Deambulaba por las calles imaginando que mi vida estaba en orden, imaginando que mis padres estaban vivos, imaginando que mi familia me quería, imaginando que entre Tina y yo todo estaba en orden, imaginando que Raúl estaba a mi lado, y que le decía toda la verdad a Christian y él me aceptaría así pero la verdad es que nada de eso pasaba, la verdad es que me sentía como la mierda, y a nadie le importaba.Me hacia mucha falta Raúl y me hacia sentir mal no tenerlo cerca porque cuando uno se acostumbra a una persona al irse deja un vacío muy grande, por otro lado esta Christian y es doloroso que él no sepa mi verdad, mi triste verdad y se que cuando se entere sentirá que soy la peor escoria que hay.
Observé a unos niños jugar, y sus padres estaban pendientes de ellos no pude evitar sentir un puñal clavado en él pecho al saber que yo no tenia padres y no los tendría nunca, a veces recuerdo lo que me pasó con Dyland, me duele haber sido tan estúpida y por haber tomado malas decisiones hoy ni siquiera tengo padres. Tengo un hermano, él mejor a pesar de todo, hoy se gradúa, pero decidí salir a tomar un poco de aire para poder darle fuerzas a Matt cuando se caiga a pedazos por no tener a sus padres cerca. Me tocó desde muy joven ser fuerte, y quizás ser así me ha producido mucho daño, y hoy es uno de esos días que se debe ser fuerte queramos o no queramos.
—Papá, mamá. Hoy es un día especial... Se gradúa Matty, deben estar muy orgullosos de él... Si, se que me trató muy mal pero es mi hermano y ya recapacitó, yo lo amo. —Limpié una lágrima—. Ha crecido mucho, es un hombre hermoso y maravilloso... ¿Les conté que tiene novia? Si, se llama Alise, es muy dulce, te hubiese encantado mamá, quizás hubiesen horneado pasteles juntas... —Acaricié la lapida de mis padres con sumo cuidado, hace mucho que no venia—. Matt paso bien su cumpleaños, le hornee un pastel parecido a los que tu hacías mamá... Le encantó.—Me arrodillé en él césped —. Terminé con Dyland, fue un idiota, seguro lo hubieses perseguido hasta él cansancio papá, pero tranquilo, él no vale la pena... A veces quiero morirme, para poder abrazarlos muy fuerte y no volver a dejarlos ir mas nunca... Fui la peor de las hijas y siempre me culparé por eso... No me odien porque yo los amo con la vida, él alma y él corazón... Me he equivocado tanto en esta vida que a veces me provoca mandar todo a la mierda y no despertar jamás, han sido los años mas duros de mi vida mamá y no sabes cuanta falta me han hecho tus consejos. No sabes cuanta falta me ha hecho tu protección papá y eso de que ustedes están allá arriba viviendo mejor no me calma, porque quiero sentirlos aquí a mi lado. —Tomé aire—. Quiero sentirlos vivos de verdad... Nunca me van a alcanzar las palabras para pedirles perdón, nunca va a ser suficiente, las lágrimas que he derramado por ustedes, peros los amo y los amaré siempre y quiero creer que habrá un final en él que ustedes y yo quedemos juntos.
No aguante más, me eché a llorar en la lapida, me dolía él pecho, él alma y la cabeza, me quería morir, quería arrancarme él corazón y botarlo muy lejos tan lejos que nadie pudiera encontrarlo y revivirme.
Estaba tan cansada... Cansada de soportar todo lo que soporto, cansada de luchar para que mis demonios no me coman viva, cansada de buscar cosas en los demás que se me perdieron hace muchos años, cansada de mirar al cielo y preguntarme si mis padres me miran, si a mis padres les duele lo que me pasa o siguen odiandome, es que no soporto el dolor, no soporto haberlos perdido, no soporto mi vida de mierda, y mucho menos que todo me salga mal.
Hoy Matt se gradúa y se que sera un gran empresario, él me hizo mucho daño, pero no lo culpo, quedarse sin nadie es muy doloroso, y no todo él mundo lo sabe manejar.
Me levanté mareada, limpié mis ojos que a estas alturas parecían dos enormes papas, y leí la inscripción de la lapida:
“Personas extraordinarias como Christina y Louis Evans no se consiguen fácilmente, sus amigos y familiares los amaran por siempre”.
Leer eso dolía, dolia demasiado, sentirme culpable dolía aún más, decidí irme a la casa, debía arreglarme y ponerme algo en los ojos porque los tenia muy hinchados, caminaba tranquilamente hasta que observé una rosa roja tirada en en césped, miré a mi alrededor a ver si había alguien a quien se le hubiese caído pero no había nadie, y ninguna lapida tenia rosas rojas, la recogí con sumo cuidado como si fuera de cristal, no tenia ni una sola espina, era él tipo de rosa que le encantaba a Mamá, rojas y sin espinas, quise creer que era un pequeño obsequio del cielo y creo que nunca había atesorado algo como a esa rosa.
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Una rosa con espinas
RomanceHay rosas increíblemente hermosas, tanto, que no podemos creer que lleguen a tener espinas, hay mujeres increíblemente hermosas, tanto, que no creemos que tengan errores, pero al querer la rosa, debes querer sus espinas, y al querer a la mujer debes...