Capitulo 59

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El trozo de papel tiembla entre mis manos. Harry me lo quita para leerlo.
Escondo la cara entre las manos y sollozo.
No puedo creer que mi hermano me haya dejado una carta, eso me demuestra que lo llevaba pensando hacer hace tiempo... O que habia esperado a que yo marchara para hacerlo.
Siento los brazos de Harry rodearme los hombros.

-No llores más Ellie- me susurra.

Yo asiento pero sigo llorando.
Me levanto y me voy al baño a lavarme la cara para despejarme.
Harry me sigue.

-¿Quieres irte a casa?- me pregunta.
-No, mi madre se preocuparía y la niña también- le contesto apoyándome en el lavabo- Prefiero que solo sepamos acerca de la existencia de esta carta tu y yo, por favor.

Él asiente y me coge de la mano para bajar las escaleras y volver al salón donde están todos.

-¿Estas bien hija?- me pregunta mi madre.
-Si, solo le estaba enseñando mi habitación a Harry, a ver si se acordaba de algo- la miento con una sonrisa. Ella asiente y se va a la cocina a terminar la comida, seguida por Rachel.

-Ellie- me dice mi padre- ¿Que estábais haciendo arriba?
-Ya te lo he dicho papá, estabamos viendo mi habitación.
-Eso se lo habrá creido tu madre, pero yo no- se pone de pie- ¿Estabas en la habitación de Nathan?
¿Por qué será tan listo?

-Si- le contesto jugando con mis manos.
-¿A ti también te ha dejado una carta?- pregunta con cautela.

Harry y yo le miramos con los ojos como platos. Él también tiene su carta.

-Déjame leerla, papá- le pido. Él tuerce el gesto- Por favor.
-Está bien. Pero tenemos que ir a otro sitio. Mamá no puede saber nada, ¿entendido?- yo asiento- ¿Los dos?- Harry asiente rapidamente, sigue temiendo a mi padre.

Mi padre coge de su baúl de fotografías que nadie puede abrir, un pequeño sobre.
Me dice que me la guarde en el bolso mientras él le va a decir a mi madre que tenemos que salir porque se está mareando un poco y que le acompañamos nosotros.
Mi madre se lo cree al instante. Bendita mujer.
Salimos de casa e intentamos llegar hasta un pequeño starbucks que hay al lado de casa de mis padres.
Y digo intento porque los periodistas no paran de seguirnos.
Después de diez minutos andando, por fin entramos en el starbucks y nos sentamos los tres en una mesa.

-¿Quereis algo?- dice Harry- Voy yo a pedir.
-Café con leche- responde mi padre.
-Yo quiero un...
-Frapuccino de Vainilla- me interrumpe.

Yo le sonrío y él me guiña un ojo antes de marcharse.

-Ellie, quiero que sepas que lo que te voy a contar ahora mismo, no lo puede saber nadie.
-¿Harry tampoco?
-Harry si, pero porque tiene que ayudarnos.
-Me estas asustando papá.
-Nathan no está muerto.

¿Qué?

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