Capítulo 36. Una última jugada

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Pov Austin

Después de todo lo ocurrido últimamente, como de que Mag y el director eran algo así como familia y que nos había castigado por lo que restaba del año escolar. Al final ya estaba un poco más claro con mis pensamientos así que ya había decidido en como terminar la relación que tenía con Mag, y aunque lo del problema con el entrenador y lo que fuera que tenia esa botella no se había solucionado, aun podría sacar una beca con mis calificaciones, después de todo no eran tan malas y no deberían de serlo.

Suspire una vez mas recostado en mi cama pensando en como reaccionaria y aunque no había pasado nada como me lo esperaba en un principio, tenia que terminarla o me quedaría estancado y sin diversión por lo que quedaba del instituto, pero aun tenía una última opción para intentarlo, la cita que seria decisiva y en la que me la llevaría a la cama o no, estaba seguro por todo el material de películas que había visto que esto funcionaria: una cena romántica a la luz de la luna en un bonito restaurante, un poco de vino, palabras bonitas, hablar sobre nosotros y nuestros sentimientos, seguro que caería y si eso no servía, no se que lo haría.

―¡Llamada! ―grita Edward desde el piso de abajo sacándome de mi planeación y pensamientos

Bajo las escaleras con pereza y le quito el teléfono a Edward que está moviendo su pie ansioso.

―¿Quien? ―pregunto y el levanta los hombros.

En cuanto me pongo el teléfono en la oreja puedo escuchar el increíble pip del teléfono anunciando que si alguien había llamado colgado o que nadie había llamado. Miro a Edward levantando una ceja y este ríe.

―¿En serio? ―pregunto colgando el teléfono.

―¿Te interrumpí en algo? ―pregunta divertido.

―Deberías de dejarte de bromitas tontas ¿Quién es el mayor?

―No sé ―levanta los hombros, mete sus manos en sus bolsillos y empieza a caminar escaleras arriba.

―Edward...

―Bien, bien ―dice―. Pero en mi defensa si había alguien al teléfono cuando te llame.

―Claro.

―Está bien no me creas.

―¿Y quién era? ―pregunto.

―¿Crees que lo voy a saber todo? ―responde.

Levanto las manos en señal de rendición y empiezo a caminar de regreso a mi habitación y lo escucho, el maldito teléfono suena.

―Ahora yo contestó ―digo pasando al lado de mi hermano y tomando el aparato―. ¿Quién rayos no para de marcar? ―contesto enojado.

―Pues yo ―puedo escuchar la voz de Mag al otro lado de la línea―. ¿Quién más?

Mientras la escucho hablar no puedo dejarme de repetir lo idiota que soy por haber contestado de ese modo. Quería llevármela a la cama y esto podía echarlo todo a perder. Que idiota soy.

―Oh, cariño ―contestó sorprendido y Edward me mira divertido. Claro, cómo no iba a divertirle esto.

―Voy a colgar ―dice―. Me gritaste

―Espera, espera ―le digo―. No sabía que eras tú, es solo que un estúpido estaba llamando y pensé que, bueno.

―¿Estúpido?

―Sí, colgó antes de...

―Yo estaba llamando y me has dicho estúpida ―la escucho decir enojada―. Sabes, voy a colgar.

Seduciendo al SeductorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora