Cinco meses después...
—¡No llores Charlott por el amor de Dios!—Gritó Carla exasperada—. Esta es la tercera vez que te aplico rímel.
—Es que no me puedo controlar...—Hice pucheros jugando con mi gran vestido blanco.
—Pues te controlas, porque si vuelves a correr tu maquillaje te casaras como un mapache.
Nos quedamos en silencio mientras ella me maquillaba, hoy era el gran día, hoy era 20 de noviembre, día en que mi madre cumple años y día en el que decidí casarme con Raúl porque quería que este día fuera un motivo de felicidad doble.
Carla tenia un lindo vestido morado, a elección mía porque era una de mis damas de honor, y aun no se había soltado los rollos del cabello, pero su maquillaje estaba listo y perfecto, observé mis uñas bien arregladas y pintadas, y recordé todo lo duro que había pasado hasta llegar aquí, hasta este punto importante de mi vida, espanté de nuevo las lágrimas que me picaban como ácido en los ojos porque Carla se estaba esmerando mucho para que este día fuera perfecto, y queria que me viera como una mariposa acabada de salir de una oruga o algo así me explicó, lo cierto era que quería que estuviera linda hoy, suspiré, me hubiese encantado abrazar a mi madre en este momento, o haber caminado hacia el altar en brazos de mi padre, pero con Dios se que estan felices y no tendrán otro accidente.
—Te quiero mucho amiga. —Dijo Carla abrazandome, ya estaba lista—. Deseo que todo te salga bien tanto hoy como lo que te queda de vida, y cuando las cosas no estén bien, cuando el mundo vibre a tus pies, yo te ayudare a levantarte o me caeré contigo en el proceso... Te mereces cosas buenas por fin, y no quiero que te sientas triste porque hoy es un día especial y tus padres desde allá arriba están festejando que te nos casas con alguien que te quiere.
—Gracias Carla, quiero que sepas que eres una persona muy importante en mi vida, eres la loca que me sacó del barro cuando me sentí muy hundida, y me demostraste que si podía tener amigos, te quiero mucho, y ya no hablemos más porque te va a tocar aplicar rímel una quinta vez.
Sonreímos nos abrazamos de nuevo y caminamos hasta donde estaba Matt que era quien me entregaría a Raúl. Habían varias personas, amigos de la universidad, familiares, compañeros, niños, Matt me dijo que me amaba mientras caminabamos hacia Raúl, que contara con él siempre, me dio un beso en la frente y me entregó a Raúl.
Mi mariposo tenia los ojos aguados estoy segura que quería llorar, él es así de sensible, yo estaba controlandome para no parecer un mapache. El padre nos bendijo y dijimos nuestros votos, nos aceptamos como esposos y nos dimos nuestros besos ansiosos.
Luego de eso, nos tomamos muchas fotos, y fuimos a la fiesta, bailamos, reímos, lloramos, recordamos, y todo fue muy lindo, luego, nos fuimos de luna de miel, y eso fue espectacular en todos los sentidos, al lado de Raúl mi mundo no vibraba, y si vibraba se que no me dejaría caer.
Fin
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Una rosa con espinas
RomanceHay rosas increíblemente hermosas, tanto, que no podemos creer que lleguen a tener espinas, hay mujeres increíblemente hermosas, tanto, que no creemos que tengan errores, pero al querer la rosa, debes querer sus espinas, y al querer a la mujer debes...