Capitulo 30

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-Charlott Evans-

¿Nervios? Muchos, sentía muchas emociones cruzadas, no sé si seria la mejor idea hablar con Christian, pero quería hacerlo, quería saber que se traía entre manos.

Ya habíamos cerrado y habían pasado 20 minutos desde que todos se fueron, yo llevaba 20 minutos exactos esperando a Christian, miraba mi reloj cada minuto, la paciencia se me estaba acabando, mi molestia era muy notable y estuve a punto de levantarme e irme cuando el auto de Christian aparcó cerca de mi.

-Hola. -Expresó.

-Hola.-Respondí.

-Disculpa la tardanza, dirás que no soy puntual pero debía solucionar unas cosas antes de venir, lo siento.

-Oh, no te preocupes, ya es común perder mi tiempo cuando se trata de ti.

-Que ruda. -Susurró

Ya en el auto emprendimos a quien sabe donde a hablar, en el camino iba mirando cada casa y cada lugar por donde pasábamos, hasta que dejaron de verse casas, o civilización, solo se veían arboles, y la luz de la luna.

Mire a Chris quien estaba muy concentrado en la carretera, la radio reproducía una canción suave, tan suave que me daba sueño, pero no me abandone a morfeo, seguí en la lucha de mantenerme despierta.

Me estaba impacientando, algo hurgaba en mi estomago, sentía miedo, pero decidí tratar de calmarme, si moría, moriría sin miedo. Una playa comenzó a notarse al igual que las palmeras, las cuales se movían al compás del viento, en unos minutos más Christian detuvo el auto muy cerca de la playa, y todo se veía hermoso.

Bajó del auto y me abrió la puerta.

-Esta noche sera especial. -Y tomó mi mano.

-Y no lo dudo. -Afirmé.

Me quité los zapatos, y sentí la arena entre mis dedos, el viento estaba suave, la luz de la luna nos iluminaba, la mano de Chris tomaba la mía y se sentía tan cálida, sus ojos brillaban mientras me observaba y yo sentía que volaba en lo mas alto del cielo y que mis alas eran hermosas.

Pero el recuerdo de aquella cena con Brenda me golpeo muy fuerte, sentí como la rabia corría por mis venas, solté su mano y me abracé a mi misma, todo va bien hasta que ella aparece.

Habían unas sillas y una mesa y alrededor unas velas, mas allá habían otras velas que hacían dos palabras; ¿Me perdonas? Solo pude tapar mi boca con mis manos, y aguantar el ardor que se produjo en mis ojos, encima de la mesa había una canasta cerrada, y todo parecía sacado de una película de romance.

De repente sentí unas manos acariciando mi rostro.

-¿Me perdonas?

-Yo... He... Yo... Estoy sin palabras de verdad.

-Lo se, y tranquila no te presionaré, ven, vamos a sentarnos que es hora de explicarte todo lo que realmente pasó.

Nos sentamos, y yo solo observaba la luna y las olas que iban y venían.

-Se que piensas que soy el peor, o tal vez me idealizaste y todo lo que pensaste de mi se fue a la basura por lo que pasó con Brenda, pero no soy el peor del mundo. Si, amé a Brenda como no te imaginas, me dolió hasta lo mas profundo su engaño, pero eso no quiere decir que no me haya dado cuenta de lo especial que eres, me encantas, me vuelves loco, me pones torpe, me haces sonreír, y odio no conocerte lo suficiente, pero aun así se que para todo hay tiempo. -Suspiró. -Se también que piensas que aun muero por Brenda, pero no es así, me impacto verla, pero ese encuentro solo me hizo darme cuenta que con quien quiero estar es contigo, necesitaba ese encuentro con ella y esa conversación también para cerrar el ciclo y estar en paz conmigo mismo sin rencores ni dolores, con mi corazón limpio para entregartelo a ti. Me dijo que quería que volviéramos, que ella estaba arrepentida, pero no quiero nada de ella Charlott, quiero todo de ti, le deje las cosas bien claras, y le dije que no volvería con ella y así sera, porque me importas, porque me gustas, porque quiero algo bonito a tu lado, sin importar nada mas que ser felices, eres una persona que no quiero perder, solo perdoname el mal rato que te hice pasar, pero te juro que no quiero ni tengo nada con ella porque la persona que me importa eres tu, por la que soy capaz de hacer locuras es por ti, solo dame la oportunidad de enamorarte, y no dudes de mi, porque por Brenda no siento nada Charlott.

Me miraba con suplica, cada palabra me hacia estremecer, cada cosa que decía hacia que mi corazón se acelerara cada vez más.

-Demuestra que son verdaderas tus palabras, y yo te creeré, esto que hiciste esta hermoso, me encantó, pero necesito más hechos, hechos que demuestren que ya no la amas ni te afecta su presencia. Yo te perdono el mal momento, ya pasó, yo lo superaré. Esto esta espectacular Christian, nadie me había hecho un detalle como éste, gracias por hacerme sentir especial, fue muy dulce de tu parte.

Él sonrió cálidamente, y se acercó a mí, las velas producían una luz muy tenue, al igual que la luna, pasó un dedo por mi brazo acariciándolo, mientras que con la otra mano tomaba mi cuello, y sin pensarlo más me besó, el beso era apasionado, intenso, con necesidad, con pasión, me produjo un cosquilleo por todo el cuerpo, con la mano que me acariciaba el brazo ahora acariciaba mi cintura, las cosas iban agarrando mas nivel y yo detuve todo antes de que fuera muy tarde.

Abrí mis ojos y el estaba observándome con una gran sonrisa en la cara, yo solo desvíe la mirada a las olas, mi rostro ardía de la vergüenza que sentía.

-Me encantó ese beso Charlott, te lo digo con toda sinceridad, a este paso me volveré adicto a tu boca.

-Que bien. -Expresé con toda la pena del mundo.

-¿Tienes hambre?

-Si.

Abrió la canasta y sacó un emparedado de pollo con zumo de naranja, lo cual me entregó y luego sacó lo mismo para él, y nos dispusimos a comer.

Una rosa con espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora