Capítulo 21. ¿Un lado tierno?

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Pov Mag

Habíamos llegado temprano y no, esta vez no me había quedado dormida, Andrea me había traído al instituto y le habíamos comunicado a Ted sobre nuestro plan para que también llegara temprano.

―¿Son estos? ―pregunta Ted señalando los casilleros en el segundo piso que pertenecían a Dan y River.

―Sí esos ―contesta Andrea.

Miramos como Ted hacía algo y después le daba un simple golpecito para que se abriera. Era impresionante o lo era para mí.

―El frasco ―me dijo Andrea. Le entrego el frasco azul de plástico que tenía una pequeña notita como de regalo atada a la boquilla del frasco con un listón azul.

Ayer habíamos decidido ponerles notitas diciendo "Para tu hermoso y espectacular cabello" ya que no queríamos que lo tirasen a la basura, las habíamos impreso para no tener que escribirlas.

En cuanto colocamos los frascos y cerramos los casilleros de un portazo nos dirigimos al primer piso.

―Bien ¿Cuál es su casillero? ―le pregunta Ted a Andrea. Ella se lo piensa antes de contestarle.

―Es... Este ―señala el casillero frente a ella.

―¿Segura? ―le pregunta Ted.

―Sí

―Oye, creo que su casillero es este ―digo señalando tres casilleros a la izquierda del que había señalado Andrea.

―Claro que no, estoy segura de que es este ―dice tocando el casillero.

Ted le hace caso y lo abre, depositamos el frasco dentro y al igual que antes lo cerramos de un portazo.

―Solo queda esperar hasta el lunes ―dice Andrea con una sonrisa.

―Gracias Ted ―le digo.

―De nada, ya saben que tienen un cómplice que no dirá nada ―nos dice guiñándonos un ojo.

Después de estar bastante tiempo esperando el inicio de las clases por fin había sonado la campana, que estuvimos esperando con ansias.

Las clases se habían pasado rápido hasta la hora del almuerzo. Estaba sentada en la misma mesa de siempre con Ted quien no paraba de preguntar de quien eran los casilleros.

―Ted ya te dije lo sabrás el lunes ―le digo intentando comer mi pudin.

―Pero es que eres tan cruel Mag ―dice haciendo pucheros a lo cual rio.

―Teddy sabes que te quiero ―le digo poniendo mi basura del pudin en su bandeja.

―Y me das basura ―dice riéndose y no tardo para reír con él―. Oye... ¿y tu novio?

―No sé, supongo que está entrenando ―comento―. El entrenador los ha tenido entretenidos estos últimos días.

―Oh.

Pov Austin

No había estado seguro de nada hasta que unos de los del equipo se acercó a mi mientras entrenábamos.

―Oye Austin, tu novia sí que es ardiente ―dice el número 13, del cual no recuerdo su nombré. Lo miro confundido mientras se acercaba a mi―. Me la encontré en una fiesta el fin de semana y sí que no se va con chicos feos ―dice sacando su celular y mostrándome la pantalla, unas fotos de Mag con las mismas ropas y besándose con ese mismo chico, un rubio.

―¿De dónde las sacaste? ―le pregunto tomando se celular.

―Las tome el fin de semana ―se limita a decir―. Se me hacía conocida la chica, aunque no sabía de donde por lo que le tomé fotos y hasta ahora recordé que es tu novia ―dice tomando el celular de mis manos―. Lo siento si no lo sabías, pero sería mejor para que no te pongas triste en el inicio de temporada por una chica como esa

―Mándame las fotos ―le digo y el chico me mira confundido.

―¿Qué?

―¡Mándame las jodidas fotos! ―le repito molesto.

―Está bien ―dice y empieza a teclear en su celular―. ¿No me digas que iras a reclamarle?

―¿Y tú que crees?

―Sería mejor que esperaras un poco ¿no?

No lo escucho del todo una vez mi celular suena, reviso que las fotos estén ahí y me dispongo a ir por Mag pero el timbre suena avisando el inicio de clases y gruño.

―¡Capitán! ―me llama uno de los chicos y me regreso al campo para seguir practicando.

Una vez las clases terminan y estoy ya limpio de sudor, voy hasta la entrada y espero ver a Mag salir para hablar con ella.

La veo caminando, hablando animadamente con Ted y unas chicas sobre no sé qué hasta que me ve y sonríe caminando hasta mí, despidiéndose con la mano del pequeño grupo.

―Hola lindo ―me saluda con una sonrisa.

―Hmm ―me limitó a responder por no gritarle.

No sabia ni siquiera porque me había molestado por unas simples fotos si ella podía hacer lo que quisiera con su vida y a mí no me debía de importar, pero lo hacia por alguna extraña razón y solo me enojaba.

―¿Hmm? ―repite

―Tenemos que hablar ―le digo con un tono serio tomándola por el brazo y caminando hasta mi auto.

―¿Y de qué quería hablar? ―pregunta sonriendo cuando llegamos ahí.

―¿Qué es esto? ―le pregunto enseñándole las fotos desde mi celular. Ella me mira confundida y después su expresión cambia a sorpresa cuando ve mejor las fotos―. Explícame

―Yo...

―Aja ―la miro directo a los ojos para que continué, pero no lo hace―. ¿Qué tienes que decirme? ¿Qué me has estado engañando todo este tiempo con ese rubio? ―ella baja la mirada, pero la hago que me mire levantando su rostro―. Pensé que eras diferente y no como todas las chicas lindas que son unas... ―doy un suspiro sin poder continuar la frase. Nunca pensé que Mag realmente fuera ese tipo de chica, ella no se ve así―. No pensé que fueras así ―le digo y la suelto.

―Austin... Yo, no...

―¿Tu no qué...? ―la interrumpo―. ¿Me vas a decir que no fuiste a esa fiesta?

―¡No! ―me grita llamando la atención de algunas personas que pasan por el estacionamiento―. No te voy a decir que no fui a esa fiesta porque si fui, con unas amigas y no sé cómo paso, pero...

―Pero ¿qué...? ¿Te vas a excusar para que todo siga igual? Mira, no sé cómo llegaste siquiera a gustarme, pero...

―Me dieron droga ¿Okay? ―suelta de repente interrumpiéndome―. Nadie sabe quién la metió ni como la esparció, solo que estaba ahí y todos la consumimos... Puede que algún chico se me acercara y me besara, pero por tu reacción pareciera que me acosté con él y no fue así, no te engañe... pero si necesitas que me disculpe pues lo siento ¿Ya?

―¿Sabes qué? No quiero seguir hablando de esto ―le digo aún enojado―. Te llevo a casa.

―No gracias, esperare a una amiga, iremos de compras ―me dice sonando molesta y se aleja de mí.

Entro al auto y no puedo evitar golpear mi cabeza contra el asiento ¿Por qué arme un escándalo sin saber siquiera su punto de vista? Y ahora no solo estaba molesto, sino que ella también estaba molesta conmigo.

―¡Soy un idiota! ―digo golpeando mi cabeza repetidas veces contra el asiento.

¿Por qué me había comportado así? No pude dejar de pensar en ella de regreso a casa, y entonces las imágenes del martes por la mañana llegaron a mi cabeza, esa chica junto a mi desnuda en la misma cama que yo y diciendo lo bien que la había pasado. Ese recuerdo y las palabras de Mag "pareciera que me acosté con él y no fue así, no te engañe" esas palabras sonaban en mi cabeza mientras las imágenes de esa noche pasaban una tras otra.

Baje de mi auto una vez estacioné llegado a casa, subí a mi habitación sin quiera mirar si había alguien en la sala o no. Me encerré en mi habitación, ¿Por qué era tan estúpido? La iba a perder. Iba a perder a mi Mag por toda esta estupidez mía.

Seduciendo al SeductorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora