí misma, después de todo habíamos crecido juntas, compartido cama, a nuestras madres, todo. Incluso el dolor, él dolor de ella era mio y el mio de ella. Habíamos estado juntas siempre.
Me senté como pude aún con Mag en mis piernas y la abracé porque ¿qué otra cosa podría hacer? No había pasado por lo que ella, no tenía palabras para decirle que todo estaría bien, que ella estaría bien. Porque no tenía como hacer que aquellas palabras sonaran como quería, reconfortantes.
―Y lo peor de todo ―la escuche sollozar mientras hablaba―. Es que me duele como nunca antes.
―Yo estoy aquí ―fue lo único que pude decir en ese momento mientras simplemente la abrazaba, seguro que se calmaría para cuando su madre, su tío y Chris llegaran.
Seguro que en algún momento llegaría a ser la de antes.
Pov Austin.
―La he cagado, hermano ―digo cubriendo mi cara con uno de mis brazos.
ESTÁS LEYENDO
Seduciendo al Seductor
Teen FictionAustin Evans el tipico chico popular, capitán del equipo de fútbol, rico, un rompe corazones, cotizado por las chicas, guapo. "Tardé o temprano caerás nena... Como todas" Margoth Cover la chica que nadie nota (o eso creé), experta en venganzas o hac...