Capítulo 43 ''¿Sólo Amigos?

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¡Hola y Feliz Año Nuevo a todos! Satán os desea mucha suerte y lo mejor este año :D
Y que no os falte yaoi ( ͡° ͜ʖ ͡°) Sobre todo yaoi ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Por otro lado, siento muchísimo la tardanza (ಥ_ಥ) Y os informo que aunque me queráis matar, no moriré porque soy Satán así que olvidaros de esa sangrienta idea(?) *huye*

En cuánto a la foto del capítulo x'DDD Es un meme (que no me pertenece) en el que he puesto a los ukes en el orden de menos ''perra'' a más ''perra'', el resultado final no es nada inesperado(?) x'DDDDDD (Pobre DerekAno (?))

La verdad es que me costó elegir a quién poner en el segundo puesto si Riley o Niko, pero finalmente me decidí por Niko debido a... razones secretas ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Sin más, espero que os guste el capítulo :)

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RILEY


Ya había transcurrido más de una hora desde que había visto como desplazaban a Vladimir en la camilla por todo el hospital.

Ya habían pasado dos malditas horas y aún no sabía nada de él. Y Red tampoco había llegado todavía.

Alcé mi mirada hacia arriba desmoralizado y mis ojos se encontraron con el reloj del hospital colgado en la pared de la sala de espera. Las manillas del reloj marcaban las 11 y media.
Tan solo faltaban unos pocos minutos para que fuera medianoche.

El ruido que hacían las agujas del reloj cada vez me era más insoportable. Si seguía así tan sólo un minuto más, iba a acabar perdiendo la cordura...

En un intento de mantener la calma, cerré los ojos y me obligué a respirar hondo durante unos segundos.

—¿Riley Harris? —se escuchó una voz femenina hablarme.

Haciéndome reaccionar casi por inmediato, abrí los ojos, y asentí en un pequeño susurro con un ''Si''. Si no me equivocaba esa mujer era una de las enfermeras que estaba en la habitación con Vladimir. ¿Iban a dejarme entrar por fin?

—Ya se están permitidas las visitas al señor Volkov —informó.

—Eso... —pausé —. ¿Eso significa que él está bien?

—Afortunadamente la bala no atravesó ningún punto vital —respondió inexpresiva. Me atrevería a decir que hasta había sido un poco seca.

Fruncí el ceño ligeramente ante su desconcertante actitud, y tomándome por sorpresa, la enfermera me ofreció a acompañarme hasta la habitación del paciente. Volví a asentir, y la seguí hasta la habitación que le habían otorgado a Vladimir.

Cuando entré en la habitación, sin embargo, incrédulo, contemplé la escena que estaba ocurriendo delante de mis ojos.

—¿A esta mierda lo llamáis zumo? ¡Esto sabe a pis, joder! —exclamó en disgusto Vladimir.

Sin poder evitarlo, dejé escapar una pequeña risita. Ni siquiera una bala podía acabar con este hombre. Aunque hubiese estado a punto de morir seguía siendo el molesto Vladimir Volkov de siempre.

Por otro lado, ahora también me sentía como un estúpido por haberme preocupado por él. Parecía encontrarse bien, más de lo que creía incluso...

—Lo sentimos, Señor Volkov, pero no había otra cosa... —agachó la mirada en señal de disculpa y agarró el vaso lleno de zumo la otra enfermera, la cual llevaba unas gafas bastante anticuadas para esta época.

—Dije que tenía sed. ¿No podrías haberme traído agua y ya está? —siguió quejándose de manera impertinente.

Tosí incómodamente, con la intención de que Vladimir dejara de molestar a esa pobre enferma. Vladimir estaba tan metido en la discusión que ni se había dado cuenta que había llegado.

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