Capítulo 13. Mamá, papá él es mi novio

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Pov Mag

Moria de la risa por los mensajes que me enviaba Andrea y Austin no dejaba de preguntar que quien me enviaba mensajes y yo solo que mi mejor amiga.

―Si te sigues riendo te dará un ataque al corazón.

―Amargado.

―¿Estas drogada?

―Ni te atrevas a decirlo de nuevo ­―le digo mirándolo mal y sacándole la lengua.

―Ok, entonces tu amiga debe de estar drogada.

―Tampoco ―digo­ negando y mirándolo mal―. Solo me está diciendo que cosas puedes hacer para que Chris se enoje ―digo sonriendo.

―¿Y cómo que cosas son las que podría hacer? ―pregunta sin mirarme.

―Como besarme enfrente de él.

―Puede que lo intenté.

―Mi pésame... Seré soltera de nuevo.

―Sí, como no ―dice mirándome con una sonrisa.

Llegamos a mi casa y como si el Diablo nos esperará en las puertas del infierno, Chris estaba allí de pie con el ceño fruncido mirándonos.

Austin aparca frente a la casa y bajamos, Chris me dedica una sonrisa en cuanto me mira y después frunce el ceño de nuevo al ver a Austin.

Entramos y ese típico olor inunda mis fosas nasales.

―¿Panqueques?

―En edición limitada ―responde mi madre en cuánto entramos a la sala.

―Especiales para mi linda princesa ―dice Chris mientras me abraza. "Y ya empezaron los celos de padre".

En cuanto me suelta me dirijo a la cocina para saber que ha cocinado mamá.

―¿Qué voy a cenar? ―pregunto recargándome en la barra.

―¿Vas?... ¿Qué nadie más lo va a hacer? ―pregunta mirándome con una ceja arqueada.

―No lo sé ―me encojo de hombros viendo como Chris y Austin entran por la puerta.

―¿Y cómo se conocieron? ―pregunta mi madre. ¿Cómo se responde eso? Tal vez con... Oh mamá lo conocí por una venganza porque el muy chulo le rompió el corazón a mi mejor amiga y pues... Nos conocimos porque mis libros cayeron al piso y tan cliché que es mi vida que los levantó y eso, ya sabes lo normal. No claro que no puedo responden eso.

―Nos conocimos en los casilleros, Mag llevaba muchos libros y tropezó, y cuando la ayudé a recoger sus libros vi esos hermosos ojos que se convirtieron en dos preciosas gemas ―Austin sonríe recordándolo, aunque yo no lo recuerdo de esa manera. "Creo que depende de cada uno" dice mi querida conciencia.

―Qué lindo lo dices ―mamá le sonríe y claro que ya la tiene ganada. Aunque Chris no se ve convencido del todo y eso me gustaba.

Mamá no nos quiso decir que había cocinado hasta que estuvimos sentados y lo descubrimos por nuestra cuenta, era su delicioso risotto y su exquisita sopa minestrone.

―Tiempo sin comer esto ―le digo sonriendo ya que la última vez que lo comí tenía unos cuatro años y nos acabábamos de mudar.

―Para que no se me olvide como se hace ―comenta mi madre con una sonrisa.

―Bueno... ―digo ya en la mesa antes de empezar a cenar―. Mamá, papá les presentó a mi novio Austin ―digo señalándolo y mirándolos. Chris sonríe y se levanta.

―¡Dios mío... Me has dicho papá! ―grita llegando hasta mi para abrazarme.

―¡¿Chris?! ―me quejo mientras mamá y Austin se ríen.

―¡Ya me considera su padre... Querida pronto nos casaremos y seremos una gran familia! ―dice dramáticamente.

―Si no comes tu comida, los ancestros vendrán y te ahogarán con el risotto ―digo intentando separarme de él, no era incomodo, pero si me está apretando bastante.

―Esta bien, solo porque lo hizo tu madre ―se sienta y sonríe.

Cenamos tranquilamente después de eso. Chris y Austin platicaban sobre deportes y arte, mamá me regañaba por no haber traído a Andrea, pero se calmó cuándo le dije que su madre tenía nocturno y vendría de nuevo a quedarse por la noche.

―Traigo el postre ―digo caminando hasta la cocina. Abro el refrigerador para tomar el pastel y después unos cuántos platos, cucharas y un cuchillo, para dirigirme al comedor―. Aquí esta, no es hecho en casa, pero si por el panadero ―sonrió mientras cortó el pastel y mamá lo reparte.

―Rico, el panadero tiene buen ojo ―dice Chris sonriendo. Estoy a punto de contestarle que; el panadero no está ciego ya si no, no habría pastel.

―Claro crees que si no los tuviera cocinaría ¿aún? ―dice mi madre a lo que río. Mi madre y yo nos parecemos mucho en cuento carácter, aunque por desgracia en apariencia me parezco a mi padre.

La cena termina y despedimos a Austin. Mamá al parecer le encanto conocerlo ya que según ella es un encantó y en cuánto a Chris... Digamos que tiene un poquito de apreció por su gusto compartido por el arte, hasta donde entendí.

―Nos vemos el viernes ―le digo.

―Hasta entonces, un gusto conocerlos ―dice despidiéndose de mi madre con un abrazo y un beso en la mejilla, de Chris con un amistoso apretón de manos y de mi...― Veremos qué pasa con el beso ―me susurra en el oído en cuánto me abraza para después tomarme de la cintura y darme un cálido besó mientras escuchó como Chris suspira con frustración―. Nos vemos ―camina hasta su auto y antes de subir me manda un beso y me guiña el ojo. En cuanto vemos que su auto desaparece entramos y espero a que Chris en cualquier momento diga algo.

―¡Maggie! ―Andrea corre hasta mi dándome un fuerte abrazó―. ¿Qué tal ehh? ―pregunta separándose de mí. ¿Pero cómo diablos entró?

―Bien...

―¿Por qué no bajaste a cenar? ―le reprende mamá.

―Pendón mami, pero acabó de llegar ―se disculpa regalándole una sonrisa.―Bueno me voy con la panqueques a su cuarto ―anuncia tomándome de la mano para empezar a subir.

―¡Alto ahí señorita! ―mi madre nos detiene―. Llévese ese tazón de risotto y su pastel por lo menos ―Andrea se apresura y corre a la cocina por ello.

―¡Yaa, muchas gracias! ―dice tomándome de la mano después de darme a que cargue su comida.

En cuento entramos Andrea se apresura a quitarme las cosas y ponerlas en mi mesa antes de preguntarme.

―¿Lo aceptaron? ―ladeo la cabeza―. Chris aún no lo creo, lo entiendo, bueno pronto lo hará, recuerda cero cariño, no te enamores.

―Lo sé, lo sé, cállate y come ―digo caminando a mi cama y me recuesto mientas Andrea se sienta literalmente en mi mesita a comer.

En realidad, ni siquiera había planeaba presentarlo, pero todo había sido tan rápido que no quedaba de otra.

―Esto esta delicioso ―dice Andrea sonriendo.

―Asegúrate de decirle mañana, tiene años que no lo cocina ―digo sonriendo.

Mentiría si no dijera que estaba un poco celosa que mi madre cocinara esto para alguien con quien solo estaba jugando, pero era lindo volver a probar algo que era de nuestro antiguo hogar.

Seduciendo al SeductorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora