El grandioso cielo nocturno estaba bañado en el brillo de millones de estrellas, revoloteando con el destello plateado de la luna, iluminando las calles de la ciudad aloque. En aquel balcón apartado se encontraban Nathan y Ashley, riendo y conversando sobre cosas de la vida, sobre lo que había pasado, sobre lo que pasaba en ese momento y de lo que habrá por venir. Dentro del recinto seguía sonando la melodiosa música de la caballera del abismo, quien tocaba con maestría tal que reunía a las multitudes a su alrededor, todos disfrutando de su suave tocar. En ese momento, Gaia sentía paz, como un pequeño oasis que encuentras en medio del desierto, sintió tranquilidad, era un momento perfecto para descansar y disfrutar del sosiego.
Ashley se colocó a la izquierda de Nathan, apoyando la cabeza con gentileza en el hombro del otro. El ojiámbar sonrió, se sentía muy a gusto con el momento por el que estaba pasando.
- Desearía que todo se pudiese quedar de esta forma – Dijo con cortesía –. Todo es tan impecable en este momento que mataría por mantenerlo.
- Yo igual, es una hermosa noche la de hoy – Sonríe amigablemente –. Esta podría bien ser mi segunda noche favorita.
- ¿Cuál fue la primera? – Pregunta el otro.
- No creo que este sea el mejor momento para decírtelo, pero algún día lo sabrás – Se separa de su compañero y camina hasta el otro lado del balcón, recostándose en este –. Sabes, Nate, te noté muy tranquilo con Gobber allá adentro, yo pensaba que él había...
- Sí, él fue, no hay duda de ello – Responde el chico mirando a lo lejos –. Pero yo no pretendo convertirme en Ethan Azureblade Jr.
- ¿A qué te refieres? – Cuestiona Ashley.
- Según lo que nos ha dicho hasta ahora, Ethan pudo sacrificar las vidas de todos en el planeta por un capricho, que la magia haya asesinado a uno de tus familiares, no implica que debas destruirla – Se pasa la mano por la cabeza, respirando profundo –. Yo no quiero ser así, si bien Gobber asesinó a todo mi pueblo y a mi mamá, y yo quiera desgarrarlo lenta y dolorosamente, no pretendo arriesgar las millones de vidas en el resto de Gaia.
- Ah, porque si lo atacases, el tratado de paz se haría nulo – Agrega la pelirroja.
- Exacto, yo no soy tan estúpido o infantil como lo era aquel tipo – Camina hacia Ashley y la arropa en sus brazos –. No puedo permitirme perder tantas vidas, perder a mi nueva familia, a mis nuevos amigos... perderte a ti.
Ella sintió el cálido agarre de sus brazos, su tranquila pero ligeramente acelerada respiración, el suave latido de su corazón, ella no quería arruinar el momento, pero una frase casi susurrada hizo que el otro se retirara.
- Pero somos primos – Dijo con la mirada baja y distraída.
Por alguna razón no se había percatado de lo que había dicho, así que seguía tan tranquila como de costumbre, enfrentó las consecuencias de lo que había pronunciado cuando sintió el suave agarre volverse más y más débil. Ella se giró, confusión recorría su mirada, y ahí lo vio, una lágrima recorría la mejilla derecha de Nathan, junto con una mirada de profunda tristeza y un pequeño toque de decepción. Por un momento Ashley no entendió lo que pasaba, pero entonces un recuerdo amargo volvió a ella, lo que había declarado había devastado poderosamente a Nathan.
- ¡N-no, Nate, eso no fue lo que quise decir! – Corrió hacia él e intentó abrazarlo, pero el otro lanzó un cuchillo hacia atrás y se tele transportó a él –. Lo siento, estaba divagando en mis pensamientos, yo no...
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Arrasando con la Magia II: Los Caballeros del Abismo
FantasyPapá solía contarme una historia, todos los días, sobre su valiente y perseverante hermano, Ethan Azureblade, que de entre una familia donde todos tenían poderes, él los carecía. Y tras un sinnúmero de desgracias, finalmente pudo encontrar un poder...