Al llegar a la cafetería Carla me recibió con un efusivo abrazo el cual correspondí.
-Holaa Charlott. -Saludó sonriente. -¿Cómo estas?
-¿Bien Carla y tu?-Pregunté igual de sonriente.
-Perfectamente. -Afirmó. -Ahora mueve tu trasero que hay mucho que hacer.
Suspire.
Comencé por barrer un poco mientras Carla limpiaba algunas mesas y Silvia cocinaba lo que iba a estar a la venta hoy, conecté los auriculares y comencé a bailar al ritmo de la música, duré un tiempo asi hasta que sentí que unas manos sujetaban mi cintura.
Me sobresalté.
Al voltear inmediatamente, un rostro muy familiar estaba extremadamente cerca del mio, que si fuéramos a besarnos no había ninguna distancia de por medio, posteriormente unos ojos verdes me miraban divertidos.
-¡Raúl! -Grité en forma de saludo mientras lo abrazaba.
-Charlott. -Dijo dándome un beso en la mejilla y correspondiendo a mi abrazo.
-¿Qué haces aquí a esta hora?-Pregunté confundida.
Sonrió.
-Queria verte.-Expresó ladeando la cabeza.
Había algo en su mirada que no pude entender que era.
-¿Verme?
-Si, ayer no pude verte y quería saber si te irías hoy conmigo o si tu amiguito viene a buscarte.-Expresó.
-Eh... No Chris no vendrá, así que hoy me iré contigo Raúl. -Afirmé algo incomoda.
-Me parece genial. -Sonrió.-Dicho esto me iré, espero que tengas un lindo día. -Y me dio un beso en la mejilla el cual tardó mucho mas que cualquier otro beso que me haya dado.
Y me quede ahí, como una estatua, tratando de entender que había pasado, hasta que me comenzó a dar dolor de cabeza y decidí mandar todos los pensamientos al fondo de mi cabeza y concentrarme en el trabajo.
***
Luego de una ardua jornada de trabajo, Raúl llegó puntual, justo a tiempo para ayudarnos a cerrar, Carla siempre le echaba ojitos a Raúl, pero él ni siquiera se percataba de aquello, comencé a pensar que a Carla le gustaba Raúl, pero él tenia el mas mínimo interés en ella.
Viéndolos juntos y estudiándolos un poco se veían bastante bien juntos, ella es una chica extrovertida y alegre, muy parecida a Raúl, tienen muchas cosas en común, pero se que ella no se atrevería a decirle nada y él no se ve interesado en ella.
-Listo. -Dijo Raúl, algo agitado. -¿Nos vamos?
-Claro, deja que me despida de Carla. -Expresé.
-Adios Carla. -Le di un beso en la mejilla.
-Adios Charlott. -Me abrazó. --Hasta mañana.
Ya en el auto Raúl puso algo de musica y todo se sentía mucho mejor.
-¿Qué quieres comer? -Preguntó.
-Lo que tu quieras. -Sonreí.
-Perfecto. -Expresó con una sonrisa ladeada.
Me llevó a un lugar donde venden pizza, todo estaba aparentemente bien pero había algo en el ambiente que no encajaba del todo, algo en Raúl no encajaba.
-¿Te hiciste un nuevo corte de cabello? -Pregunté.
Él me miró extrañado.
-No ¿por qué la pregunta?
-Hay algo en ti hoy que se ve diferente. -Afirmé.
-En realidad no me he hecho nada nuevo, pero si tengo una duda que me esta carcomiendo. -Inquirió.
-¿Y cual es esa duda?-Pregunté.
-¿Te gusta el amiguito que te fue a buscar ayer?
Ok eso no me lo esperaba.
-Y ¿por qué tienes esa duda? Ah por cierto se llama Christian. -Aclaré.
-Solo quiero saber. -Afirmó.
-¿Por qué?
-Solo dime, ¿o no puedes decirlo?-Expresó estresado, su humor había cambiado bastante.
-Pues aun estoy conociéndolo y... -Justo en ese momento me golpearon los recuerdos de aquella chica junto a él el día que me invito a cenar. -Y no me gusta. -Afirmé molesta.
Soltó un suspiro.
-Sólo queria saber eso. -Dijo sonriendo.
-¿Por qué?-Pregunté.
-Curiosidad. -Expresó.
Continúe comiendo ya que sabia que Raúl no me diría nada mas, y a parte no podía desperdiciar la espectacular pizza que tenia frente a mi.
Inevitablemente los recuerdos de Christian llegaron a mi mente como balas y una ráfaga de viento helado golpeo mi pecho, es que a veces nos equivocamos tanto, o pensamos en algo que al final no es como lo pensamos, yo creí que él era distinto o al menos no era igual que mi ex, pero resulto ser mas descarado, me restregó a la gata en mi cara, me ignoró, me echó al asiento de atrás como si inicialmente hubiese llegado con ella y no conmigo, se veía anhelo cuando la miraba, y yo parecía una gran mancha estorbando en el medio de ellos dos, tal vez no hayamos tenido miles de momentos, ni los momentos mas bonitos, pero yo los sentía tan hermosos que para mi era suficiente, aun guardaba su rosa, estupidamente la guardaba, y mientras yo me arrepentía de haberme fijado en él, él estaba seguramente muy a gusto con la gata.
-¡Hey!, ¿Charlott?
-Dime Raúl.
-Ni siquiera has probado tu comida. -Expresó preocupado. -¿Pasa algo?
-No, no pasa nada, solo no tengo mucha hambre. -Afirmé.
Me miró extrañado luego acercó su silla a el lugar donde yo estaba, tomó la pizza en sus manos y me la dio en la boca.
¡Raúl me estaba dando la comida en la boca!
Comencé a reír como loca, como ya hace mucho tiempo no reía, Raúl comenzó a reír pero un poco menos que yo, y decidí aceptar que me diera la comida en la boca, y decidí dejar que me consintiera, lo necesitaba.
Luego de haber comido y estando en mi casa lista para dormir, comencé a analizar la extraña actitud de Raúl antes y después de haberle dicho lo de Christian, era una actitud que en el poco tiempo de haberlo conocido, no le había visto, era como angustia, con celos o algo así, pero celos ¿Por qué? Algo raro esta pasando y yo no logro dar con que.
Luego de pensar y pensar el sueño llego a mi y me abandone a los brazos de morfeo.
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Una rosa con espinas
RomanceHay rosas increíblemente hermosas, tanto, que no podemos creer que lleguen a tener espinas, hay mujeres increíblemente hermosas, tanto, que no creemos que tengan errores, pero al querer la rosa, debes querer sus espinas, y al querer a la mujer debes...