Capítulo 29. ¿Qué voy a hacer?

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Pov Austin

Dan y River acababan de salir de mi casa, y no podía creer que esto estuviera pasando, ya habíamos hablado sobre adelantar el plazo, pero ponerlo en una de nuestras "reuniones" esto ya era serio, tenía que terminar con Mag pero antes tenía que llevármela a la cama, ¿Cómo podía esto siquiera empeorar? ¡Ah! pues claro agregándole que tenía unos pequeños conflictos con Mag por romperle la cara al imbécil de Lucke, sumando que Mag me había regalado unos muy lindos tenis y yo nada, lo cual no me hacía sentir de lo mejor... Ah esperen y se me olvida algo, el partido es el sábado y no estoy en la mejor condición de jugar por el maldito tobillo que me torcí y el castigo que debo cumplir junto con Lucke por pelearnos, esto ya era una gran mierda.

Suspire tirándome en la cama. ¿Qué haría ahora para mejorar todo esto? No tenía la menor idea. Escuche alguien llamar a la puerta en el preciso momento que estaba por intentar dormir.

―Adelanté ―respondí.

―¿Qué sucede cariño? ―pregunta mi madre una vez está dentro.

―Nada ―respondo intentando restarles importancia a mis problemas.

―Oh, vamos, sé que tienes algo ¿Por qué crees que soy tu madre? ―me dice y la volteo a ver. Trae una bandeja con un plato lleno de panqueques y al lado un vaso de leche―. No has bajado a cenar. Vamos, ahora dime ―toma asiento en la cama lista para escucharme.

―Bueno... ―suspire pesadamente antes de empezarle a contar todo lo que había sucedido esta semana, claro omitiendo algunas partes porque ¿Qué pensaría mi madre si le digo que he estado saliendo con chicas solo para llevarlas a la cama? Claro que nada bueno.

―¡Oh, cariño! ―dice una vez que termino de contarle todo.

―Lo sé, lo sé ―digo con pesar.

―Bueno cariño, pues primero deberías resolver lo de ese tobillo y despues comprarle algo a tu novia para que no estén peleados ―me dice con una gran sonrisa.

―¿Qué podría regalarle? ―pregunto.

―Bueno, antes de eso, veamos ese tobillo ―me dice mi madre―. Vamos.

Le enseño mi tobillo y ella lo examina, no es como si mi madre fuera doctora pero ella si sabe lo que hace.

―Auch ―me quejo cuando lo dobla.

―Hay que vendarte ese tobillo, seguro que para mañana ya está mucho mejor, no es nada grave ―me dice sonriendo―. Iré por las vendas, no te pares.

―¿Y si necesito ir al baño? ―preguntó en modo de broma.

―Pues hazte en la cama ―dice del mismo modo y puedo escuchar como ríe.

Mi madre siempre había sido así desde que yo era pequeño o así era como la recordaba, siempre tan alegré, sacando el lado positivo de las cosas sin importar que tan fea fuera la situación. Y estaba orgulloso y agradecido de que una mujer como ella fuera mi madre.

Pocos minutos despues mamá llego con las vendas en las manos y como me había dicho no me moví de la cama.

―Déjame vendar ese pie ―me dijo sentándose en la cama y en seguida le di mi pie.

―Qué te parece que mientras me vendas el pie me dices como que cosa podría comprarle a Mag ―le digo a mi madre.

―Podrías regalarle unos aretes o comprarle algún accesorio ―me dice.

―No sé si funcione con ella ―digo―. Mag no es de esas superficiales o no que yo sepa, ella es más como... Espontanea, o no lo sé ―le digo tirándome a la cama.

―Hey no muevas el pie ―me regaña.

―Lo siento.

―Podrías obsequiarle una libreta decorada por ti, tal vez le parezca lindo ―dice soltando mi pie―. Y hasta podrías ponerle una frase de disculpa o algo así.

―¿Crees que le guste? ―pregunto tomando en cuenta su idea.

―Si es una de esas chicas detallistas, estoy segura de que le gustara, le mostraras tus sentimientos y no creo que sea tan cruel para no perdonarte si le pones la carita de perro abandonado ―me dice riendo.

―¡Mamá! ―me quejó un poco avergonzado.

Mamá me había visto una sola vez con mi cara de "perro abandonado" como le decía ella y fue en una sola ocasión, pero a parecer le encantaba recordármelo.

―Bien, bien ―dice levantándome―. Come algo y ten en cuenta lo del obsequió, y si no sale como quieres cómprale un perfume ―me dice antes de salir―. Buenas noches cariño.

―Buenas noches.

Tal vez mamá tenía razón, tal vez con una linda libreta y una frase de disculpas todo se arreglaría pero había algunas cositas en eso, la primera es que no tengo ni la más mínima idea de cómo decorar una libreta y la segunda que probablemente la decore con cosas que no le gustan a Mag. Esto iba a salir mal.

Me acomode en mi cama y tome la foto que tenia de Mag en mi mesita de noche, esa foto que habíamos utilizado para lo de las "conquistas", si, aun la tenía y me gustaba mucho mirarla, tal vez por el simple hecho de que Mag estuviera en ella.

Seduciendo al SeductorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora