Capitulo 32

35 3 0
                                    

Desperté en mi habitación, y todo estaba en perfecto orden, ya era fin de semana así que no me preocupaba por levantarme temprano, mi estomago pedía comida a gritos, así que bajé a ver que hacia de comer, pero Matt se me había adelantado.

-Buenos días peque.

-Buenos días Matt.

-Debes tener hambre, ahí esta tu desayuno. -Señaló el plato que estaba al lado de él.

-Mucha en realidad.

Comencé a comer en silencio, disfrutando cada bocado de la comida, y cada sorbo de jugo, hasta que Matt decidió hablar de nuevo.

-Hace un rato vino Raúl. -Dijo un poco serio. -Le dije que aún dormías y que viniera después.

Me atraganté, comencé a toser como una loca, Matt me daba pequeños golpes en la espalda tratando de alivianar un poco la tos, yo tomaba desesperadamente jugo.

-¿Hace cuanto fue eso? -Pregunté mas calmada.

-Hace como... -Miró su reloj. -Una hora y media.

-¡Dios! -Exclamé. -Iré a arreglarme.

Me comí lo que sobraba lo mas rápido que pude y subí a arreglarme, él seguramente ya estaba por llegar así que me bañé y vestí lo mas rápido que pude, ya estando lista Matt me aviso que Raúl ya había llegado.

Bajé corriendo y casi me caigo pero mantuve el equilibrio.

-Hola.

-Hola Charlott.

-¿Cómo estas?

-¿Bien y tu? Necesito hablar contigo.

-Lo sé, pasa.

Nos sentamos en la sala, uno frente al otro, Raúl me miraba expectante, sin una pizca de humor, tampoco tenía la sonrisa que lo caracterizaba, y no me miraba de la misma manera de siempre, algo estaba muy mal.

-¿Y bien? ¿Qué quieres decirme?

-¿Cómo te fue con Christian?

Oh, oh.

-He... No entiendo a que viene esa pregunta Raúl, es mas no entiendo que tiene que ver con nosotros y me reuso a responder eso.

-Ok, excelente, seré más directo entonces, ¿Recuerdas que hace algunos días te dije que estaba enamorado de ti? Y que esperaría tu respuesta.

-Si.

-Entonces ¿Cuál es?

-La verdad yo... He... Yo... No se...

-Ya Charlott, no te esfuerces, no es necesario, estas enamorada de él.

-Osea Raúl no es enamora...

-Dejame hablar Charlott, ¿Sabes? La primera vez que te vi, estabas totalmente borracha y de lejos se podía oler la manera en que la vida te ha tratado, pero aun con tu rímel corrido, me pareciste hermosa, porque vi lo que eres por dentro, ¿Dime, tu Christian te ha visto en tus peores condiciones y aún así le has parecido hermosa? Claro que no, porque no te conoce, se que la vida te a dado golpes muy fuertes y cuando fuimos a esa habitación, no tuve la mas mínima intención de hacerte daño, es más me dieron unas ganas inmensas de salvarte, de ser tu amigo, y creeme, te vi totalmente desnuda, y otro hubiese aprovechado la situación sin importar todas las palabras que decías acompañadas de lágrimas, porque me decías que no existían los cuentos de hadas lo repetías mil veces, me decías que tu no eras una princesa, y que eras lo peor del mundo, pero la vida Charlott, la vida se trata de perspectivas, muchas personas dicen que no existen los cuentos de hadas porque no eligen a la persona correcta, muchas personas se creen lo peor, sin saber que cada cosa es perfecta a su manera, y que el mundo necesita la imperfección para seguir girando y es que hasta la imperfección suele ser perfecta o ¿Por qué crees que existe el arte abstracto? Porque a unos locos le provocó pintar cosas que a ojos de muchas personas, o personas que no se molestan en ver mas allá de lo común dicen que es basura, yo soy un buen observador Charlott, y me di cuenta que eres un arte abstracto, y ese tipo de arte necesita una observación mas amplia, mas minuciosa, porque eres como un acertijo, difícil de resolver, pero así me volviste loco, lastima que solo seras eso un enigma que no podre resolver porque mi enigma, mi arte, decidió escoger a esa persona que esta acostumbrada a lo común, luego dirás que no tienes una historia de hadas y recordaras todas las palabras que hoy te digo. Charlott, mi idea principal era ayudarte, y ser tu amigo, pero al pasar el tiempo, al conversar todos los días contigo me di cuenta que aunque eres imperfecta, eres la chica perfecta para mi, solo te pido una cosa, trata de ser feliz, trata de vivir lo que yo quería vivir contigo, y adiós, debo irme.

-Raúl, espera...

-No Charlott, ya basta, no quiero tu lastima, yo soy un buen perdedor, nos veremos de nuevo algún día, y espero que el día que nos encontremos, me cuentes lo feliz que eres, creo que me iré a Francia por un tiempo, así que si algún día quieres hablar, buscame en facebook, tal vez pueda contestarte, cuidate mucho Charlott, no olvides nunca, lo mucho que te quiero, adiós.

Solo se levantó del sillón, abrió la puerta y se fue, se fue para volver quien sabe cuando, y yo sentía una presión horrible en el pecho, sentía que la respiración me faltaba, las lágrimas comenzaron a salir solas, él, aunque me doliera tenía razón, Christian no había vivido a mi lado todo lo que Raúl había vivido, no sabia nada de mi, es hasta ahora que me doy cuenta que perdí a una persona muy importante en mi vida y quien sabe cuando lo vería otra vez, nada estaba bien, nada.

-¿Por qué lloras? ¿Qué te pasa?

-Yo... Yo...

Yo en ese momento solo sabia llorar, Matt solo me abrazó lo mas fuerte que pudo y me preparó chocolate caliente, hacia una noche muy fría, se sentó a mi lado y acarició mi cabello, mientras me recostaba en sus piernas, de vez en cuando me daban ataques de tos de tanto llorar, y otras veces me quedaba mirando a la nada, a veces Matt me preguntaba como me sentía pero de mi boca no salían palabras, duramos horas así, Matt puso una película con el fin de animarme un poco, pero a lo menos que le preste atención fue a eso, de tanto vagar por mis pensamientos logré quedarme dormida, y es que a veces cerrar los ojos es la mejor opción.

Una rosa con espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora