Online (Yaoi/Gay)

Capítulo 3 ''Una llamada inesperada''

¡Hola! ^^

Habréis notado que actualizo bastante rápido esta historia xD
Se debe a porque aún no he caído en la falta de inspiración con esta :'D
Espero que os guste ^^

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RILEY

Había pasado un día desde que el profesor de Física y Química hubiese tenido la brillante idea de juntar a los dos peores matones y al nerd del instituto para un trabajo.

Si antes no me gustaba Física y Química... ahora mucho menos.

La única buena noticia era que hoy finalmente era fin de semana por lo que podría estar en casa encerrado todo el día jugando a Ark Force.

O por lo menos eso pensaba...

Eran ya las 3 de la tarde y acababa de levantarme.
Los fines de semana solía despertarme muy tarde por lo que despertar a las 3 horas del día no era nada comparado cuando me despertaba hasta las 6 de la tarde.

Una vez que me duché y me vestí adecuadamente bajé a ver si se encontraba Ian en la casa o sí había salido.

—¿Ian? —le llamé esperando alguna respuesta.

—Estoy aquí —me contestó él que estaba sentado en el sofá leyendo el periódico.

—Heh —solté una risita sin querer.

—¿Qué es tan gracioso? —frunció el ceño.

—Nada. Sólo me pareció curioso que leyeras el periódico a esta hora... ¿No se supone que eso se hace por la mañana?

—Lo puedo leer hasta a las 1 de la madrugada si quiero, ¿Qué más te da? —respondió algo irritado.

—Joder, Ian, no tenías que ser tan borde... solo era para molestarte un poco...—hice pucheros.

—Ah...—suspiró—. Tú y tus estúpidas bromas, Riley... anda ven aquí, siéntate —me invitó a sentarme yo también.

Iba a sentarme a su lado hasta que vi que más tarde hizo señas que señalaban su regazo. Irremediablemente, mis mejillas se enrojecieron.

—Venga, no seas tímido —bromeó y seguidamente procedió a cogerme y sentarme él mismo en su regazo.

—¡Suéltame, idiota! ¡Ya no soy un niño! —me quejé a la vez que forcejeaba.

—Este es tu castigo —me susurró seductoramente al oído—. Por molestar a tu hermano mayor.

Inevitablemente me estremecí a aquel contacto.

Allí fue cuando me puse rojo de pies a cabeza y dándole un leve empujón conseguí que me soltara para irme de ahí.

A lo lejos pude oír cómo se estaba riéndo.

—¡Ese idiota! ¿¡Pero qué se cree!?—grité a voces e indignado de camino a mi habitación.

¿Por qué le encantaba tanto burlarse así de mí?

Probablemente... en vez de seguir quejándome de esta forma como un estúpido, más bien, debía conseguir una novia y pronto.

Já... si tan solo fuese tan fácil...

                                                                                            * * *

Al entrar a mi habitación escuché como estaba sonando mi móvil.

Espera un momento... a menos que este sea un mundo alternativo... ¿Quién diablos iba a llamar a Riley Harris y encima un fin de semana?