Capítulo 34. Adiós

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Pov Mag

Ted se estaba comportando demasiado extraño estos últimos días y Andrea lo estaba ayudando a ocultarme algo y lo peor es que no me decían que estaba pasando.

―¿Y bien? ―le pregunto una vez se sienta junto a mí.

―¿Y bien qué? ―dice.

―¿Qué tienes que decirme? ―lo volteo a ver y él se rasca la nuca―. No me digas que nada porque ya no te creo, dime la verdad ―digo cuando Ted intenta hablar.

―Es que, no sé cómo decirlo ―dice sin mirarme.

―¿Qué cosa?

―He intentado, pero no, no puedo ―dice tomándose la cabeza con las manos.

―Ted me estas asustando ―le digo.

―Te lo diré en el almuerzo ¿sí? ―me mira con una sonrisa en el mismo momento que el profesor entra y yo sonrió.

―¿Quién puede decirme donde nos quedamos en la clase anterior? ―pregunta el profesor mirándome y despues a todos en el salón.

―Nos quedamos en el salón profesor ―responde alguien y todos reímos.

―Muy gracioso señor Mateo, ahora salga de mi clase y váyase a la dirección ―dice.

―Y si mejor se relaja un poco profe ―en el momento que lo escuchamos todos lo volteamos a ver. Se había metido con el profesor equivocado.

―No se preocupe espéreme afuera, yo mismo lo llevare con él ―dice el profesor frunciendo el ceño más de lo común―. Ahora

El chico sale y el profesor me mira.

―Señorita Converse ―me llama―. Dígame donde nos quedamos la clase anterior.

―La clase anterior no vine ―le respondo recordando mi salida con Austin.

―Se puede saber ¿Por qué?

―Me sentía mal ―Le digo

―Su amigo me dijo que era por algo familiar.

―No, yo le dije que se sentía mal y usted no me creyó ―dice Ted.

―Vamos, ustedes dos también, fuera ―nos levantamos riendo y salimos casi corriendo.

―Ya cásese ―escucho decir a alguno de mis compañeros.

―¿Alguien más quiere ir? ―pregunta―. Eso pensé... De la página 128 a la 140 quiero un resumen para cuando vuelva ―dice saliendo.

Como había dicho el profesor nos llevó a la oficina del director.

―No creí que fuera en serio ―comenta bajito el chico de la bromita.

―Siempre va en serio ―digo mirando al frente mientras el profesor toca a la puerta.

―Adelante ―se escucha desde adentro.

―Buenos días, director ―dice el profesor una vez estamos dentro.

―Oh, ¿Qué sucede esta vez Dan? ―pregunta el director mirándonos―. Pero no se queden ahí parados, por favor tomen asiento

―Sí ―decimos al unísono sentándonos en las sillas libre.

―Ahora sí, ¿Qué sucede profesor?

―Para empezar la señorita Converse ―me señala y puedo ver que Frank trata de no reír por cómo me ha llamado el profesor―. Siempre anda demasiado distraída, llega tarde a las clases o ni siquiera se presenta y estos dos ―los señala y por el tono de voz del profesor estos dan un pequeño salto en su asiento―. Se han puesto a retar mi autoridad frente a todos sus compañeros. Siendo yo el profesor creo me merezco un poco de respeto ―dice cruzándose de brazos.

Seduciendo al SeductorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora