Capitulo 54

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Un año después...

—¿Alise sabes donde están mis tacones rojos?—Pregunté apurada.

—No Charlott, pero si quieres puedo prestarte unos, calzamos el mismo número.

—Si, si, esta bien.—Sonreí—. Después con tiempo los busco.

—¿Y que andas tramando mariposa?—Preguntó molestandome con el apodo que me colocó Raúl.

—Ja ja que graciosa.—Dije ironica—. Voy a una cena con Raúl florecita.—Contesté molestándola con el apodo que le colocó Matt.

Las dos reimos y fuimos a buscar los tacones, esa chica en serio me caía muy bien, ya viviamos juntos, Matt había comprado una casa mas grande, y ahí vivíamos los tres.

Raúl y yo comenzamos a salir hace seis meses, logré superar a Christian y ahora estaba profundamente enamorada de Raúl y eso era bueno, muy bueno. Logré graduarme de la secundaria y ahora estaba estudiando fotografía, y era realmente feliz, Carla también había comenzado a salir con un chico moreno y alto y yo era feliz por ella.

Frank llego un día con la loca idea de que vendería la cafetería para ahora comprar un restaurante y nos pidió que lo ayudáramos en eso, todas estábamos anonadadas, pero decidimos que debíamos ayudarlo y ahora de cafetería pase a trabajar en uno de los restaurantes mas lujosos de la ciudad, y nada mas y nada menos que como pianista, Carla era la cantante, Silvia seguía siendo la cocinera con una señora y habían nuevos empleados los cuales eran los mesoneros, y entre la musica y la fotografía yo estaba que explotaba de felicidad.

Noah seguía tras las rejas junto con el tal Brandom, Tina había salido por su discapacidad, y porque ya se había culminado el plazo de su condena o al menos la mayor parte ya que con un abogado lograron sacarla, ella seguía ciega, pero según varias operaciones y lo que logré escuchar ya se estaba recuperando y estaba comenzando a ver de nuevo, no nos hablábamos, ni manteníamos ningún tipo de contacto, yo no la odiaba ni nada por el estilo, sólo la veía como una pendeja mas en el mundo que hizo estupideces por amor.

De Christian no volví a saber mas desde la noche que hubo la pelea entre él y Raúl y eso me traía algún tipo de paz inexplicable, nunca pensé que él me haría daño pero como decía mi madre “A veces las cosas no son lo que parecen.”  y hoy en día estoy mejor así.

Marta y yo nos hemos vuelto unidas, me presentó a mis primos y tíos, y sentía paz, a pesar de que al principio me sentí incomoda, ellos se encargaron de demostrarme que yo pertenecía a ellos, que eramos familia, y eso me inflaba el corazón de felicidad.

Me observé por ultima vez en el espejo antes de salir y encender mi auto, si, ¡MI AUTO! Matt me había comprado uno y me había enseñado con paciencia y ahora yo tenia mi propio auto por fin, así que encendí a mi pequeño y fui al restaurante donde me había citado Raúl que resultó ser el mismo donde trabajaba, el sitio estaba cerrado, y eso me extrañó un poco pero igual bajé, no se porqué pero me sentía muy nerviosa.

Al entrar el salón estaba oscuro, y eso si que me asustó, tantee las paredes buscando encender las luces pero de repente se encendieron y había una sola mesa en el medio del salón, desde el sitio donde yo me encontraba hasta la mesa había un camino de pétalos blancos y rojos, y no pude evitar que se me aguaran los ojos de emoción, caminé a paso lento, mirando todo como en otra dimensión, no había nadie a mi alrededor, solo la mesa, los pétalos y yo, cuando llegué hasta allá había en el medio de la mesa una foto de Raúl y mía un día que fuimos a la playa, en la foto nos dábamos un beso y fue un momento increíble porque ese día me pidió ser su novia y yo acepté, acaricié la foto mientras recordaba y en eso el piano comenzó a sonar, miré hasta allá y había una de las mesoneras tocando y sonriendome, la saludé y ella me guiño un ojo, luego apareció Carla cantando una hermosa canción que no conocía y que nunca había escuchado pero la letra en su voz era hermosa, me saludó con la mano mientras seguía cantando, Marcos, uno de los mesoneros me indicó que tomara asiento con una sonrisa juguetona y profesional, lo que me dio risa porque el siempre vive molestándome, hasta me trato de “Señorita tome asiento por favor”  y hasta el estaba tratando de aguantar la risa, luego una pantalla se encendió cerca de las chicas, y se comenzaron a ver fotos de momentos importantes y bonitos en nuestra relación, hasta salían fotos fe Matt descuidado, o mías, o hasta del mismo Raúl, Carla también salían en las fotos, y mis compañeros de trabajo, hasta Frank mostrando su dedo del medio a la cámara, luego las chicas callaron, y la presentación de fotos se convirtió en un vídeo.

—Mi mariposa. —Comenzó Raúl —. Primero que nada te amo con todo mi corazón y mi alma, hace dos años que te conocí, y desde que te vi solo pude decir que eras el ser mas perfecto del mundo a pesar de tus imperfecciones. Eres mi arte abstracto, mi signo de interrogación, mi debilidad, mis suspiros, mi insomnio, y mis ganas de vivir y ser mejor...—Al diablo el maquillaje, yo ya estaba echa mares en mi asiento —. Eres mi mariposa, esa que renació, esa que pasó por tanto para convertirse en una bella mariposa, eres mi amor y mi vida entera, y no vería una vida sin ti, y no solo lo digo por las cosas lindas que me muestras, también me refiero a tu mal humor por las mañanas, a tu flojera los domingos, a tus dramas cuando tienes el periodo, a tus locuras de repente, o a esos momentos que pareces una niña insoportable, eso también me gusta mi mariposa, así el día de mañana te reclame esas cosas siempre ten presente que sin esas cosas tampoco podría vivir.—Sonrió —. Me gusta cuando arrugas tu nariz porque algo no te gusta, me gusta como te escondes en mis brazos cuando sientes que el mundo vibra y puedes caer, me gusta como te apasiona lo que haces y lo que te gusta, y como se ilumina tu rostro cual niña pequeña cuando te doy chocolate, me gusta ese corazón grande y noble que tienes, que es capaz de perdonar hasta al que mas te haya hecho daño en tu vida, te amo Charlott, me encantas, me gustas, te quiero, me vuelves loco, me fascinas, y te mereces todo lo lindo que haya en el mundo, y yo haré lo que esté en mis manos para hacerte feliz.—Hizo silencio un rato—. No te prometo bajarte la luna ni las estrellas, no te prometo ser siempre un chico dulce, no te prometo nunca hacerte llorar porque somos humanos y nos equivocaremos, pero te prometo pedirte disculpas cuando eso pase, te prometo controlarme cuando este fuera de mis casillas, te prometo amarte así este molesto contigo, asi haya tenido un día duro en el trabajo, así hayas cometido un error, o hagas cosas que no me gustan yo te amaré mi ángel... ¿Quieres casarte conmigo?

Y varias personas detrás de mi gritaron “Awwww” y volteé como el exorcista solo para descubrir a Matt junto a una llorona Alise y a la hermana de Alise, a Carla, Silvia, Frank y mis compañeros de trabajo, a Marta, mis primos y mis tíos, a los padres y familiares de Raúl, y unos amigos mas, y por supuesto en el medio del camino de pétalos estaba mi Raúl en un traje espectacular, arrodillado con una cajita de terciopelo rojo en la manos, abierta, con un anillo en el medio.

—¿Quieres casarte conmigo mi mariposa?

—¡Claro que quiero mi amor!—Grité ansiosa besándolo y abrazándolo —. Te amo Raúl.

Una rosa con espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora