El extenso y oscuro pasaje por el que caminaba parecía no tener fin, no sabía si era la ansiedad quien jugaba con su percepción de la distancia o los nervios que alteraban su memoria, haciéndole recordar aquel pasillo mucho más corto. De hecho, si no fuera por la luz esperanzadora que veía al final, creería que habría muerto. Había mucho silencio, aún cuando un cuarto de la población Tintia estaba presente en aquel coliseo, era inquietante para ella la cantidad de esperanzas que tenía la gente sobre sí. Cuando por fin recuperó su determinación para seguir adelante y romper las barreras del miedo y la expectativa, se encontró con su padre, el cual la esperaba a la salida del túnel.
— ¿Papá? — Musitó con incertidumbre, puesto que la luz del exterior le impedía distinguir con seguridad quien estaba a meros metros de distancia —. ¿Qué haces aquí?
— Venía a darte ánimos, estoy seguro que debes estar bastante nerviosa — La abraza cálidamente —. Escucha, aunque tengo la certeza de que saldrás victoriosa, no importa el resultado que obtengas, sea el que fuere, siempre serás que querida hija y siempre estaré orgulloso de ti.
Chloe sonrió tenuemente y apretó un poco más a su progenitor.
— Gracias, pa' — Se separa de este y le mira directamente a los ojos —. ¿Estuviste así de nervioso la primera vez que peleaste en público?
— Oh, por supuesto — Esboza una sonrisa nostálgica —. ¿Te conté con quién fue mi primera pelea pública?
— Ese tipo, ¿Roderick Allenstorm era? — Hace una pausa —. «El guerrero más poderoso de Celestia», si mal no recuerdo.
— Exacto. Aunque éramos mejores amigos, Roderick y yo solíamos discutir a menudo — Cierra los ojos y cruza los brazos —. Hasta que el día en que alguien debía quedarse con Úlgur llegó... Pero no quiero amargarte con eso, luego te contaré qué pasó.
El Gral. Azureblade se hizo a un lado, abriendo a su hija el paso a la que podría ser su batalla más importante, Chloe asintió con la cabeza y siguió caminando.
— Ah, Chloe, lo olvidaba — Se gira hacia su hija, hace una pequeña pausa dramática y se quita la gabardina que solía portar —. Tienes permiso.
Esas palabras, eran unas que ella llevaba esperando por años, al fin su padre le había concedido uno de los más grandes privilegios para un esgrimista por aquellos días. Chloe no pudo decir nada, solamente sonrió de oreja a oreja. Su padre caminó hacia la salida y voló hasta su asiento en medio de la multitud, acomodados en gradas.
A decir verdad, había otra cosa que tenía preocupada a la chica: Noorei seguía sin llegar, y si no lo hacía a tiempo, podrían descalificarla. Pero ahora no podía pensar en eso. Ajustó su pechera, guantes y cinturón, con la frente en alto salió al campo de batalla al momento exacto en que el narrador decía su nombre a topa potencia, la multitud se inundó a gritos con la aparición de la esgrimista, hacían porras gritando en conjunto «Des-te-llo» una y otra vez.
La arena era asombrosamente grande, si el gran dragón Tenebrarum siguiera en pie este estadio sería del tamaño de una de sus patas.
— ¡Muy bien, damas y caballos, la cita que nos reúne hoy es una batalla que por años hemos esperado! — Narraba enérgicamente el comentarista, a través de hechizos de alta categoría que transmitían el sonido a través de sellos de viento —. ¡Este día marca el camino de gloria para la siguiente generación del clan Azureblade, a quien le debemos la tranquilidad y permanente protección de nuestra querida Tintia! ¿Tú qué opinas, Roger?
— Sin duda algunas este es un día para recordar, no hemos tenido la oportunidad de ver públicamente las hazañas de la hija del Gral. Azureblade — Comenta el otro narrador, que tenía un tono de voz más tranquilo y adulto —. Aunque parece que no hemos comenzado del todo bien, porque parece ser que el compañero del Destello Azureblade no ha llegado.
ESTÁS LEYENDO
Arrasando con la Magia II: Los Caballeros del Abismo
FantasyPapá solía contarme una historia, todos los días, sobre su valiente y perseverante hermano, Ethan Azureblade, que de entre una familia donde todos tenían poderes, él los carecía. Y tras un sinnúmero de desgracias, finalmente pudo encontrar un poder...