Online (Yaoi/Gay)

Capítulo 15 "¿La persona que me gusta?"

Por fin el capítulo 15 :)
Con este capítulo se puede ver que están avanzando las cosas poco a poco(?)
Es otro de mis capítulos favoritos, que lo sería más si hubiese añadido una parte divertida xD que ya aparecerá en el siguiente(?) me he pasado todo el día escribiendolo y aún así no me ha dado tiempo a escribir todo lo que quería, agh Dx
Antes de publicar el capítulo 16, publicaré el especial preguntas y respuestas de los personajes ^^
así que si alguien tiene alguna pregunta después de este capítulo, que la pregunte a uno de los personajes... o que calle para siempre(?) xD
        
PD: La sensual portada la cambiaré muy pronto, a muchos os dolerá xD
pero ya era hora(?)

Sin más, espero que os guste ^^

AVISO: Este capítulo puede o no puede contener horrores gramaticales(?)

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El camino a casa se me hizo más corto de lo usual de lo tan rápido que habíamos regresado.
Aunque era lo normal, habíamos ido en moto y yo usualmente caminaba hasta llegar a casa, lo cual me tomaba mucho más tiempo.

Me bajé de su moto y me ajusté la mochila.

—Gracias por traerme a casa, Red —musité con la mirada para otro lado. No me atrevía ni sabía cómo encararlo. Nuevamente me sentía en deuda con él pero a su vez aún seguía molesto.

—No es nada —me alborotó el cabello —. Nos vemos más tarde, cariñito —concluyó con una sonrisa traviesa y arrancó la moto.

¡Otra vez ese maldito apodo!

—¡Agh! ¡Ojalá te atragantes con una piruleta! —le grité con un tenue rubor en las mejillas.

—Pues ojalá que sea con la tuya… —respondió de vuelta en un tono insinuante y se fue del lugar dejándome con la palabra en la boca y chasqueando los dientes de la rabia.

Echando humos entré a casa y subí las escaleras hasta a mi habitación dando pasos de gigantes.
Tiré la mochila al suelo y bajé las escaleras.

Al ir a la cocina me encontré a Ian con su camisa negra manchada de lo que parecía ser soja, mientras leía un libro de recetas.
Por primera vez lo que estaba preparando parecía tener un buen olor.

Vaya que sí existían los milagros.

—¿Qué estás preparando Ian? —le pregunté curioso y me senté en la silla del comedor.

—Ah —se giró a verme sorprendido. Parecía no haberse dado cuenta de que había vuelto de lo tan concentrado que estaba leyendo aquel libro —. Yakisoba, sé lo mucho que te gusta junto al sushi —contestó con una amplia sonrisa —. Esta vez he seguido todos los pasos por lo que no creo que me salgan mal. Eso espero al menos…

—Gracias —le devolví la sonrisa —, por el olor que desprende no creo que sepa tan mal. Deberías leer los libros de receta a seguido, porque en realidad no cocinas mal… solo que te pasas en las cantidades —puntualicé poniendo los codos sobre la mesa.

—Riley, ¿Qué te he dicho sobre poner los codos sobre la mesa? —reprendió —. Aunque no sé de qué me extraña… si pasas tanto tiempo con ese Patterson.

Lancé un resoplido de frustración.

—Patterson por aquí, Paterson por allá, pareces cómo obsesionado con él o algo, Ian —señalé fastidiado y aparté los codos. Estaba harto de que nombrara cada dos por tres a Derek y encima para meterse con él.