Capítulo 18. ¿Enferma?

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Pov Andrea

No lo podía creer, estábamos drogadas, alguien había metido droga a la fiesta y ahora todos estábamos afectados o la mayoría.

―¡¿Quién la puso?! ―pregunta enojado uno de los que organizó la fiesta.

―No sabemos ―responde alguien entre la multitud.

Todos estábamos mareados por una u otra razón y algunos aún estaban riendo como locos mientras hacían algo parecido a un baile. Volteo a ver a Mag quien aun sigue dormida y al parecer esta teniendo una pesadilla, lo que era realmente extraño ya que desde que la conocí casi nunca tiene pesadilla al menos que este enferma o se sienta mal.

―¿Qué le sucede? ―pregunta el organizador del cual olvide su nombre. Mag se retuerce demasiado y eso no es buena señal, seguramente aquella pesadilla era intensa.

―Llevémosla a casa ―dice Kim llegando hasta nosotras. Me levanto mientras el organizador toma a Mag en brazos y empieza a andar intentando no caerse ya que Mag se sigue retorciendo y él un poco mareado.

―¿Esta bien? ―pregunta a lo que yo niego―. Se ve horrible ―comenta mientras se apresura a la camioneta donde llegamos para subirla en el asiento trasero.

―Oh... Gracias, siempre los halagos me hacen bien ―dicho todos volteamos a ver a Mag quien no luce nada bien, pero esta despierta.

―Está viva ―dice el organizador haciéndome un espacio atrás para entrar y cargar las piernas de Mag mientras Kim y Sam se encuentran enfrente conduciendo.

―No me pasara nada ―dice Mag pero en seguida su expresión cambia.

―Déjate de tonterías niña, duérmete ―la regaña el organizador y en seguida está durmiendo de nuevo―. ¿Le pasa seguido?

―Nunca en una fiesta.

―Diablos ¿y quien demonios metido la droga? Se suponía que serian una fiesta con alcohol, pero sin drogas, todos conocen las reglas ―se queja él.

―No vale de nada quejarse, alguien no le gustó, traía droga y simple la expandió por el lugar ―dicen mis primas al unísono y la verdad aquello me empezaba a dar miedo.

―Me enferma.

―¿Como a Mag? ―pregunto y él niega.

―Es muy hermosa como para estar así ―la mira y sonríe­―. Es pura belleza, lastima que no es mi tipo.

―Nadie es tu tipo ―se quejan las gemelas y me rio.

Todo el camino de regreso platicamos de cosas que nos habíamos perdido y claro las primas no son las santas que aparentan, aunque nadie lo es. Al llegar el organizador que al parecer le decían Deff aunque ni sabia su nombre o lo que fuera que significara aquel apodo, dejo a Mag en la cama y antes de irse nos digo que lo llamáramos para avisarle sobre cómo se encontraba y que si empeoraba él mismo la llevaría al hospital de su familia.

―Un encantó, el tipo de nadie ―dice Sam dando un gran suspiro.

―Pero besa bien, es una lastimas ―continua Kim y ambas ríen.

Me dedico a hacer lo de siempre que Mag se siente mal, tal como lo hace su madre y me lo había enseñado. Lo único que quería era que estuviera bien.

Había intentado de todo, pero esta vez parecía ser diferente ya que nada funcionaba y empezábamos a preocuparnos. La tía entro a la habitación mirándonos con enojo hasta ver a Mag en la cama con fiebre.

―Debemos llevarla con el padre del chico... ese que vino con ustedes y avisarle a su...

―¡No! ―gritamos las tres al unísono. Yo mas que nadie sabía que pasaría si su madre se enteraba y no quería imaginar a Chris si se enteraba.

―Solo llevémosla al hospital, Deff sabrá que hacer ―dice Sam.

―Yo lo llamo ―propone Kim con el teléfono en mano.

Deff llego más rápido de lo que imaginaba e incluso había traído una ambulancia y todo.

―¡Aquí esta! ―les avisa Deff a los paramédicos quienes recogieron a Mag para llevarla―. Cuídalo que es una rosa.

No sabia si el tiempo estaba pasando muy rápido a si acaso era la preocupación que estaba sintiendo, porque no me di cuenta cuando llegamos al hospital.

―Andy, Andre, An ―me llama Kim siguiéndome con la mirada mientras camino de un lado a otro―. ¡Andrea!

―¿Qué? ―respondo molesta.

―Siéntate ―me regaña Deff quien está sentado junto a las gemelas―. No es nada grave, mi padre la está revisando, tranquilízate ―dice levantándose para abrazarme y dedicarme una gran sonrisa, y vaya sonrisa.

―¿Y quien fue el que llevo la ambulancia? ―le reprocho, seria bonito, pero aquello me había causado mas ansiedad del estado de Mag.

―Lo siento, lo siento ―dice levantando los brazos―. Por favor siéntate ―me dice tomándome de los hombros y obligándome a sentarme junto a mis primas.

No quite la vista del pasillo por donde se había ido el padre de Deff hasta que apareció por el corredor y me levante de golpe, caminando con rapidez hasta él.

―Esta bien, solo fue mucho alcohol en su sistema y al parecer tomo drogas, eran limpias y no en gran cantidad ―al escucharlo suspire con alivio, en primera su madre no nos mataría y segunda ella estaba bien―. Ahora ―dice volteando a ver a todos lados y se detiene en Deff―. ¿Quién metió drogas a la fiesta? Porque te advertí de eso.

―Nadie sabe, por eso la próxima será más privada ―contesta Deff con una sonrisa y su padre niega.

―Bueno pueden pasar a verla si quieren, pero no la alteren si despierta ―dice anotando algo en la tabla que carga y caminando hasta la recepcionista―. Ah y... ―voltea una vez más a vernos―. No se lo diré a sus padres, tienen suerte. Habitación 90 ―nos sonríe y sigue su trabajo.

Al llegar al cuarto donde se encontraba Mag la encontramos aun descansando, lo único que tenia era una intravenosa, después de unos minutos ella despertó

―Pero que ruido ―dijo en cuanto abrió los ojos.

―Voy por la enfermera ―dijo Deff saliendo de la habitación.

La enfermera no se tardo nada, cuando llego solo le dio una pastilla para el mareo y nos dijo que se podía ir en unas horas cuando nuestra tía viniera a recogernos o el padre de Deff saliera del trabajo, y lo mas probable era lo segundo, así que esperaríamos.

―Y no vuelvas a consumir drogas ―dice antes de salir―. Me buscan cuando el suero se haya terminado.

―¿Quién me las dio? ―pregunta una vez la enfermera salió del cuarto.

―¿Qué? ―le pregunto.

―Nadie ―responde Kim

―¿Enserio quieres que andemos? ―dicho todas volteamos a ver a Deff. Suerte que la abuela-tía no está, sino seguro que le daría un golpe.

―¿Qué... Yo te dije eso? ―pregunta confundida y él solo asiente―. Lo lamentó, pero tengo novio.

―¿Y te besas con otros? ―esta vez fue Sam quien hablo―. Te vi y no fui la única hasta te tomaron fotos y todo.

―Solo... No... Yo... ―Mag se agarró la cabeza y negó.

―Descansa ―dice Deff con una sonrisa―. Aun falta para que salga mi padre, así que no creo que vayan al instituto mañana.

Seduciendo al SeductorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora