Epílogo

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Cinco años y medio después...

—Tu puedes Charlott, se que puedes.—Me decía Mariana mi jefa.

—Mariana... A decir verdad tengo miedo...—Dije controlando las nauseas que me quemaban el estomago y la garganta.

—No seas tonta. —Dijo observándome a través de sus lentes negros—. Derek te acompañará... Escucha.—Dijo exasperada—. Estudiaste para esto Charlott, no para traerme café y galletas y estar pendiente de los aparatos que hay aquí, estudiaste para tomar fotos, ¿no crees que es hora de comenzar a trabajar tu carrera?

—Si Mariana pero...

—Nada de peros.—Interrumpió—. Soy tu jefa y te estoy dando una orden, además de que te estoy ascendiendo de puesto, así que vas le tomas esas fotos a los empresarios y vuelves, iras con Derek el te ayudará. Se segura de ti misma. —Dijo tomando de su café —. Las oportunidades se presentan una vez en la vida.—Me guiñó un ojo y se fue.

Yo quedé pasmada, asustada, contrariada y todo lo que termine en ada, me quedé ahí mirando la pared como si ahí estuviera la explicación de los secretos del universo, entonces Derek me dio un codazo.

—En la pared no encontraras todo lo que necesitas para tomar esas fotos Charlott. —Dijo divertido.

—Estoy asustada Derek.

El solo soltó una carcajada.

—El primer día que Mariana me mando a tomar fotos, sentí que me haría pis encima, y que luego vomitaría sobre las personas a las que le tomaría las fotos, pero me fue bien, y desde entonces he amado mucho mi trabajo, yo también empecé como tu, así que tranquila, yo te ayudaré... Ah.—Dijo como recordando algo importante —. Lleva pañales.

Y los dos reímos para buscar las cosas que necesitariamos. En el camino iba recordando cada cosa que había aprendido en la universidad, desde como sostener una cámara hasta como hacer que no salga borrosa, estaba tan nerviosa que sentía que no sabía nada, estaba colapsando, yo en ese momento era un manojo de nervios mientras Derek iba totalmente relajado.

Cuando llegamos era una gran empresa, Mariana me explicó que eran empresarios prestigiosos, así que era importante que actuáramos de la manera correcta y los dejáramos satisfechos con las fotos, la recepcionista avisó que habíamos llegado, y cuando se abrieron las puertas del ascensor para mostrar a los empresarios, me percaté de que nunca me preparé para algo como lo que vi.

Me preparé, para sostener la cámara, para decir buenas tardes o por favor, para decir gracias si me ofrecían algo, para hacer sentir a las personas a gusto, para tomar las mejores fotos, para no vomitar y en extremo para no cagarme encima, pero no me preparé para ver a Christian Parker entre los inversionistas mirándome con fascinación.

En ese momento uno de ellos se apresuró a saludarnos, yo aún pálida y asustada correspondí al saludo, y así saludé a todos hasta saludar a Christian, me apretó la mano con suavidad y yo quité mi mano lo antes posible.

Derek y yo acomodamos todo, pero la intensa mirada penetrante de Christian me estaba dando dolor de cabeza, Derek se fue a hacer no se que cosa mientras yo arreglaba todo, o al menos lo mas importante.

—Cuanto tiempo sin verte Charlott... —Dijo Christian.

—Aja.—Respondí desinteresada, me revolvía el estomago tenerlo cerca.

—Se que me odias... —Dijo sin más —. Pero solo quiero pedirte disculpas, fui un gran imbécil, y ni siquiera te escuche, ni siquiera te creí, ni siquiera estuve para ti en un momento tan difícil como aquel... Perdoname Charlott, fui un idiota, Tina me contó todo lo que pasó esa noche, y todo lo que pasó antes y ya era muy tarde para remediar mi error, ya te había lastimado demasiado, así que teje ser feliz con Raúl, porque se ve que te adora, y tu también lo adoras...

—No te odio.—Lo interrumpí con voz firme—. Odiar es un sentimiento muy grande, fuerte y destructor, y yo por ti solo se sentir nada.—Puntialicé—. Y no solo adoro a Raúl, lo amo con todas mis fuerzas y estamos casados, y soy muy feliz con él. De que eres un gran imbécil lo se desde hace mucho, y tu tranquilo que todo lo que hiciste y lo que pasó quedó en el pasado, ya lo superé.

El solo asintió y se alejó para hablar con unos inversionistas, yo ya me quería largar de este lugar.

Luego de lo que me dijo Christian, nos dispusimos a tomar las fotos y todo, realmente habíamos hecho un trabajo grandioso, y ya había acabado esta tortura así que podía irme en paz, o eso pensé hasta que Christian se acercó de nuevo.

—Fue un placer verte Charlott. —Suspiró —. Se feliz...

—Soy feliz Christian, hasta nunca. —Y me fui.

Al llegar a casa me esperaba Raúl con un gran beso y la cena preparada, yo me veía como la mierda, estaba cansada y el estrés que sentí hoy fue extraordinario, mientras cenábamos le conté a Raúl lo que pasó con Christian, el solo sonrió y me escuchó paciente.

—Confio en ti mariposa, te amo.

Y así nos perdimos en besos y caricias, a esas caricias que estabamos tan acostumbrados y que no nos cansábamos de ellas, nos perdimos en el amor que sentimos uno por el otro nos perdimos en lo relajante que era estar uno al lado de otro, nuestro amor era un hermosa sinfonía que sonaría por mucho tiempo más.

Una rosa con espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora