Elías nos levantó a Eloy y a mi a las nueve y media. Estaba más tranquilo y con su humor de siempre pero aún mostraba pequeños rasgos de preocupación. Nos montamos en el coche y fuimos a recoger a Ángela a su casa. Parecía que ella también se había calmado porque nos esperaba con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro. Cuando llegamos a la comisaría, un hombre de unos treinta y cinco años nos recibió y nos llevó a la sala de espera. No sabía por qué pero me resultaba tremendamente familiar. A la media hora llegó Brian acompañado de sus padres y a su lado Isma. Iba con la cabeza completamente vendada y el brazo escayolado. Cuando me vio noté que estaba asustado, a lo mejor porque creía que podía volver a perder el control y pegarle otra paliza. Más tarde volvió el inspector y nos habló.
- Buenos días, soy el inspector Román del departamento de homicidios. - Dijo con voz amable. - Normalmente no me asignan estos interrogatorios sobre agresiones pero ésta vez he pedido el caso.
No sabía de qué me sonaba tanto ese nombre.
- Un momento. - Le interrumpí.
- ¿Sí chico? - Respondió.
- Acaba de decir que se llama inspector Román y que ha pedido este caso. - Le dije.
- Sí, ¿qué ocurre? - Preguntó.
- Vera, soy Sergio Llamas, hace cuatro años asesinaron a mis padres, y un inspector me interrogó. Era del departamento de homicidios y se llamaba Román, como usted. Tenía la duda de si era usted aquel inspector ya que ha dicho que ha pedido este caso.
El hombre se quedó pensando.
- Seguramente te refieres a mi hermano pequeño. Me pidió que cogiera este caso por él ya que no es de su jurisdicción. Ya veo por qué lo decía. - Dijo mientras me guiñaba un ojo. - Bien voy a proceder a interrogarles uno a uno. El primero será el agredido, Brayan Almeida, ¿verdad? acompáñame.
- ¡Espere! - Se oyó a lo lejos. - ¡Falto yo!
Me fijé que una chica venía corriendo hacia aquí e iba gritando. Era Marina.
- Eres la chica que organizó la fiesta, ¿cierto? - Preguntó el inspector.
- Sí, soy yo.
- Bien ha llegado a tiempo, siéntese y espere su turno.
Marina se dirigió hacia una silla en frente mía. Se sentó y me dedicó una sonrisa.
- Bien señor Almeida, vamos. - Dijo el inspector.
Brayan avanzó y fue junto al inspector hacia la puerta que llevaba a la sala de interrogatorios.
A los quince minutos salieron. Brayan estaba sudando y su tono moreno se había tornado pálido.
- Bien, ahora el acusado, venga conmigo. - Me dijo.
Me levanté y fui directo a la puerta. Entré y vi una sala blanca con una mesa y dos sillas.
- Siéntese Sergi.
Obedecí.
- Muy bien, quiero que me cuente todo.
- Está bien. - Respondí.
Se lo expliqué todo con sumo detalle. Que Brayan estaba borracho y decidió venir a por mi, que yo no buscaba pelea y que perdí el control cuando me dijo esa frase.
El inspector se quedó pensativo analizando toda la información que le había dado.
- Esta versión me cuadra más. - Dijo en voz muy baja, seguramente se lo decía a él mismo.
Siguió callado durante unos minutos más hasta que al final habló.
- ¿Entonces niega haber sido usted el que comenzó la pelea? - Preguntó seriamente.
- Sí. - Afirmé.
- Vale, hemos terminado.
Salimos y fuimos directos hasta la puerta la abrió y habló en voz alta.
- Quiero que sepáis que testificar en falso es obstrucción a la justicia, y por lo tanto un delito penal. Si alguno de vosotros testifica en falso, yo mismo me encargaré de que vaya derecho al calabozo. ¿Ha quedado claro?
Todos asentimos.
- Bien, ahora el primer testigo, Ismael Peña. - Anunció el inspector.
- Yo. - Dijo Isma.
- Acompáñeme.
Esta vez pasó media hora. Cuando salieron Isma llevaba la cabeza gacha.
- Muy bien, ahora la segunda testigo, Ángela Caballero.
Ángela se levantó y fue directa a la sala con una mirada seria. Sólo tardo diez minutos en salir. Tenía la misma mirada que al entrar.
- El tercer testigo, Eloy Santos.
Eloy fue directo a la sala. Como Ángela sólo tardó diez minutos en salir.
- La ultima testigo, Marina Gonzaga.
Marina se levantó de la silla y entró por la puerta. Fue la que más tardó, estuvo ahí dentro cerca de una hora. Cuando salieron el inspector comenzó a hablar.
- Muy bien. He escuchado todas las declaraciones y todas coinciden excepto en una parte: El provocador del conflicto. - Comenzó a explicar. - Analizando las pruebas que se le hicieron a la víctima de la agresión y los testimonios, sólo hay una persona que ha mentido.
Era extraño, como mínimo tenían que ser dos personas las que habían mentido.
- Esta persona es el señor Almeida.
Brayan palideció y miró a su amigo, él solo negó con la cabeza. El inspector le miró.
- Has hecho una falsa acusación, además de un intento de agresión bajo efecto del alcohol siendo menor de edad. - Comenzó a explicar. - Tienes varios antecedentes de violencia, eres un delincuente reincidente.
Brian estaba cada vez más asustado.
- Señor Llamas, usted tampoco puede salir impune, fue una agresión con ensañamiento, por lo que se le hizo a la víctima lesiones agravadas, pero ya me han explicado los testigos que tuviste un ataque de ira, por lo que la sanción será menor . A diferencia de el señor Almeida usted no tiene antecedentes penales, por lo que simplemente tendrá que pagarle una indemnización de mil quinientos euros.
- Está bien, muchas gracias inspector. - Intervino Elías.
El inspector asintió.
- Quiero hablar con ustedes ahora. - Dijo dirigiéndose a los padres de Brayan.
- De acuerdo. - Respondió el padre del chaval mientras le echaba una mirada asesina a su hijo.
Salimos y fuimos hacia fuera de la comisaría. Iba a entrar al coche cuando Marina me agarró del brazo.
- Hola, no hemos hablado de lo que ocurrió ayer. - Me dijo ella.
- ¿A qué te refieres?¿ A que nos besamos y estuvimos a punto de hacerlo o a que casi mato a un imbécil? - Respondí sarcásticamente.
- Bueno pues...
No la dejé terminar la agarré de la cintura y la besé.
- ¿Esto responde a tu pregunta? - Le dije confiado.
Ella me abrazó.
- Sí. - Susurró.
- ¿Y esa confianza en ti mismo de repente? - Dijo Kaos en mi mente.
- Anda pequeñín déjame, tengo un buen día. - Respondí con voz burlona.
Me subí al coche y fui a casa, alegre de que las cosas comenzaban a irme bien.
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Kaos (#Wattys2017)
Teen Fiction¿Qué ocurriría si a un chico huérfano de quince años le metieran el alma del demonio más loco y despiadado de todos los tiempos sólo para salvar los tres planos? O al menos ese es el motivo que él cree...