Capítulo 25. Perdóname

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Pov Austin

Estaba buscando a Mag desde que habíamos llegado a la casa donde seria la fiesta.

―Calma que me mareas ―dice Dan tomándose la cabeza.

―Ella vendrá ¿Tan malo fue toparte a la otra? ―pregunta River.

―No hay otra es solo ella ―le respondo.

―Bueno, mi nena ya llego ―dice Dan yéndose.

―No te preocupes solo nos queda como una semana ―dice River dándome palmaditas en la espalda y haciéndome reaccionar. Recordando que tengo que llevarla a la cama.

―No creo que sea tan... ―le digo volteando a mirarlo para ya no encontrarlo.

―Austin ¿No has visto a Lucke? ―pregunta uno de mis compañeros.

―Debe de estar en alguna habitación ―bromeo.

―Cierto, iré a decirles a los chicos. ―lo detengo antes de que se vaya―. ¿Sí?

―¿Has visto a mi novia?

―No, la vi en las gradas antes, tal vez no vaya a venir ―me dice antes de marcharse.

Mire a todos lados en el pasillo, había estado aquí desde que llegue para saber si Mag vendría o no. Suspiro antes de caminar y adentrarme a la casa aún más. Tenía que ver a Mag y explicarle lo que había pasado con aquella chica, que por cierto no la había vuelto a ver desde ese momento.

―¡Austin! ¿A quién crees que me encontré? ―comenta Dan con su novia al unísono y después ríen.

―¿A quién se encontraron? ―les pregunto con fingida sorpresa.

―A Mag ―responde la chica señalando a donde unos sofás con muchas personas alrededor.

―Y parece que está platicando con Lucke ―dice Dan, empezando a caminar hasta ahí conmigo y su chica.

Me abro paso entre la gente que encuentro sin prestarle atención a Dan o a su chica hasta que llego al frente donde efectivamente esta Mag con Lucke y Ted en medio de los dos, el cual se ve molestó.

―¿Así que tu ganaste? ―pregunta Ted―. Yo podría ser mejor que tu si lo quisiera ―le dice Ted con molestia y Mag le dice algo haciendo que se levante junto a ella.

―Vamos Mag dile que si a tu amigo ―le dice Lucke y todos se quedan callados, y empiezan a esparcirse.

No puedo escuchar lo que le dice ya que todos empiezan a hablar y gritar, subiéndole el volumen a la música.

Miro a todos lados buscando que se callen y para cuando regreso mi vista a Mag y Ted ya no están.

―Hoy no eres el ganador ―dice Gary pasando a mi lado empujándome.

―Pero sigues siendo un caracol Gary ―le digo con tono burlón y este gruñe mientras se aleja.

Después de andar buscando a Mag por el patio, la planta baja y abrir la mayoría de las habitaciones en el segundo piso viendo cosas no aptas y asquerosas para todo público, decidí por fin salir a tomar aire a la calle.

―¡Amor! ―grita alguien en mi oído abrazándome por la espalda y enredado sus manos en mi cuello. Y todo esto a unos metros de poder salir.

―Qué diab... ―no termino de decir cuando la chica en mi espalda se da la vuelta y me planta un beso. Rápidamente la aparto y puedo ver como unas cuantas personas nos miran y puedo jurar que solo unas tres de ellas están sabrías y para el colmó son tres las que nos miran.

Seduciendo al SeductorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora