El aire se sentía seco. Lemy usó su poder de Centinela para desactivar el Lucina Agios que protegía a los demás, al mismo tiempo que las cadenas, impuestas por Nordasca, desaparecían en una estela de luces violetas.
Ashley corrió con todo lo que tuvo hasta Chloe y Nathan, se deslizó de rodillas y rápidamente llamó al Zakka de luz para curar las heridas que pudiera. Le dolía un poco, pues su Zakka aún no se estabilizaba.
— Ash... — susurró Chloe, tratando de no hacer contacto visual con su mejor amiga —. Yo-
— Ben está vivo — respondió tajante, mostrando más preocupación por la situación frente a sí —. Ben es fuerte. Mientras aprendíamos el Zakka, Prygnio y Fujin sacrificaron su esencia para fortalecerlo aún más. Ben es un avatar en sí, no temo por su paradero.
— Pero atrapado en el infierno...y con Lorena..
— Él tomó su decisión, Chloe — la luz de sus manos cambió a Nathan —. Todos lo hicimos.
La esgrimista decidió guardar silencio. No era que la desaparición de Ben no le afectara, pero su preocupación yacía en Ashley, quien había perdido a toda su familia aquel año. Chloe por lo menos tenía a su medio hermano, y el Guardián del Éter que usaba el rostro de su padre. Chloe reflexionó, y entonces entendió lo afortunada que era.
Cerbero y Fenrir dejaron de luchar una vez Nordasca fue llevada al plano infernal, ambas bestias legendarias parecían conversar en una lengua que nadie podía comprender, quizá sólo Lemy. El can de tres cabezas hizo una venia ante Fenrir y abrió sus propias puertas infernales, de las cuales parecía brotar una gran cantidad de viento. Fenrir se volvió hacia Chloe y se arrodilló, humo plateado lo rodeó y ocultó un proceso - quizá demasiado gráfico y asqueroso - en el cual el can titánico se transformó en un ser humano. Era alto, cabello corto y blanco, bien peinado. Portaba una armadura como esa que Ethan portaba bajo el manto de Izán, pero de un color plateado.
— Eres idéntica a tu madre — dijo Fenrir, su voz era menos profunda de lo que se esperaría —. Pero tus ojos...sí, tienes la mirada de tu padre.
El corazón de Chloe se saltó un latido, era la primera vez que le decían algo así, y no había nada que la hiciera más feliz.
— Tú eres Tretesta... — afirmó la esgrimista, casi que con la entonación de una pregunta.
— Ese es el nombre que Sacrolion nos dio, pero tu padre me salvó y me nombró Fenrir — volvió su mirada a Lemy —. Lord Lemy me llamó y acudí. También me topé con Claude en la venida, debo decir que me alegra ser su aliado. Su pobre enemigo quedó irreconocible.
— ¿Claude derrotó a Inarión?
— No sólo lo derrotó — cruzó los brazos esbozando una sonrisa —. Lo humilló enteramente.
Hablando del diablo, el esgrimista de hielo llegó patinando por encima del techo quebrado de la sala de Lorena, haciendo una pirueta en el aire y aterrizando entre Chloe y Nathan. Una sonrisa creída se formó en el rostro de Claude al ver al ojiámbar, pisándolo en el hombro derecho mientras soltaba una risa fingida.
— ¡Oh, vaya! — exclamó fingidamente —. ¿Pero si no es Sr. Brazos Cortos?
— ¡Ah, maldita sea, no quería verte otra vez en lo que me queda de vida!
Ashley parecía confundida.
— ¿Ustedes se conocen? — preguntó la pelirroja.
— ¿Recuerdas cuando Nathan nos dijo que había sido entrenado por la Maestra Edel? — dijo Chloe, poniéndose en pie y sacudiendo sus posteriores —. Al parecer, Nathan y Claude entrenaron juntos.
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Arrasando con la Magia II: Los Caballeros del Abismo
FantasyPapá solía contarme una historia, todos los días, sobre su valiente y perseverante hermano, Ethan Azureblade, que de entre una familia donde todos tenían poderes, él los carecía. Y tras un sinnúmero de desgracias, finalmente pudo encontrar un poder...