La expresión del cazador de demonios lo decía todo, sus ojos heterocromáticos se abrieron cuales platos, dejando caer su mandíbula al mismo tiempo que un ligero tono rosa atravesaba su rostro.
— ¡C-Chloe, te...te ves-! — balbuceó cubriéndose la mitad inferior del rostro a la vez que perdía el equilibrio en el árbol sobre el que estaba parado.
Noorei cayó al piso de rostro, girando sobre sí mismo y quedando sentado con las piernas cruzadas, nunca apartando la mirada de la esgrimista. Le sonrió con una nariz roja y dientes manchados de sangre y tierra, a lo que Chloe rió.
— ¿Qué estás haciendo, tonto? — exclamó entre risas, acercándose a Noorei y ayudándole a ponerse en pie.
El caballero abisal no respondió, tratando de no balbucear nada estúpido. Él se mantuvo erguido frente a ella por unos cuantos segundos, ambos mirándose fijamente a los ojos. Noorei había estado esperando ese día por muchos meses, anhelando poder reunirse con ella, la dueña de su corazón. Pasó una mano por el corto cabello plateado de la otra, acomodandolo tras su oreja derecha.
— ¿Por qué lo cortaste? — preguntó él.
— Claude me dijo que sería mejor así — respondió la otra, jugando con un mechón —. En el poco tiempo que lo conozco, ha llegado a conocerme muy bien.
Algo dentro de Noorei se rajó. Su sonriente expresión cambió por una de sorpresa y temor. Dejó de tocar el cabello de Chloe y comenzó a mirar a los demás que venían con ella. Había uno que no reconocía, y que al parecer también era esgrimista.
— ¿Quién es Claude? — susurró con la mirada clavada en él.
— Te lo presentaré — dijo Chloe haciéndole una señal a Claude para que se acercara.
El otro esgrimista sonrió ligeramente, abrió un poco su camisa y caminó con la cabeza en alto hasta el costado de Chloe. Tanto él como Noorei eran de la misma estatura, sólo que Claude imponía más que el cazador de demonios.
— Noorei, él es Claude. Claude, él es Noorei — dijo Chloe.
— Ah, conque tú eres ese Noorei — exclamó el otro, pasando un brazo por los hombros de Chloe y extendiendole una mano al arquero —. Mucho gusto, Claude Frostte.
Estando casi al borde de romper en llanto, Noorei aceptó débilmente el apretón de manos, fingiendo la mejor sonrisa que pudo.
— ¿Desde hace cuánto se conocen? — preguntó Noorei.
— Dos meses, aproximadamente — respondió Chloe —. Claude ha sido un gran apoyo para mí.
— Ya veo... — susurró el otro, dándose media vuelta. Agarró con fuerza algo que llevaba en el bolsillo y caminó unos cuantos pasos —. El tonto soy yo por caer dos veces en lo mismo — dijo con voz quebrada.
— ¿De qué estás hablando?
— Claro, todo tiene sentido, él es apuesto, no es un asesino a sangre fría y para colmo es esgrimista — exclamó secándose el rostro con sus guantes negros —. Por lo menos hacen bonita pareja...
Chloe abrió los ojos de golpe, miró a Claude con confusión a la vez que el otro le sonrió de oreja a oreja, como intentando contener una explosión de risa. Chloe se enojó y le dió un fuerte codazo en el abdomen, justo donde tenía una herida causada por Hercúlea en su batalla anterior. Claude escupió sangre, mas aún así, soltó una risa silenciosa, cubriéndose la boca lo más fuerte que podía.
— ¡Claude, eres un idiota! — exclamó Chloe, volviéndose rápidamente hacia el arquero —. Noorei, Claude es mi hermano.
El cazador de Demonios se paró erguido de repente, giró la cabeza lentamente, mirando a Chloe con ojos llorosos y expresión de sufrimiento.
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Arrasando con la Magia II: Los Caballeros del Abismo
FantasíaPapá solía contarme una historia, todos los días, sobre su valiente y perseverante hermano, Ethan Azureblade, que de entre una familia donde todos tenían poderes, él los carecía. Y tras un sinnúmero de desgracias, finalmente pudo encontrar un poder...