Capítulo 45 - Frente al vasto abismo -

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El aire del sur del continente orco era tan seco como se lo podía esperar, se llegaba a sentir un ligero malestar en la garganta y la necesidad de respirar más seguido, como si el oxígeno de este no fuera suficiente. En la terraformación de Oreshiam, la magia élfica llegó a cubrir un 80% del territorio árido e inhóspito característico. El porcentaje restante, el cual era el más rico en targario, no pudo ser ayudado, puesto que la fuerza de las piedras consumidoras de maná era demasiada para el escaso poder que los elfos podían usar.

Sin embargo, la falta de aire que sentían los miembros de la Segunda Brecha no era causada por las condiciones ambientales de Oreshiam, sino por la presencia del ojiámbar frente a sí. Nathan yacía arrodillado en la cima de los muros de hierro que circundaban las costas del continente, acompañado de su fiel guardiana, Nessa. Ambos miraban hacia abajo con un ligero tono ominoso, Nathan en específico se veía confiado, al parecer él no había perdido el tiempo en el par de meses que habían transcurrido.

— Oh, pero si son mis viejos compañeros...bueno, casi todos — miró por todas partes como si buscara a alguien —. ¿Dónde está Chloe?

Chloe levantó la cabeza y el brazo derecho, cuidando de que la manga de su túnica no se resbalara o que su capucha cayera. La expresión de Nathan cambió instantáneamente, su seguridad parecía haberse ido al suelo, y un nuevo sentimiento lo invadió.

— ¿Qué te pasó? — preguntó levantando una ceja —. Esto no-

— Lo que me ocurra o no, no le corresponde el pensar a alguien como tú — respondió la chica, bajando el brazo y mirando con ojos fogosos al otro —. ¿A qué viniste, Nathan?

Nathan sacudió la cabeza y se paró erguido, cruzó los brazos y habló:

— Vine a ponerle fin a esto — dijo con voz potente y ligeramente más grave de lo usual, desenvainando a Volonté de su cintura —. Sé cómo terminará esto si los dejo pasar aquí, todos somos hijos de leyendas, tenemos ese espíritu de victoria en la sangre — se inclinó un poco hacia el frente —. Papá me envió para confirmar qué tanto poder habían adquirido en estos dos meses y así tomar las medidas necesarias.

— Entonces te volviste el perro mensajero de Izan, ¿eh? — dijo Ben con una sonrisa desafiante.

— Sin reconocimiento del terreno no se puede ganar una guerra, Adrien — sus ojos ámbares brillaron ligeramente —. Aunque eso solo un buen estratega lo entiende.

— Es Ben — dijo Chloe.

El ojiámbar trató de ocultar con toda su fuerza la tremenda sorpresa que se había llevado, aspiró rápidamente y tembló por un corto instante, pero con un suspiro mantuvo su tranquilidad.

— Como sea, basta de hablar — exclamó lanzándose en picada —. ¡Asimilo que ya aprendieron el Zakka, así que iré con todo!

Tomó el cinturón con cuchillos de Volonté que portaba y los desperdigó por todo el campo de batalla, luego desapareció con un teleporte, apareciendo justo frente a Chloe con la mano extendida, listo para vaciarla, pues él sabía que Chloe era la única que probablemente no había conseguido una fuente de energía distinta al maná. Claude desenfundó su estoque y con un rápido movimiento apartó la mano de Nathan. El ojiámbar ciertamente estaba intrigado por esa figura tan parecida a Miguelangel Azureblade, pero no perdería mucho tiempo en ello. Se teletransportó hacia Adrien y lo barrió con un patada, sacando un cuchillo del piso y atascando el uniforme de segador del otro al piso, luego se teleportó hacia Drono, quien empujaba la silla de ruedas de Chloe, e intentó vaciarla, sin embargo, el guardián del éter de la chica la defendió, acto seguido, Drono sacó a Úlgur y le asestó tres estocadas a Nathan, una en el hombro, otra en la mejilla –la cual él pudo esquivar a duras penas, una última en el brazo derecho, donde llevaba a Volonté. Claude congeló el suelo en un radio de diez metros, atando al ojiámbar al suelo, esquió hacia él con elegancia y rapidez para luego asestarle una estocada profunda en el costado derecho. Nathan aprovechó y sostuvo la espada de Claude para así apuñalarlo con Volonté, mas el otro soltó su arma como si ya no le sirviera, retrocediendo varios metros y comandando al hielo para proteger a Drono y Chloe. Nathan instintivamente miró hacia atrás y vio al par de hermanos Blazer acercársele a toda velocidad. Ashley en específico evitaba entrar en contacto visual con él, ya que haría las cosas mucho más difíciles.

Arrasando con la Magia II: Los Caballeros del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora