Capitulo 9

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Pedí mi emparedado de pollo tan común en mi, simplemente soy tan maniática con todo, Tina también estaba comiendo su emparedado de siempre justo al frente de mi, parecía un día normal, de esos estúpidos días soleados de los que la gente sonríe y bla, bla, para mi todos los días eran iguales unas mierdas, eso del sol y las sonrisas se pueden ir a la basura, yo soy mas de rayos y truenos y cosas así, pero parecía un día tranquilo y solo decidí centrarme en mi rico emparedado.

—¿Ahora si es él momento de que me digas lo de qué te estabas debatiendo en algo Charlott?

Okey, sé que había dicho que era un día soleado y toda esa basura, pero justo cuando Tina hizo esa pregunta mi día se puso gris y pequeños rayos me electrocutaron, era mucha calma para ser verdad.

Era hora de enfrentar las consecuencias.

Le dí un gran mordisco a mi emparedado porque tal vez no podría darle más y quería disfrutar él gran sabor que tenia, luego tomé casi todo el jugó de un solo sorbo.

—Ehmm, Tina veras, esté, sabes que la vida es cruel y esas cosas... Y... Pues... No todo es color de rosas y...

—Charlott ¿Puedes ir al grano de una vez o al menos tener coherencia en lo que dices?

Tomé una exagerada bocanada de aire.

—Tina tal vez hayan cosas de mi vida que no te he contado aún, y que en su momento pensaba no contarte, pero de un tiempo para acá pasó algo que me hizo no querer seguir haciendo esas cosas y pues estaba debatiendome entre decirlo o no, porque no se como podrías reaccionar, y sabes que te quiero y eres prácticamente mi hermana, pero la vida es así y nos lleva a hacer cosas de las que tal vez después nos arrepentimos, y quizás somos nosotros mismos de idiotas que hacemos cosas de las que nos arrepentimos pero...

—Charlott por el amor a Dios ¿Sera que puedes por favor ir al pedazo de grano ya?

—Okey, okey, pero no te alteres. Tina, después de lo ocurrido con Dyland, después de que me usó como a una puta barata, algo en mi comenzó a detestar a los hombres, y a verlos como simples depredadores cazando a sus presas, los comencé a ver como simples objetos, y un día me sentía mal y tu no estabas así que me fui a un bar a emborracharme hasta él ultimo pelo, y olvidarme de mi nombre, y al parecer encontré a un chico ahí, tuvimos sexo, y luego fue otra noche igual, y luego comenzó a ser todos los fines de semana igual, hubieron veces que lo hice con dos chicos a la vez y así fueron muchísimas noches más después de Dyland, creeme no me siento para nada orgullosa, pero no se que me pasaba, tal vez buscaba algo en ellos que nunca encontré, las ultimas veces me sentía sumamente sucia, pero seguía haciéndolo porque solo ahí podía olvidarme de quien era y de lo que era mi vida, hasta que quise tener relaciones con un chico increíblemente bueno que no me tocó ni un pelo y me hizo cambiar de opinión, me hizo darme cuenta de que yo no merecía eso, y fue increíble porque me hizo sentir mejor, y tal vez fui demasiado masoquista por haber hecho eso casi todos los fines de semana pero ya entendí la lección y se que no quiero volver a caer en eso.

¿Poemas? La cara de Tina era mas que eso, era una jodida canción, mis nervios estaban a flor de piel, estos son esos momentos en la vida en los que quieres que la tierra te trague y cuando ya todo esté mejor te vuelva a escupir.

Pero obvio la tierra no traga personas y no me salvaría de Tina ni yendome a otro planeta.

—Woow, esto... Esto es... Demasiado... Yo, woow. Charlott te creí diferente, o que al menos me contarías todo cuando empezaste a hacer eso, ¡Por qué mierdas no me dijiste antes! —Dijo la los gritos. —¡Eres una jodida egoísta que cree que a nadie le importa! Pues te informo que a mi me importas y que tal vez yo te hubiese ayudado a salir de eso, pero preferiste hundirte antes de pedirme ayuda porque tu jodido orgullo pesa más. —Sobó su frente con tres dedos. —¿Sabes qué? Hablamos en otro momento cuando logre haberme calmado antes de seguir diciéndote cosas de las que después me voy a arrepentir, adiós.

Tina se largó, si se largó, porque irse es algo mas sofisticado y delicado, es algo así como levantarse de una silla despedirse con una sonrisa e irse, Tina agarró sus cosas tumbó la silla, si, la tumbó y calló de espaldas al suelo, algún chico que no tengo ni idea de quien es, hizo él favor de recogerla, yo por mi parte quedé en shock, es decir no lloré, no hablé, no me moví, creo que hasta dejé de respirar en algún momento, solo veía él sendero por donde se fue Tina y creo que parecía una idiota así, luego de volver en si, corrí, si, salí corriendo de ahí, llegué, a mi casa después de haber corrido todo él camino, entré a mi habitación, abrí él agua de la regadera y así con todo y ropa me tiré en el suelo y me rompí a llorar.

Una rosa con espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora