Era un nuevo día, los rayos del sol recorrían la larga planicie por encima de la facilidad de investigación, dando señal para que todos se pusieran en marcha. Reunidos en el comedor estaban los cinco integrantes de la Segunda Brecha, desayunando con la tranquilidad que no habían dispuesto en días. Todos comían un plato de granos de maíz sobre queso fundido, el cual era el favorito de Ben y Adrien. Sin embargo, nadie parecía querer iniciar una conversación, tal vez era incómodo, tal vez simplemente no había nada que decir.
— Nathan y yo lo hicimos ayer — dijo Ashley de la completa nada.
El ojiámbar casi se atraganta con el queso, Ben le escupió en el rostro a Adrien y a Chloe se le cayó el tenedor mientras miraba a Ashley con una expresión de horror. La pelirroja seguía tan tranquila como si nada.
— ¡Ash, esas cosas no se dicen en público! — espetó Nathan, recién recuperándose de casi morir ahogado.
— ¿Por qué? — preguntó la pelirroja levantando una ceja —. No es como que sea algo del otro mundo.
— ¡Puede que eso no lo sea, pero la paliza que me llevaré sí lo será!
Un aura de color verde esmeralda que flameaba cual inestable llama rodeó a Ben, volvió su mirada hacia Nathan y le enseñó el brillo entero de su mirada asesina. Nathan sabía que Ben era por mucho el más poderoso del grupo, y ahora estaba enojado con él, ese era el adiós a este mundo. El chiquillo se puso de pie, liberando una gran cantidad de viento raudo a su alrededor, extendió una mano de viento y agarró a Nathan por el cuello, estrujándolo poderosamente, entonces lo azota contra una pared, agrietando la misma, se acercó volando muy lentamente, nunca apartando su mirada de él.
— ¡Ben, detente en este instante! — gritó Ashley golpeando la mesa.
— ¡Papá me encargó protegerte a ti y tu honor, a toda costa, no puedo permitir que otra mujer del clan Blazer sea avergonzada por un Azureblade de ese lado de la familia! — entonces enciende su mano izquierda en un poderoso fuego azul verdoso, formando afiladas garras listas para cortar a Nathan limpiamente. Ashley se calló repentinamente.
— ¡Ben, eso es suficiente, lo que Ash quiera hacer con su vida es su problema, no te metas! — exclamó Chloe con cierta preocupación en su tono, había pasado mucho tiempo desde que se la escuchó así.
— ¡¡Tú no lo entiendes, hago esto por el bien de mi hermana!!
— ¡¡Ben, estás usando fuego!! — le recalcó la esgrimista.
El chico abrió los ojos de golpe, casi como si no se hubiera percatado, miró las llamas en su mano izquierda y su expresión cambió a miedo. Sacudió su mano para apagar el fuego, a la vez que liberó a Nathan de la palma de viento. Miró a su hermana con ojos cristalinos, ella parecía sumamente sorprendida, condimentado con un ligero toque de decepción.
— ¡L-lo siento, hermana, m-me dejé llevar! — expresó el chiquillo de rodillas.
— N-no importa, Ben — finge una sonrisa —. Solo deja a Nate en paz, fue mi decisión en primer lugar.
Ben volvió a sentarse, el ambiente se tornó silencioso de nuevo. Uno casi podía ver una pequeña sombra en los siempre vivos ojos de Ashley, aunque ella era la sonrisa que mantenía al grupo, ahora se sentía culpable, no por lo que había hecho, sino por lo que significaba para los demás, tal vez se había excedido. Entonces fue rodeada desde atrás por los brazos de Nathan, el ojiámbar se había curado de las heridas que tenía, extrañamente.
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Arrasando con la Magia II: Los Caballeros del Abismo
FantasíaPapá solía contarme una historia, todos los días, sobre su valiente y perseverante hermano, Ethan Azureblade, que de entre una familia donde todos tenían poderes, él los carecía. Y tras un sinnúmero de desgracias, finalmente pudo encontrar un poder...