Capitulo 28

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Hay momentos en la vida en los que quieres escapar, esconderte, cubrirte con una manta y esperar que todo se solucione, pero sabes que no es así, que si no tomas las riendas nadie lo hará por ti, que si no solucionas tu, nadie solucionará por ti, entonces te ves sumergida en un laberinto, sin saber que hacer ni como salir, y ves distintos caminos y no sabes cual exactamente tomar, porque son demasiadas cosas que te agobian de tal manera que no hay forma de que te sientas bien, es que puede estar la solución en tu nariz pero tienes tantas cosas encima que esa solución se vuelve invisible.

Raúl es un ser maravilloso, me ayudó cuando mas necesitaba de alguien que no me dejara sola, me acompaña todos los días y hace lo posible por hacerme creer que soy importante, por tratar de sacarme una sonrisa, se preocupa por mi comida, por mi situación, por mi bienestar, esta disponible para cualquier momento que lo necesite, me mira tiernamente como si no quisiera romperme de alguna manera, y no me juzga a pesar de saber muchas cosas de mi de las cuales no me siento orgullosa, pero de igual manera el sigue ahí porque es de esas pocas personas que ven en mi cosas especiales, pero aun con todo lo perfecto que es mi corazón no logra acelerarse por él, mi mente no pasa todo en día pensando en su mirada, mi piel no se eriza a su tacto, y mis mejillas no se encienden ante su presencia, y me gustaría sentir mariposas, temblores, descargas eléctricas en mi estomago por él, y me gustaría ver cualquier cosa e imaginarme un futuro junto a él, y me encantaría enamorarme de cada cosa que hace, pero no lo logro, porque mi corazón ya palpita por otra persona, aunque yo no quiera.

Christian es hermoso, me embriaga con su presencia, con sus palabras, hace que mi corazón quiera escapar de mi pecho, que mis mejillas se enciendan, hace que mi mente no deje de pensarlo en ningún momento, pero también es el causante de una desilusión, y si lo comparo con Raúl, él no esta al pendiente de cada cosa que hago ni sabe cosas profundas de mi, ni me ayuda en momentos difíciles, ni ha limpiado mis lágrimas, la verdad es que no nos conocemos lo suficiente pero ¿Quién manda en el corazón? Me gustaría no pensarlo, no sentir nada por él, me he imaginado muchas veces a él con su ex novia a ver si así se me quita el empeño que tengo pero simplemente no puedo arrancarme lo que siento como si nunca hubiese estado ahí.

Trato de ver mi vida en diferentes ángulos y todos los ángulos me muestran lo mismo, un desastre, y quisiera huir pero la única salida es vivir la situación hasta que todo se acabe.

***

Comencé a barrer mientras Carla limpiaba las mesas, y Silvia cocinaba, las campanas sonaron pero no quise prestar atención, ya no esperaba a nadie, ya no necesitaba esperar a nadie.

Alguien tomó mi cintura, causando un escalofrío por toda mi espalda, un perfume muy familiar llegó a mis fosas nasales, no quise voltear, no quise creer que era él, no quise creer que de verdad él estaba tomando mi cintura, sentí como quitaba los audífonos de mis oídos, y aprovechó la oportunidad para acariciarme el rostro cerca de la oreja, sentí otro escalofrío, pero aun así no quise voltear, sentí también sus labios muy cerca de mi oído.

-Hola Charlott. -Susurró. -¿Cómo has estado?

No tuve otra opción, me alejé un paso y volteé a verlo.

-Hola Christian, pues ¿Bien y tu?

-No tan bien, pero no quiero hablar de eso ahora, ¿Tienes tiempo cuando termines de trabajar? Quiero hablar contigo.

-La verdad no, tengo que hacer muchas cosas y...

-Por favor. -Interrumpió. -Solo sera un rato, prometo no secuestrarte. -Sonrió.

-Esta bien, espero que el tema de conversación sea sumamente importante, porque mi tiempo vale oro, y no se recupera, y la vida es muy corta para perder el tiempo.

-Oye no seas tan ruda. -Hizo un puchero. -Solo quiero hablar, expresarme, explicarte tantas cosas, contarte otras tantas, y de igual manera quiero conocerte, quiero palparme de ti Charlott. -Tomó mi rostro entre sus manos. -Sólo dejame avanzar más, no me limites a sentir lo que quiero sentir por ti, porque no creo en los limites, y contigo no quiero tenerlos, y suelo ser muy terco cuando me prohíben cosas. -Su rostro y el mio estaban sumamente cerca. -solo dejame quererte como quiero quererte.

Y se alejó, se despidió de mi y se fue.

Yo quede estática, mi cuerpo estaba entumecido, sentí tantas emociones, que aun no se como explicar, quería gritar, saltar, correr, llorar, sentarme.

Carla tomo mis hombros y sentí que volví a la vida, y solo sonreí, y ella me devolvió la sonrisa, luego me di cuenta que Silvia estaba al lado de Carla.

-Con que ese es tu Romeo. -Afirmó Silvia. -Es lindo, me gusta para ti.

-No es mi Romeo. -Expresé.

-Aún. -Completo Carla.

-De verdad que no lo es, y no creo que lo sea, no me ilusionaré con fantasmas. -Y me fui a limpiar mesas lejanas a donde ellas estaban.

Decidí mandarle un mensaje a Raúl para que no viniera a buscarme después del trabajo y el aceptó, ahora lo que me quedaba era esperar la hora indicada y me sentía sumamente nerviosa.

Una rosa con espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora