Ahí estaba Nathan, parado en frente del padre que nunca había visto. Tenebrarum comenzaba a regenerarse, energía oscura se juntaba en su hocico y reconstruía su cráneo roto. Nadie podía creer lo que estaba pasando, de alguna forma Ethan había escapado de la sala de Thanalitos, convocado su armadura y detenido a Tenebrarum de un golpe, la situación era ridículamente increíble. El chico de ojos ámbar observó a su padre, directamente a los ojos, no parecía muy viejo, a duras penas lucía unos años mayor que él.
- Espera un poco más, Julius, esto no debería tomar mucho tiempo – Dice Ethan, cerrando el casco de Cerbero – ¡Oye, tú!... ¿Lorena? ¿Qué rayos haces aquí?
- ¡¿Quién rayos te crees que eres?! – Gritó Lorena – ¡Tenebrarum!
El gran dragón rugió, salió un poco más del portal y comenzó a acumular fuego fatuo en su hocico, Ethan concentró energía cerbérica en su puño derecho y en sus piernas. Cuando Tenebrarum quiso disparar, el ojiazul saltó y extendió su brazo izquierdo, absorbiendo y cancelando las llamas de Tenebrarum, luego invocó dos cadenas que se cruzaron en el aire, puso un pié en ellas y se impulsó, asestándole un fuerte golpe a Tenebrarum, haciendo que su cráneo se rompiera en diez mil pedazos. Lorena estaba tan impresionada que estaba aterrada, abrió un portal y se retiró.
La guerra en Tintia estaba cesando lentamente; sin sus amos, los soldados del abismo no eran demasiado poderosos, así que las tropas Skadu y los soldados tintios podrían derrotarles. Después de lo que había hecho, Ethan se quitó la armadura de Cerbero, tenía puesta exactamente la misma ropa que cuando era un Antimago, no había cambiado en casi nada, solo que ahora era un poco más alto, tenía el cabello un poco más largo y portaba una pequeña barba, sin embargo inspiraba un aire de madurez que ni su hermano ni el resto de los Antimagos inspiraba. Caminó hasta Nathan, le colocó una mano en la cabeza y le sonrió. Nathan analizó a quién tenía al frente, una lágrima se asomó por su ojo, el padre que nunca vió, el que nunca le regañó ni jugó con él, aquel que nunca estuvo al lado de su madre; había una cosa, y solo una cosa que Nathan sentía por Ethan: Odio. Empuñó a Volonté con fuerza y furia, un aura de maná explotó a su alrededor, invocó una cuchilla de maná en su mano izquierda e intentó apuñalar a Ethan, pero este fue por mucho más rápido y se tele transportó detrás del chico, se rió incómodamente e intentó ponerle una mano en la espalda a Nathan, pero este hizo que espinas de maná brotaran de esta, Ethan no se inmutó, simplemente las vació y colocó gentilmente su mano en el chico, Nathan se giró mientras apartaba la mano de su padre, sus ojos ámbar brillaban con furia, trató de embestir a su padre, pero este se teletransporta unos cuantos metros a un lado, luego le lanza a Volonté, pero Ethan agarra la espada con facilidad, Nathan aprovechó la oportunidad y se tele transportó justo frente al ojiazul, asestándole una patada en el rostro, Ethan se tambaleó hacia atrás, Nathan se lanzó contra él y lo tacleó, poniéndolo contra el piso, cubrió sus manos con maná y comenzó a asestarle fieros puños a su padre.
- ¡Tú! ¡¡TÚ!! ¡¿Dónde estabas cuando abrí mis ojos por primera vez?! ¡¿Dónde estabas cuando mamá me puso Nathan?! ¡¿Dónde estabas cuando me caí y me raspé las rodillas?! ¡¿Dónde estabas cuando todos me discriminaron por no poder usar magia?! ¡¿Dónde estabas cuando mamá lloraba?! ¡¿Dónde estabas cuando me gustó una chica por primera vez y no tenía ni idea de qué hacer?! ¡¿Dónde estabas cuando me rompí un brazo por no poder controlar mis tele transportaciones?! ¡¿Dónde estabas cuando lloré?! ¡¿Dónde estabas cuando reí?! ¡¿Dónde estabas cuando mamá murió?! – Junta sus puños y los levanta en el aire, Ethan tenía el rostro destrozado – ¡¿DÓNDE MIERDA ESTABAS?!
Pero justo antes de darle el último golpe se detuvo en el aire, sus lágrimas corrían como nunca se le había visto. Ethan miraba con una expresión relajada a su hijo, lo envolvió con su brazo derecho y lo acercó a su pecho, con su otra mano movió un poco del maná del piso y se curó el rostro, se acercó al oído de Nathan y susurró:
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Arrasando con la Magia II: Los Caballeros del Abismo
FantasyPapá solía contarme una historia, todos los días, sobre su valiente y perseverante hermano, Ethan Azureblade, que de entre una familia donde todos tenían poderes, él los carecía. Y tras un sinnúmero de desgracias, finalmente pudo encontrar un poder...