Chupa mocos comenzó la clase, y Tina estaba sentada a mi lado como siempre, con su característica sonrisa de todo esta bien y el mundo es bello, era de esas sonrisas que llegan a los ojos y hasta hacen creer aunque sea por un puto momento que el desagradable mundo es bueno, cuando es lógico que no lo es.
Los amigos de tina de vez en cuando me daban alguna que otra sonrisa, pero eso me producia ganas de vomitar, se perfectamente que es Tina tratando de hacer que yo entre en un estupido grupo de adolescentes que creen que la vida es perfecta o peor que creen que se están comiendo al mundo, tengo cosas mucho más grandes en que preocuparme como para hablar con estupidos decerebrados de mier...
-Charlott te estoy hablando, ¿En que piensas tanto? Ni siquiera me has prestado atención, ¡Por Dios!
Las palabras de Tina me sacaron de mis pensamientos como siempre, su bufido y exasperación me producieron un poco de risa pero me la aguante, ya que mi amiga estaba molesta.
-Oh disculpa Tina, ¿Qué me decías?
-¡Ahs! -Dijo con indignación. -Te decía que si querías venir a comer con nosotros, sabes son muy divertidos cuando los conoces bien, por favor, por favor, por favor, por fav...
-¡Ok ya para! Si ir a comer con ustedes hace que dejes de decir por favor, esta bien iré.
Se que dije que no estaria con los estupidos amigos de Tina, pero ella es exasperante cuando algo no sale como ella quiere y aquí estoy con los descerebrados, digo, con los amigos de Tina, al principio fue sumamente incomodo, ellos no dejaban de mirarme como si fuera un fenómeno al cual estan experimentando, la ira corría por mis venas y cuando estuve a punto de levantarme e irme Tina me agarro la mano e hizo algún estúpido chiste al cual no le preste atención y todos dejaron de mirarme para reírse de lo que sea que Tina dijo.
Ya habian acabado las clases y tina se ofreció a llevarme a casa, y acepté.
Mi casa... Recuerdo cuando solía llamarla así, mi madre tenia un jardín hermoso con muchas Rosas, me encantaba estar ahí, me sentaba abajo de un árbol con todas las bellas rosas a mi alrededor y leía algún libro hasta quedarme dormida, luego mi madre me despertaba para ir a comer algún pastel de chocolate que hacia, ya que era mi favorito, luego llegaba Matt y mi padre y todo era tan sencillo que se convertía en algo hermoso, la sencillez es hermosa, y son esos pequeños momentos, esas pequeñas cosas las cuales se convierten en las mejores cosas cuando ya no están, pero ya no hay nada de eso, no hay un bello jardín de rosas, no hay una Charlott leyendo todas las tardes debajo de un árbol, no hay una hermosa madre haciendo pasteles de chocolate, no esta el mejor hermano mayor del mundo, no esta mi papá, no hay nada...
Me despedí de Tina prometiéndole que al dia siguiente iría al instituto, aunque no quería pero no soporto a Tina algunas veces. Abrí la puerta de la posilga y Matt estaba sentado en algo parecido a un mueble, estaba tan sucio y lleno de la suciedad de Matt que era irreconocible, su mirada era fria, desde hace 5 años me miraba así.
-Pensé que no llegarías nunca. -Sonaba molesto e irritado. -Tengo hambre Charlott, ¿es que no piensas ponerte a cocinar?
Y me lanzo una de sus estúpidas botellas de alcohol, menos mal y la esquivé, salí corriendo a la concina a prepararle algo a Matt pero las lágrimas no me dejaban ver claramente, me recoste en un rincon de la cocina a tratar de calmar mi llanto porque si no, no podría cocinar, y si no cocinaba Matt me mataría, así que lavé mi cara, le preparé la comida, le dije que ya todo estaba listo y subí a mi habitacion a llorar en paz.
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Una rosa con espinas
RomanceHay rosas increíblemente hermosas, tanto, que no podemos creer que lleguen a tener espinas, hay mujeres increíblemente hermosas, tanto, que no creemos que tengan errores, pero al querer la rosa, debes querer sus espinas, y al querer a la mujer debes...