Capítulo 36 - El Juggernaut de Sangre -

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El noroeste de Ulteon, en adición a ser el lugar menos habitado de todo el continente, era una extensa tundra que albergaba la vegetación más pobre y las condiciones más extremas. El noreste, por otro lado, era una fértil tierra de altos bosques y extensos campos, donde desgraciadamente se encontraba la base de los Silenciadores.

Chloe y los demás habían decidido mantenerse lo más alejados posible de las fronteras pacificadoras, su proximidad a los montes Atlas les serviría para protegerse de uno de los lados, aunque cuanto más avanzaran hacia el norte, mayor sería el peligro de ser atacados.

La esgrimista, como siempre, iba montada en su fiel hipogrifo, mientras era acompañada a la derecha por Idrana, una de las generales Skadu, la cual portaba un manto que la cubría enteramente, puesto que los Skadu se debilitaban ligeramente bajo la luz del sol. Luego de hablarlo calmadamente y explicarles la situación actual, los dos generales Skadu disponibles prometieron en juramento caballeresco el seguir a su nueva reina allá donde ella lo viera necesario, muchos de la legión Skadu habían empezado a dudar de las decisiones de Drono, puesto que lentamente estaban muriendo y ella no hacía nada. Sin embargo, Chloe no logró ponerse en contacto con Hakuro, la tercera generala Skadu, quien es la madre de Adrien. Cuando el segador fue cuestionado por esto, simplemente contestó que su progenitora estaba ocupada ayudando a Rigrimus y Rypserk en arreglar el caos en el que quedó el Mundo de los Muertos luego del Conflicto de los Guardianes.

Idrana parecía ser la asistente principal de Chloe, era la que llevaba sus registros y todos los cambios internos que esta deseaba hacer en su legión Skadu. Nathan y Ashley iban cabalgando a Abselios un poco más atrás, con un paso más lento que el de Rhess. El ojiámbar y la pelirroja parecían, por primera vez en toda la historia de su relación, no conseguir hablar con el otro, un silencio muerto los rodeaba y esperaba actuar como inquisidor para llevar su martillo contra ellos, rompiendo cualquier hilo de cariño que retuvieran. Por otro lado, Ben y Adrien caminaban a lados distintos del grupo, nadie en la Segunda Brecha sabía por qué, pero ambos habían empezado a evitarse recientemente en los escasos tres días pasados desde el ataque de Hiroki.

— O-oye, Chloe — espetó Nathan con una ligera sonrisa forzada, se veía notablemente pálido y agotado —. Código rojo.

Chloe levantó la mano izquierda abierta, haciéndole señal al ojiámbar que esperara un momento, al parecer lo que discutía con Idrana era de alta importancia. Ashley se molestó ligeramente por esto, quizá eran los celos, pero últimamente Nathan solo parecía estar vivo cuando Chloe andaba cerca, y teniendo en cuenta que ambos desaparecían juntos de vez en cuanto bajo cualquier excusa, la hacía sospechar del amor del ojiámbar. Se arrepintió de haber dejado que Chloe asumiera el rol de «reina de maná» en el ritual de Nathan, algo dentro de sí le decía que las cosas iban mal, y pronto se pondrían peor.

Idrana asintió con la cabeza mientras guardaba el registro en el que escribía las órdenes de su señora, hizo una venia y se convirtió en una sombra viviente, combinándose con esa de Chloe, que al parecer se había convertido en un portal con el plano elemental de las sombras. La esgrimista se volvió hacia Nathan, lo miró con preocupación y respiró profundo, bajándose de Rhess ajustó su guante izquierdo.

— Vamos, Nathan — dijo caminando hacia un lado y dando dos palmadas —. Te explicaré el plan a seguir ahora que tenemos a los Caballeros de Sangre y Skadu — dirige su mirada a Adrien —. Ustedes vigilen el perímetro, necesitaré alrededor de quince minutos.

Acto seguido, Nathan le pide a Abselios y a Nessa que cuiden de Ashley por él mientras finaliza la «reunión estratégica» con Chloe. La pelirroja lo miró con ojos fogosos, de una forma que él nunca había visto. Chloe convocó una tienda de acampar bastante grande, hecha enteramente de sombras, ahí entró junto con Nathan. Una vez adentro, cambió su expresión tranquila por una de absoluto disgusto.

Arrasando con la Magia II: Los Caballeros del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora